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EXISTE UN CONSTITUCIONALISMO LATINOAMERICANO


Enviado por   •  15 de Octubre de 2012  •  4.420 Palabras (18 Páginas)  •  524 Visitas

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¿EXISTE UN CONSTITUCIONALISMO LATINOAMERICANO?

Israel Celi Toledo 

RESUMEN:

La pregunta por la existencia de un constitucionalismo latinoamericano se relaciona íntimamente con el cuestionamiento identitario del pensamiento latinoamericano. En un intento para responder estas interrogantes, daremos cuenta de la originalidad y autenticidad de nuestro pensamiento; elementos que a criterio de Salazar Bondy, son necesarias para afirmar un pensamiento de nuestra América . Para el efecto, recurriremos al paradigma denominado historia intelectual, en aras de abordar los lenguajes políticos que subyacen al pensamiento latinoamericano y en especial al pensamiento constitucionalista, para de esta manera, evidenciar su identidad.

Este enfoque, tiene su piedra de toque en la necesidad de marcar nuestra postura crítica en este trabajo. Así, en primer lugar expondremos por qué no ha sido posible un constitucionalismo latinoamericano; luego, señalaremos elementos básicos sobre los lenguajes e ideas que han hecho posibles las creaciones institucionales del pensamiento constitucional latinoamericano, para demostrar que nuestro constitucionalismo —entendido como una dimensión del pensamiento latinoamericano—, no constituye, en términos generales, una necesaria aportación con identidad latinoamericana que se separe de las formulaciones del constitucionalismo de raigambre europea o norteamericana; y, finalmente, propondremos una salida a nuestra dependencia intelectual, que contribuya, a la existencia de otro constitucionalismo latinoamericano, original y auténtico.

El trasfondo de nuestra crítica refiera a una pobre concepción del lenguaje en el pensamiento latinoamericano, que confunde proposiciones y enunciados, las primeras referentes a ideologías dominantes muy influyentes en Latinoamérica, y las segundas, relacionadas con actos de habla, determinantes para entender el sentido de los enunciados de autores como Kelsen, Ferrajoli o Alexy, siempre marcados por las experiencias concretas de su historia social. En Latinoamérica, la influencia dependentista de las proposiciones ideológicas eurocéntricas, ha desplazado la preocupación por el contexto social, elemento fundamental para generar un pensamiento original y auténtico que nos libere del sometimiento y la desigualdad en mayoritaria población vulnerable.

PALABRAS CLAVE: historia intelectual, lenguajes políticos, pensamiento latinoamericano, tipos ideales, liberalismo, conservadurismo, radicalismo, socialismo, kantismo, neoconstitucionalismo, posmodernismo, dependencia intelectual.

I. ¿ES POSIBLE UN CONSTITUCIONALISMO LATINOAMERICANO?

Para el filósofo peruano Augusto Salazar Bondy, un pensamiento genuino y auténtico, esto es, una filosofía estricta, solo sería posible, una vez superados el subdesarrollo y la dominación que sufre nuestra sociedad. Esto quiere decir, que mientras subsistan los graves niveles de desigualdad y violencia que sufre la mayor parte de nuestros hermanos latinoamericanos, y sigamos dominados por una geopolítica que alcanza el pensamiento, seguiremos dando palos de ciego en nuestra gestión intelectual.

Así lo demuestra la filosofía del derecho que hoy campea en los “gremios” instalados en nuestras universidades, filosofía que se centra especialmente en autores del “Norte global”, como Dworking, Alexy, Habermas o, el tan afamado, a la vez amado y odiado, Hans Kelsen. Todos, pensadores de clara filiación kantiana.

Este kantismo jurídico, también acogido –paradójicamente– por los pocos seguidores del voluntarismo schmittniano que influyen fuertemente en los países andinos, dominan el campo constitucional latinoamericano. De esta manera, la mayor parte de pensadores del derecho latinoamericano, forman parte de un amplio grupo de cultores, de corrientes iusnaturalistas y pospositivistas, no precisamente latinoamericanas en el sentido propuesto de originalidad y autenticidad.

Lo anterior no busca desvalorizar la filosofía del derecho que se hace fuera de la región; solo presenta información ampliamente conocida, que da cuenta en términos dependentistas, de una aparente relación centro-periferia resaltada por Salazar Bondy. Claro está, “resulta simplista y hasta engañoso, hablar de centros y periferias como si fueran entidades homogéneas y fijas, es decir objetos cuya naturaleza puedan determinarse a priori” ; no obstante, estas categorías son útiles, al menos en el caso comentado, toda vez, que el intercambio simbólico de códigos culturales, resulta extremadamente asimétrico.

Históricamente, el pensamiento constitucionalista norteamericano y europeo (expresado en teoría, jurisprudencia y diseños institucionales) ha sido considerado el referente de los países latinoamericanos. Podría afirmarse que desde el siglo XIX, nuestro marco institucional formal, se ha basado principalmente en tradiciones jurídicas desarrolladas en los países denominados avanzados, teniendo mayor peso la tradición romano-germánica.

Aún hoy se piensa nuestro derecho desde Europa y Norteamérica. Aún hoy las grandes mayorías latinoamericanas no han superado su condición de subordinación y dominación, y nuestra academia jurídica, sigue siendo un apéndice del pensamiento dominante. Mientras esto subsista, difícilmente construiremos otro constitucionalismo, más aún si nuestros pensadores e intelectuales siguen elaborando recetas a nuestras crisis del derecho y el Estado, desde operaciones del pensar que no tienen conciencia clara de los lenguajes políticos que nos condicionan, ni de la inmanente refutabilidad de ideologías del Norte que han sido tratadas desde los inicios de nuestras repúblicas, como “tipos ideales” que debemos seguir.

II. LENGUAJES POLÍTICOS Y CREACIÓN CONSTITUCIONAL

Un estudio sobre el constitucionalismo latinoamericano debe abordar en primer término, junto con lo historia conceptual construída por sus enunciantes, las prácticas políticas y sociales –atravesadas por tramas simbólicas–, que lo hicieron pensable; es decir, los lenguajes políticos por un lado, y la historia social y objetiva por otro.

Ahora bien, la entrada a los lenguajes políticos y la historia social, es sistemática –en palabras de Mario Bunge “paso a paso, pero todo a la vez”–. Para ello habrá que identificar desde las teorías institucionalistas, actores, procesos de largo y corto plazo e ideas. Por ejemplo, mediante un análisis institucional del contexto independentista en América Latina, es posible dar cuenta de la reconfiguración de los lenguajes políticos expresada en la

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