ENSAYO SOBRE UNA COMEDIA SATÍRICA QUIERE MOSTRAR LA REALIDAD

UNA COMEDIA SATÍRICA QUIERE MOSTRAR LA REALIDAD

Desde hace ya tiempo las personas han buscado la manera de plasmar o de dar a conocer su forma de pensar con respecto a algo en lo que no están de acuerdo, algo que para ellos no está bien, el mejor medio descubierto es la sátira, ya que cuanta con diferente estilos para dar a conocer una crítica de las costumbres y de las conductas deshonestas de individuos o grupos sociales, con un fin moralizador, burlesco o de simple diversión, habla con ironía y sarcasmo.

No cabe duda que la mejor forma de expresar un pensamiento, de mostrar una situación es por medio del doble sentido; a las personas les gusta, les parece mucho más interesante encontrar el mensaje oculto de lo que están viendo u oyendo, que si se lo revelaran de una vez (no habría gracia). Pero, ¿por qué hablar de ello? Porque el utilizar la sátira, el sarcasmo, la ironía y el doble sentido en temas comunes da a las personas “gracia, audacia e ingenio”, entonces que sucedería cuando las mismas personas decidieran utilizar la sátira, el sarcasmo, la ironía y el doble sentido en un contexto más real, es decir, en un tema que afecte a cada una de las personas de un lugar determinado.

“La Ley de Herodes” película Mexicana de 1999 dirigida por Luis Estrada, es un ejemplo clásico, por no decir que el mejor de lo que es utilizar la sátira, el sarcasmo, la ironía y el doble sentido y lo mejor de este ejemplo es que es puesto en un contexto que a todos afecta. ¿Por qué?

Muestra una problemática que va desde el país más recóndito y pequeño, hasta el más grande, conocido y respetado por todos. Una problemática que habla de corrupción, manos manchadas de sangre e injusticia. ¡El sistema político de los países!

Con la película se quería denunciar, por medio de una sátira negra, pero no dejando atrás el ridiculizar las formas más obvias de estos personajes al hacer corrupción, el funcionamiento del sistema político mexicano durante el largo mandato del PRI, pero adquiriendo un carácter universal en la crítica al burocratismo, la corrupción y el funcionamiento de las instituciones del Estado al servicio de unos pocos privilegiados. La película cuenta la historia de un político, Juan Vargas, nombrado presidente municipal del pueblo San Pedro de los Saguaros, en México, un lugar sin progreso de unos cien habitantes, donde la mayoría no habla español porque son indígenas.

Juan Vargas es una persona que ha sido fiel a su partido por mucho tiempo  y no se ha superado. Sus superiores le dan el puesto porque buscan a alguien “no muy vivo” y porque nadie está interesado en ocupar o vivir en un lugar tan peligroso y sin mucho futuro, en donde al anterior Presidente Municipal la población lo asesinó. Cuando toma posesión del cargo, Vargas fiel a su partido y los ideales de este, cree que su función es traer la modernidad y la justicia social al pueblo. Y quiere trabajar realmente por ello. Pero al ver que es abandonado a su suerte, sin presupuesto ni condiciones para llevarlo a cabo y sólo le es entregado una pistola, con la que se manchará muchas veces las manos de sangre inocente y la constitución,  que la utilizará a su favor (crea nuevas leyes) para hacer  valer su palabra y acabará aceptando y beneficiándose de las reglas del juego institucional, convirtiéndose en un funcionario corrupto más, que tratará de sacar el mayor beneficio posible de la situación, terminando en un cargo público de alto rango entre senadores y el presidente.

Es interesante resaltar el simbolismo de las dos cosas que le entregan para llevar a cabo su trabajo: la pistola y la Constitución, o sea, la capacidad de ejercer violencia y la de administrar la Ley. Anteriormente se mencionó que la crítica de la película toma un carácter universal, porque no solo México pasó o pasa por la corrupción, el burocratismo y el funcionamiento de las instituciones del Estado al servicio de los privilegiados.

Colombia es un claro reflejo de la película, porque si no fuera así no habría tantos escándalos, noticias, en donde muestran que senadores, congresistas, gobernadores, alcaldes y cualquier persona capacitada para ejercer poder sobre otro, utilizando la frase  “¡El que no transa no avanza!” (transgredir = transar), refiriéndose a la justificación de porque todo funcionario público se lucra indebidamente con su cargo público, pagando muchas, sino demasiadas veces justos por pecadores. Se aprovechan de un pueblo que es rico en tantas cosas, pero que lo han convertido en vulnerable para poder sacar el beneficio propio; deteriorando entre otras cosas la educación  que es el pilar fundamental para el progreso, porque al igual que un principio los superiores de Vargas buscaban a alguien “no muy vivo”, se podría pensar que nuestros dirigentes quisieran un pueblo que no piense, que no razone el porqué de las cosas, que termine creyendo que la culpa es del pueblo por no colaborar con un gobierno corrupto. Y si al final el vivir en un ambiente en donde para sobrevivir se tiene que pasar por encima del otro convirtiendo todo en un círculo vicioso, todo terminaría reduciéndose a La ley de Herodes o te chingas o te jodes.

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