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EL PRINCIPAL PROBLEMA EN LA ENSEÑANZA DE LA HISTORIA:


Enviado por   •  26 de Agosto de 2017  •  Apuntes  •  2.970 Palabras (12 Páginas)  •  268 Visitas

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EL PRINCIPAL PROBLEMA EN LA ENSEÑANZA DE LA HISTORIA:

La enseñanza tradicionalista de la materia de historia.

La prioridad que se otorga a diferentes asignaturas de aprendizaje como Español, Matemáticas, y Ciencias Naturales, ha relegado a segundo plano la asignatura de historia, misma que se trata solo para cubrir el programa, limitándose el docente a la simple narración de hechos pasados y a través de investigar biografías de personajes o recortar estampas. El maestro no promueve visitas a centros históricos como tampoco escenifica con el grupo sucesos del pasado, como lo son: La Revolución Mexicana, La Independencia de México, etc. Organiza sus actividades de acuerdo a los contenidos del programa sin tomar en cuenta los conocimientos previos e intereses de los alumnos.

El docente, en muchas ocasiones, no toma en cuenta el proceso evolutivo del alumno y se limita a cumplir algunos objetivos del programa de manera confusa y aislada, impartiendo su clase en forma mecanizada o memorística, haciendo caso omiso a los intereses del niño al predeterminar los contenidos de los ejercicios y las secuencias con un punto de partida igual para todos; esto da como resultado que el alumno no le preste interés y se aprenda fechas conmemorativas y hechos históricos que seguramente olvidará por carecer de una información suficiente, por lo cual no se dará el aprendizaje significativo esperado; ocasionando que el tema no sea comprendido y le resulte aburrido cuando este fuera de sus posibilidades cognoscitivas.

Esta manera tan tradicional de enseñar los contenidos de historia tiene como consecuencia que los niños sean alumnos pasivos y conformistas que en nada le ayudara para integrarse a una sociedad llena de cambios.

Por la forma de desempeñar sus funciones en la aplicación de contenidos de historia, el docente no cumple con el propósito actual que es el de despertar el gusto por la historia y darles una información reflexiva y con criterio para que pueda llegar a una comprensión del presente a partir del pasado, el maestro, a pesar de actualizarse en algunos conocimientos didácticos y formativos, no se preocupa en llevarlos a la práctica y limita su enseñanza a la narración de hechos históricos, haciendo a un lado la explicación razona de los mismos. Este tipo de enseñanza no induce a los niños a apropiarse del conocimiento.

Otro punto importante que se debe de tomar en cuenta es el medio dónde el niño se desenvuelve pues también repercute en el ámbito educativo, porque de ahí adquiere costumbres y valores buenos y malos, es decir, si escucha a sus amigos decir palabras altisonantes, o que les falte el respeto a sus padres, etc., el también lo hará y a la larga repercutirá en su formación y lo externara en la escuela, este tipo de actitud al docente se le dificultará corregir pro la cantidad e alumnos que atiende o, tal vez, porque no tenga realmente interés en enseñar los valores que de la historia emane.

La historia es, ante todo, memoria del pasado en el presente, resalta las más notables transformaciones de la humanidad y diferentes características de cada época.

Según Nicolás Velázquez “la historia tiene por objeto la descripción, análisis y explicación de los hechos del pasado, asi como mostrar la influencia que estos ejercen en la vida actual de los pueblos, y describen los hechos que se atribuyen a una comunidad humana”.[1]

Para enseñar historia se debe partir del educando y de situaciones concretas con la finalidad de que el alumno llegue a comprender y explicar el presente a partir del pasado, ya que con ello se podrá favorecer la formación de sus actitudes, adquirirá conocimientos que le ayuden a formarse una mentalidad científica.

Ángel Díaz Barriga comenta que:

“Hilda Taba parte de la discriminación de dos supuestos básicos en relación al currículo, esto es, concebir el problema del contenido como una reserva de información adquirida o bien, como un método de investigación y, por lo tanto, un método para adquirir conocimiento.

Llega a concluir que es inaceptable la idea de que el contenido tiene un valor por si mismo, puesto que se puede concebir que el dominio pasivo del contenido pueda producir una mente disciplinada y una actitud cientificia”[2]

Desde la perspectiva de una didáctica constructivista se considera que el maestro debe propiciar la aproximación conceptual del sujeto-alumno con el objeto de conocimiento y no utilizar modelos rígidos y memorísticos.

El docente debe ayudar a sus alumnos a construir los conocimientos en la medida en que realice las situaciones de aprendizaje, tomando como punto de partida los conocimientos ya construidos por los niños; planteando situaciones que lo conduzcan a enfrentarse a conflictos, propiciando la confrontación con los hechos de la realidad, estimulándolos para que piensen y traten de encontrar por si mismos las respuestas en lugar de ser simples receptores pasivos; brindándoles la información que requieren cuando, después de haber buscado soluciones para un problema no sean capaces de resolverlos, estando atentos a sus intereses, ser flexibles cuando surja en el aula un tema de interés para los niños, atender las necesidades de cada niño, abandonar la idea tradicional, de que el lugar que debe de tener, es frente al grupo, Carmen Gómez y César Coll dicen que:

“Entre el sujeto y el objeto de conocimiento existe una relación dinámica y no estática. El sujeto es activo frente a lo real, e interpreta la relación que proviene del entorno.

Para construir conocimiento no basta con ser activo frente al entorno. El proceso de construcción en el cual todo conocimiento nuevo se genera a partir de lo adquirido, y lo transciende”.[3]

La práctica docente es un constante replanteamiento susceptible de continuas modificaciones y productos de evoluciones permanentes.

Así que el docente tiene la responsabilidad de presentar a sus alumnos ideas que le ayuden a aprender, enseñarle a distinguir a través de la historia lo bueno y lo malo, que sienta aversión hacia lo malo y despierte en sus buenos sentimientos a lo noble, los niños tienen tendencia a imitar valiéndose de este instinto, hace que los niños imiten lo bueno que la historia les presenta, enseñarles un conjunto es decir, si se les habla de un héroe, explicarles acontecimientos y costumbres de esa época, se esfuerce por medio de la imaginación y se convierta en el personaje y se ponga en medio de la acción, de esta manera, el niño se formara su propio juicio.

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