El Poder De Los Masones
marcela910 de Abril de 2013
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EL PODER DE LOS MASONES
Especiales SEMANA revela quiénes son y qué hacen los masones en Colombia.
Cuando el 22 de mayo pasado, día de la elección del nuevo Fiscal General de la Nación, el diario El Espectador publicó una nota en la cual se decía que "en los pasillos de la Corte se rumora que los votos para la elección del sucesor de Valdivieso están bastante parejos entre Alfonso Gómez Méndez y Manuel Urueta Ayola", muchos colombianos se sorprendieron. Aunque Urueta, un reconocido abogado y magistrado del Consejo de Estado reunía todas las condiciones para ser elegido Fiscal de la Nación, enfrentado a un peso pesado como Gómez Méndez parecía improbable que lograra el respaldo mayoritario de los 23 magistrados de la Sala Plena de la Corte Suprema de Justicia. Por eso el repunte de Urueta en vísperas de que se tomara la crucial decisión hizo pensar a muchos que detrás de los movimientos previos a la elección había algo inusual que a última hora parecía estar inclinando la balanza a su favor. Aunque finalmente Gómez Méndez obtuvo 16 votos y Urueta sólo tres, quienes intuían que tras bambalinas se movía algún poder desconocido tenían razón. Según fuentes allegadas a la Corte Suprema de Justicia, en determinado momento a favor de Urueta pesaron dos hechos: ser costeño y ser masón. Aunque él lo ha negado, Urueta Ayola perteneció a la logia José Hilario López Nº 20 de Bogotá, que hoy está inactiva. El rumor que se escuchó por esa época en la Corte y en ciertos círculos de poder es que el bloque costeño quería que uno de sus paisanos fuera el Fiscal, y para conseguirlo buscaron el apoyo de los nueve masones que se dice hay en ese Tribunal. El encargado de mover los dos bloques, según miembros de la Corte, fue el magistrado de la sala civil Pedro Lafont, quien tenía nexos con ambos grupos por ser costeño y "hermano masón". Aunque hay quienes podrían sospechar que se trata de uno más de los tantos cuentos que se tejen en los corrillos políticos, todo parece indicar que efectivamente la masonería estuvo en los entretelones de la votación. Este hecho, que a algunos les podría parecer insólito, no tiene sin embargo nada de extraño. A pesar de que su existencia es casi desconocida y quienes han oído hablar de los masones difícilmente podrían explicar qué son y qué hacen, la masonería ha estado presente en los círculos de poder en Colombia desde hace casi dos siglos. Treinta y dos presidentes colombianos han sido masones y si Horacio Serpa gana las próximas elecciones la masonería tendría nuevamente a uno de sus miembros rigiendo los destinos del país. Serpa pertenece a la logia Faro Nº 6 de Barrancabermeja desde hace varios años. Aunque son contadas las ocasiones en las que los masones son mencionados o se pronuncian sobre algún tema, su historia en Colombia ha estado profundamente ligada a la historia del país. Simón Bolívar, Francisco de Paula Santander, Antonio Nariño, Rafael Urdaneta, Tomás Cipriano de Mosquera, José Hilario López, José María Obando, José María Melo, Manuel Murillo Toro, Eduardo Santos, Darío Echandía, Alberto Lleras Camargo y Germán Zea Hernández fueron masones. También lo fueron personas tan reconocidas como Luis Cano, uno de los fundadores de El Espectador, el general Benjamín Herrera, los escritores Luis Eduardo Nieto Caballero y Enrique Santos Montejo (Calibán) y el empresario Leo Kopp. Aunque hoy en día la masonería no tiene el mismo poder que tuvo hasta los años 60, dentro de sus miembros han figurado conocidos políticos, la mayoría de ellos liberales, como Fernando Botero Zea, David Turbay, Eduardo Mestre, Jorge Mario Eastman, Alberto Santofimio, Ricaurte Lozada, Jorge Valencia Jaramillo y Carlos Ardila Ballesteros; el ex gobernador de Cundinamarca Jaime Posada; el ex presidente de Ecopetrol Luis Bernardo Flórez; el abogado Antonio José Cancino; el ex comandante de las Fuerzas Armadas general Camilo Zúñiga Chaparro; hombres de letras como Germán Arciniegas; hombres de negocios como Julio Andrés Camacho y Eduardo López Obregón; el rector de la Universidad Jorge Tadeo Lozano, Evaristo Obregón; el ex rector de la Universidad de los Andes Mario Latorre artistas como el pintor Armando Villegas; un importante número de magistrados de las distintas cortes, como Manuel Urueta y Carlos Orjuela Góngora, y varios notarios.
¿Que es la masonería?
A pesar de todos los nombres conocidos que figuran dentro de la lista de sus miembros y de la importancia que tienen en las esferas mundiales de poder, la masonería sigue siendo un enigma en Colombia. Aun quienes han oído hablar de ella o conocen a algunos de sus miembros saben muy poco sobre qué son los masones, qué piensan, qué hacen, qué buscan y cómo actúan. Alrededor de ellos se han tejido innumerables mitos e historias. Ello se debe principalmente a que la masonería moderna ha sido considerada durante sus casi tres siglos de existencia como una sociedad secreta. Esta denominación no es gratuita ya que desde el nacimiento de la misma, en Inglaterra, sus fundadores le imprimieron este sello particular. En uno de los documentos en los cuales se encuentran los fundamentos de la masonería, los Antiguos Límites o Landmarks, se dice que "la masonería es una sociedad secreta". La razón de ser de este precepto, según se explica en el libro Masonería y humanismo, publicado en Colombia en 1985 para consulta de miembros de la Orden, es que "se exige de todos sus miembros el secreto inviolable de todo cuanto hayan visto, oído o descubierto en ella. Además, es una sociedad en la cual hay una cierta cantidad de conocimientos que se comunican solamente a aquellos que hayan pasado por una forma de iniciación establecida, siendo la forma en sí misma oculta y misteriosa".
Es por esto que los masones prefieren mantener en secreto su afiliación y proceden con mucha reserva en sus asuntos. No obstante, en la actualidad las cosas han cambiado un poco. Existe tanta información pública sobre la masonería -sólo en Francia a comienzos de la presente década se habían contabilizado 54.000 títulos sobre la Orden- que son muy pocos los secretos masónicos que aún no han sido revelados por profanos (como los masones llaman a quienes no pertenecen a la masonería) o iniciados. La apertura les permite inclusive exponer sus símbolos ante los ojos de millones de personas y pasar inadvertidos. Gracias a todos estos cambios hoy se sabe que la masonería no es una religión, un partido político o una ideología; que los masones se agrupan en logias y que sus tres grados fundamentales son el de aprendiz, compañero y maestro (ver recuadro sobre la masonería por dentro). Los masones prefieren ser identificados como una sociedad discreta y definirse, en palabras de Gerardo Vargas, gran maestro de la Gran Logia de Colombia, como "una especie de escuela de liderazgo integrada por hombres libres y de buenas costumbres, basada en los principios de libertad, igualdad y fraternidad. Los masones -asegura- somos la reserva moral del país". En una reunión de la Confederación Masónica Interamericana, que se efectuó a comienzos del pasado mes de junio en Chile, se enfatizó este aspecto ético al declarar que "la masonería se entiende esencialmente como un sistema moral para el ordenamiento de la sociedad". Pero la realidad de esta sociedad, llámese secreta o discreta de acuerdo con el ángulo desde el que se la mire, no es tan simple como parece.
La masonería es una multinacional que puede ser comparada en su estructura, según el historiador Fabio Zambrano, con la Internacional Socialista o la Compañía de Jesús. Por eso es posible encontrar "personas libres y de buenas costumbres" -como suelen autonombrarse los masones- en la mayoría de países del mundo, identificados con un pasaporte especial en el que aparecen registrados sus datos y su historial masónico. Los masones están presentes en naciones de origen judío como Israel, en territorios islámicos como Egipto, en monarquías como el Reino Unido, en regímenes socialistas como Cuba, en países africanos como Togo o Senegal y en democracias como Estados Unidos. En este último, por ejemplo, los masones son legión. Algunos investigadores calculan que más de nueve millones de estadounidenses son masones con todas las de la ley. En América Latina son numerosos en Argentina y Brasil. No obstante, para algunos iniciados, el país con la masonería más importante y desarrollada de esta región es Chile. En Colombia se calcula que hay unos 1.500 masones practicantes y otros tantos que están iniciados pero que no asisten regularmente a los ritos.
Aunque las bases y los principios de la Orden son iguales en cualquier lugar del planeta, la masonería, como institución, está lejos de ser un bloque monolítico. Todo lo contrario, es una organización con distintas vertientes, que en cada lugar donde hace presencia tiende a adoptar modalidades diferentes de acuerdo con las características del país en que se desarrolla (ver recuadro). En América, por ejemplo, dice el maestro masón Pedro Justo Villamizar, la masonería "se caracteriza por su decisiva y valiosa intervención en la libertad y en la política de los pueblos". La masonería colombiana no ha sido ajena a esta particularidad de la región. Una prueba de lo anterior es el gran número de masones que han ejercido la Presidencia o funciones presidenciales a lo largo de la historia de Colombia (ver galería de presidentes masones), mientras que en Estados Unidos sólo ocho han llegado a ocupar este puesto en la Casa Blanca, entre ellos George Washington, Franklin Delano Roosevelt, Dwight Eisenhower y Ronald Reagan.
Masonería a la Colombiana
Los historiadores
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