ENSAYO DE LA OBRA “EL VALOR DE EDUCAR”
Steph G GarciiaEnsayo22 de Noviembre de 2015
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ENSAYO DE LA OBRA
“EL VALOR DE EDUCAR”
QUE PRESENTA
ARACELI DOMINGUEZ MORALES
ELENA CANO HERNÁNDEZ
ESTEFANIA MENDOZA GARCÍA
PARA EFECTO DE ACREDITAR LA MATERIA:
EVALUACIÓN DE LOS APRENDIZAJES
IMPARTIDA POR:
PROFR. MIGUEL ÁNGEL ORTIZ MELCHOR
INDICE
Dedicatoria………………………………………………………………………..
Introducción………………………………………………………………………
Capítulo I El aprendizaje humano …………………………………………….
Capitulo II Los contenidos de la enseñanza………………………………….
Capítulo III El eclipse de la familia……………………………………………..
Capítulo IV La disciplina de la libertad………………………………………..
Capítulo V ¿Hacia una humanidad sin humanidades?.................................
Capítulo VI Educar es universalizar……………………………………………..
Conclusión………………………………………………………………………..
Comentarios………………………………………………………………………..
Bibliografía………………………………………………………………………..
DEDICATORIA
Gracias a Dios que nos ha dado la vida y fortaleza para terminar este proyecto, a nuestros papas por confiar en nosotros y por estar ahí cuando los necesitamos, por su ayuda constante y cooperación y a nuestro maestro por brindarnos su ayuda y una oportunidad por enseñarnos a ser mejores cada día.
INTRODUCCION
En el presente trabajo se hace un reconocimiento a la importancia que tiene el proceso de educar para ello y en base al libro de Fernando Fernández Savater Martín cuyo título de dicha obra es “El valor de educar” se hace manifiesta una reflexión sobre la educación y su importancia como base en lo moral y la ética.
Como estudiantes de la licenciatura en psicopedagogía próximos a egresar debemos de considerar la importancia que se le debe dar a la educación siendo nosotros interventores en la formación de aprendizajes de las nuevas generaciones.
Actualmente las circunstancias en las que estamos viviendo son una muestra real de que en nuestros días el respeto los valores y la moral se han ido perdiendo poco a poco por lo que es vital volver a darle ese valor a lo que hoy día es nuestra sociedad como individuos aportar aquellos elementos que estén a nuestro alcance para formar individuos ética y moralmente aptos para desarrollarse en sociedad que tengan inculcados los valores y el respeto con los que se debe formar un individuo.
Debemos poner importante énfasis en la transmisión de valores y en la forma de cómo ser un buen mediador para toda la cantidad de conocimientos que se adquieren en torno a los medios de comunicación y del medio ambiente.
El libro consta de seis capítulos que son los siguientes:
- El aprendizaje humano
- Los contenidos de la enseñanza
- El eclipse de la familia
- La disciplina de la libertad
- ¿Hacia una humanidad sin humanidades?
- Educar es universalizar
Fernando Savater nos habla de la necesidad de la humanización del ser humano, no como especie si no en su formación moral. Nos dice que el proceso educativo es un quehacer meramente humano; lo que hace al aprendizaje meramente humano, no es la capacidad que el hombre tiene para aprender sino, ser enseñando otros miembros de su especie. Lo más importante de este proceso no es el contenido más bien, es aprender de nuestros semejantes y enseñar a nuestros semejantes todo ello considerado como aprendizaje humano el cual podemos retroalimentar y enriquecer con las opiniones de otros.
La enseñanza nos adiestra en ciertas capacidades que dividimos en “abiertas y cerradas” ambas son de suma importancia; las cerradas son básicas para nuestra supervivencia tales como caminar, vestirse, asearse, leer, escribir etc.; estas habilidades tienen como característica que pueden dominarse de modo perfecto. Por otro lado las capacidades abiertas son de grado más complejo y de cierto modo infinito; como por ejemplo razonar o hablar todo ello engloba los contenidos de la enseñanza la manera en que cada uno de nosotros aprende a aprender modificando cada una de nuestras competencias en base a la metodología de enseñanza que cada trabajador de la educación nos manifieste.
La familia, las drogas, el sexo, la ética, la religión y la violencia son temas polémicos en la sociedad actual, de los cuales ven la forma de cómo no hablar de ellos; esto genera discusiones, la escuela es señalada como uno de los principales blancos culpable de la “mala juventud sin embargo es el contexto familiar el encargado de proporcionar aquellos valores y esa educación de la que tantos niños jóvenes y hasta hoy adultos carecen.
Savater menciona que la afectividad es clave en la infancia del niño, por unas cosas u otras, la familia cada vez está haciendo de principal agente socializador (socialización primaria). El que los padres pasen menos tiempo con sus hijos, deriva en que éstos encuentren otros sustitutivos como pueda ser la televisión, perdiendo la influencia que tenían entonces, la familia del siglo XXI, está sufriendo un “eclipse” que es un problema para la escuela.
Los niños llegan a ésta con un núcleo básico de socialización insuficiente, y esto dificulta la tarea del aprendizaje. No es la escuela quien se tiene que encargar de “vigilar” y “controlar” a los jóvenes, sino son los padres los que tienen que reflexionar y plantearse qué es lo que están haciendo.
Hoy en día los niños acceden a las televisiones demasiado jóvenes. La programación infantil ocupa escasas horas en pocos canales. El hecho de que los padres pasen poco tiempo en casa, facilita que el niño supla esa ausencia a través de la pantalla; no hay que negar que la televisión es muy atractiva, y eso mismo es lo que la convierte en un arma de doble filo, ya que a través de ella se puede transmitir una serie de valores y conceptos no adecuados al niño (asesinatos, violaciones, sexo…), pero también a través de ellas se pueden transmitir cosas buenas, lamentablemente estos contenidos no atraen a los espectadores, y por lo tanto no son escogidos por los productores, el negocio es lo que manda sobre la inclusión o no de la ética y la religión en la enseñanza, la ética como asignatura es muy necesaria en la actualidad. La educación en moralidad y valores es muy necesaria hoy en día. Pero no como una asignatura en la que inculcar valores, sino para que cada cual desarrolle su conciencia moral personal, conociendo todas las posibilidades, la ética debe de estar como contenido transversal en todas las materias del centro desde que el niño se escolariza. En cuanto a la religión, respeto que cada individuo crea en aquello que escoja. Sin embargo, no se debería de implantar como una asignatura obligatoria
El sexo es uno de los temas que menos se trata en la escuela, aunque estamos en el siglo XXI. La escuela debe de educar a los alumnos en una visión del sexo saludable.
La mejor manera de hablar sobre sexo es explicando cómo realizarlo de forma segura, conociendo s riesgos y sus beneficios se ayudaría a la sociedad. Ya que si no se habla de el en la escuela de forma saludable sin tabúes, de todas manera el sexo lo van a conocer cada vez más pronto, que al fin y al cabo es uno de los factores influyentes en una relación, y en la misma salud individual del ser humano.
Por último, la violencia viene dada dentro de los genes del ser humano, y conocer sus riesgos, el temerlos, son suficientes para que el individuo escoja de forma racional otras alternativas (cooperación, concordia). Como dice el autor, “hay que afrontar constructivamente las tendencias a la violencia, tanto las propias como las ajenas”. Nuevamente la escuela tiene la oportunidad de contribuir de forma positiva a trabajar el tema de la violencia.
La educación a pesar de tener un elemento coactivo, ayuda en última instancia a que el ser humano sea libre, eso si la autoridad no debe de ser impuesta “a lo militar”, en la escuela se deben de formar ciudadanos libres, y no personas autómatas que obedezcan órdenes, sin pensar sobre qué es lo que se les está ordenando. La disciplina es necesaria en la educación, (aunque el niño no debe de perder su naturaleza rebelde, y su enorme curiosidad del porqué de las cosas)
La disciplina se debe de cuidar, aunque también puntuales insolencias, no vienen nada mal para la formación personal del niño.
Se puede aprender divirtiéndose, pero al mismo tiempo, hay cosas que no se pueden aprender jugando, por lo que no podemos basarnos en el juego siempre a la hora de enseñar. Cada cual tiene sus gustos personales, se considera al juego como una herramienta educativa con un potencial grande, pero de la cual no se puede abusar, y la cual no sirve para todo tipo de enseñanzas.
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