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El Trabajo Forzado De La Comunidad Indigena En Mexico


Enviado por   •  29 de Abril de 2015  •  2.033 Palabras (9 Páginas)  •  467 Visitas

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“EL TRABAJO FORZADO A CARGO DE LAS COMUNIDADES INDÍGENAS EN MÉXICO”

Por Roberto Admin Chávez Arreola

Cuando oímos hablar de trabajo, forzado, esclavitud o servidumbre, muy probablemente podríamos pensar que esta es una situación que se ha erradicado del mundo, y que ya no se práctica más, y mucho menos en nuestro país o comunidad, ya que se nos vende la idea de que en un estado de derecho como el nuestro, todos los hombres son libres, y en general que se deben de respetar toda la gama de derechos humanos tal y como lo versa el artículo 1 de nuestra carta magna. Se piensa que la problemática de la esclavitud desapareció de manera total en nuestro continente con la guerra civil de los Estados Unidos de América, o en su defecto el concepto de trabajo forzado en nuestro país quedo relegado a la época del porfiriato en los cuales los grandes hacendados hacían lo que querían con su peones y servicios domestico, llevándolos a condiciones inhumanas de trabajo, pero la triste realidad, es que no hemos podido erradicar en su totalidad estas prácticas.

Para darnos una idea de cómo es que no hemos podido erradicar esta problemática a nivel mundial, podemos observar los grandes índices de trabajo forzado que existen en las diferentes regiones del mundo, siendo que el número más alto de trabajadores forzosos se registra en Asia, con 9,5 millones, 1,3 millones en América Latina y el Caribe, 660.000 en África al Sur del Sahara, 260.000 en Medio Oriente y África del Norte, 360.000 en los países industrializados, y 210.000 en los países en transición .

Para poder hacer un análisis práctico de lo que queremos decir con el concepto de trabajo forzoso, primero que nada considero importante tratar de definir un concepto, así como verificar los tratados internacionales que hablan de esta lamentable problemática social.

La Convención sobre la Esclavitud aprobada por la Sociedad de las Naciones el 25 de septiembre de 1926 , se refiere al trabajo forzoso y establece que “el trabajo forzoso u obligatorio no podrá exigirse más que para fines de pública utilidad”, y que los Estados parte deben evitar “que el trabajo forzoso u obligatorio lleve consigo condiciones análogas a la esclavitud”.

Posteriormente, el Convenio relativo al trabajo forzoso u obligatorio (N.° 29) , de 1930, párrafo 1 del artículo 2, por trabajo forzoso u obligatorio se entiende “todo trabajo o servicio exigido a un individuo bajo la amenaza de una pena cualquiera y para el cual dicho individuo no se ofrece voluntariamente”. Esta definición se distingue de esclavitud por cuanto no incluye un elemento de propiedad. El Convenio N.° 105 prevé la supresión inmediata y completa del trabajo forzoso en determinadas circunstancias: Art. 1, los Estados Partes se obligan a suprimir el uso del trabajo forzoso como medio para alcanzar objetivos políticos o de desarrollo económico, como medida de disciplina en el trabajo o como castigo por haber participado en huelgas y como medida de discriminación.

El concepto no abarca las situaciones de necesidad económica, se señala que la definición consta de dos elementos básicos: por un lado, el trabajo o servicio se exige bajo la amenaza de una pena; por otro, éste se lleva a cabo de forma involuntaria.

Una vez visto lo anterior podemos mencionar que esta situación puede considerarse como resultado de tres factores: una víctima propicia, un infractor motivado y la falta de un guardián capaz.

En el caso de la victima propicia podemos mencionar a las clase más vulnerables, ya sea tanto de manera económica, como dependiendo de su nivel educativo, que muchas veces este es el que más causa agravio a las personas al momento de que necesitan hacer valer sus derechos ante los patrones que les exigen de manera sobre humana.

En el punto del infractor podemos encontrar a los grandes dependiendo de las zonas de que se trate, a los grandes poseedores de la tierra, a las industrias que llegan a poblar zonas alejadas, o inclusive en nuestros días podemos encontrar a grandes células del crimen organizado que se aprovechan de la condición de estado de necesidad o de ignorancia de estos individuos, y los obligan a trabajar, inclusive bajo la amenaza de dañar su integridad.

En el último de los aspectos podemos mencionar al estado, que en su posición de garante de la seguridad del los individuos, no ha podido cumplir con las expectativas generadas, lo que nos lleva a un estado fallido de derecho, por lo menos de manera parcial, ya que en muchos sectores de nuestro tan diversificado país, no es posible que llegue la vigilancia y protección de este último, o en muchas ocasiones, el supuesto ente protector, se encuentra confabulando a favor de los factores que generan este trabajo forzoso, inclusive siendo estos políticos con falta de valores y sentido de humanidad los que lo promocionan.

Entrando completamente en materia, en México podemos observar que nuestra sociedad se encuentra constituida por una gran cantidad de pluralismo cultural, en el que debido a la gran extensión del territorio nacional, existen un sin número de comunidades indígenas que se encuentran extendidas a lo largo y ancho del país.

En un efecto derivado dese la época de la conquista, a estos grupos se les ha segregado y apartado de la comunidad en general, por lo que han necesitado de buscar la forma de sobrevivir en esta sociedad tan clasista. Estos grupos durante muchos años fueron totalmente alejados de la posibilidad de una buena educación, una vivienda digna, o el derecho a ser atendidos en las unidades de salud que correspondieran, situación que causo un gran impacto en su economía, ya que debían de ser plenamente autosuficiente.

Al inicio de la conformación de nuestra sociedad mestiza, en la época de la conquista, los españoles abusaban de la fuerza de trabajo tanto de los esclavos negros traídos de áfrica, como de los indígenas que fueron sometidos en primer término con la fuerza de las armas y luego con la religión. Creímos que las condiciones de vida cambiarían con el México independiente pero no fue así, seguíamos bajo el mismo esquema colonial.

Luego cuando llego la revolución tecnológica a nuestro país, en la época del porfiriato, se sufrió la repercusión de lo que había sucedido en Inglaterra año antes con la revolución industrial, la población que vivía en el campo, en especial los pueblos indígenas que fueron despojados en diversas etapas de sus tierras y costumbres, tuvieron la necesidad de acudir a las grandes haciendas de producción de riqueza, o a los grandes centros urbanos, y dada su ignorancia aceptaban las condiciones insalubres que los patrones les plantearan sin replicar, quedando inclusive endeudados en las famosas tiendas de raya, que solo generaban una obligación con el patrón de una supuesta deuda que se contrajo en términos muy desfavorables para el trabajador.

Hoy en día, en aspectos de género y generacional, el trabajo forzoso afecta en una proporción más o menos similar a hombres y mujeres en sectores de la agricultura y ganadería, construcción, fabricación de ladrillos y talleres manufactureros informales, pero existen formas de trabajo forzoso, como la explotación sexual donde las mujeres y niñas son las principales víctimas,

En ciertas zonas donde existe una gran cantidad de zonas boscosas y selvas tropicales, como lo son la sierra en Chiapas y Quintana Roo, los niños indígenas son considerados la mano de obra más barata, y por otro lado, los más obedientes; y por lo mismo son reclutados para el trabajo en la tala de árboles, en los aserraderos cortando madera, en las plantaciones de caña de azúcar, minería, destilerías, y de producción de carbón, todos los cuales son peligrosos .

No podemos pasar por alto los nuevos eventos que recientemente han salido a la luz en las noticias nacionales, en las que trabajadores jornaleros trabajan en jornadas totalmente inhumanas a pleno rayo del soy en los campos de cultivo de jitomate de Sinaloa, viviendo hacinados en recamaras en las que dormían más de 25 personas, haciendo sus necesidades en letrinas con poca higiene, y más aún, no recibiendo un salario justo, y ni por mucho remunerador.

Este grado de trabajo forzoso tiene otro rostro en el México de la actualidad, en el que nos damos cuenta de que las comunidades indígenas son víctimas del ataque del crimen organizado, en donde los diferentes carteles de la droga, toman como carne de cañón a los hombre mujeres y niños de las comunidades indígenas, para sus diversos fines delictivos.

La anterior problemática constituye un problema generalizado que puedo encausar en dos vertientes.

La primera es la ausencia de condiciones por parte del estado para hacer valer y respetar de manera efectiva los derechos humanos, y más aun los derechos ya convertidos en fundamentales, al estar plenamente recocidos y tutelados por el estado mexicano, en lo que podría denominar como una pasividad mediocre e indiferente para cumplir con su cometido principal como ente público abstracto, que es el de garantizar la seguridad de sus integrantes.

Es obvio que la dignidad humana es vulnerada de manera fragrante con la ausencia de sanción efectiva de los derechos humanos, y tanto peca las personas que realizan de manera directa la violación, como el estado por no poner un freno a este tipo de situaciones.

En un segundo plano podemos encontrar el problema socioeconómico que este hecho genera, ya que rompe con el principio de reivindicación social de las clases vulnerables, en este caso en concreto de los pueblos indígenas, obstaculizando su pleno desarrollo económico, social e intelectual, segregándolos de una manera más palpable del resto de la sociedad. Al no poder tener ese crecimiento profesional e intelectual es como se genera de manera natural, la polarización de la riqueza, y en consecuencia, el monopolio del poder en unas cuantas manos, que son las que detentan los medios generadores de riqueza en nuestro país.

La solución que se propone para tener un intento de erradicación de esta problemática, me parece que ya se encuentra Institucionalmente activa, mediante los organismos encargados de inspeccionar este tipo de situaciones, como la secretaría del trabajo en su área de inspección, los diferentes órganos del DIF en los distintos niveles de gobierno, etc.,. Sin embargo se han quedado cortos en la detección de los focos peligro, descansados en la comodidad de la burocracia sin obligación ni compromiso social.

El verdadero cambio para el respeto de los derechos sociales, los derechos fundamentales, y en los particular la erradicación del trabajo forzoso de la comunidad indígena lo es en palabras de un querido amigo Enrique Míreles, una reforma de actitud, en la que todos y cada unos de los actores sociales, por lo menos intente cumplir con su labor, en primer término respetando los derechos humanos de estas comunidades indígenas, y no viéndolos como seres humanos de segunda categoría que nos sirven materialmente para cumplir nuestros objetivos; en segundo lugar el fomento de esta mentalidad e inclusión de estos pueblos en la vida productiva del país con un trato de respeto y legalidad, denunciar al que este errando el camino y ponga en práctica cualquier tipo de trabajo forzoso.

Por parte de la autoridad, ponerse la camiseta de ser los responsables de vigilar el pleno cumplimiento de las normas que permiten la convivencia social, en miras de alcanzar los objetivos sociales trazados en la carta magna, necesitamos concientización, respeto y compromiso por parte de la autoridad de buscar los puntos de conflicto y darles una solución plenamente efectiva.

Una buen solución se me ocurre en la creación de más programas de inclusión social, en el que los individuos que sean rescatados de estas prácticas, sean educados en miras de que en un corto tiempo se puedan integrar a la vida productiva de este país, pero no de la manera en que lo haciendo, sino con dignidad y expectativa de crecimiento personal y profesional, para ellos y sus familias.

BIBLIOGRAFÍA

REFERENCIA DE LA EXPLOTACIÓN DEL INGENIO AZUCARERO EMILIANO ZAPATA. Zozimo Camacho, 2009. Morelos: Los esclavos de la zafra. en Crónicas, Ecología, Latinoamérica, Literatura, México, Sociedad posted by José Luís Castillejos Ambrocio. http://joseluiscastillejos.wordpress.com/2009/04/05/morelos-los-esclavos-de-la-zafra/

Elisa Canqui, New York, United states of america; “EL TRABAJO FORZOSO Y LOS PUEBLOS INDÍGENAS “, 27 May 2011; disponible en http://www.un.org/esa/socdev/unpfii/documents/session_10_crp_4.pdf (fecha y hora locales 22 de abril de 2015 a las 10:35 horas.)

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