La Perspectiva Del Genero En Comunidades Indigenas De Mexico
Enviado por temozequera • 19 de Junio de 2014 • 6.272 Palabras (26 Páginas) • 219 Visitas
Las mujeres indígenas en México: un análisis
desde la perspectiva de género
Alejandra Araiza Díaz
Universitat Autònoma de Barcelona
México, como otros países de América Latina, cuenta con un pasado
indígena, cuyos descendientes hoy en día sobreviven en condiciones de
extrema pobreza. De ese glorioso pasado que resalta la arqueología del
México nacionalista post-revolucionario provienen alrededor de 57 grupos
étnicos (Bonfil y Marcó del Pont 1999). Dichos grupos están distribuidos en
distintas regiones del país. Sin embargo, podría decirse que hay algunos
estados donde la población indígena tiene mayor concentración que en otros,
como Oaxaca o Chiapas (ubicados al sur). No obstante, debido al
centralismo, es en la ciudad de México donde habita un mayor número de
indígenas migrantes, provenientes de distintos puntos del país. Aunque cabe
aclarar que, a diferencia de otros países como los andinos, en México la
población indígena sólo equivale al 10 por ciento de la población total (ver
mapa).
Ahora bien, dentro de un contexto como éste, las mujeres indígenas [1]
comparten una realidad que está atravesada tanto por la condición de género
como por las de clase y etnia. Encontré esta similitud de condiciones a lo
largo de una investigación sobre las mujeres zapatistas de una comunidad
base de apoyo del Ejército Zapatista de Liberación Nacional EZLN, la cual
comencé en el año 2000 y que terminé unos años más tarde.
Regiones con presencia indígena en México Fuente: http://cdi.gob.mx
La comunidad donde hice mi trabajo de campo se llama Roberto Barrios. Sus
habitantes son de etnia tzeltal, una etnia de la familia maya que se encuentra
normalmente en las cañadas de Chiapas. Esta comunidad tuvo que emigrar
en busca de tierras cultivables, alrededor de los años setenta, a una región
que es predominantemente chol (también de la familia maya).
De esta manera, lo que presento en este artículo es una comparación de mis
datos del trabajo de campo con otras etnografías sobre mujeres indígenas de
diferentes latitudes del país; la mayoría de ellas abordadas desde la
perspectiva de género. El objetivo del texto es dar un panorama muy general
y breve de la situación de las mujeres indígenas en México, acompañado de
un análisis de género. Mi interés es dar a conocer la situación en la que viven
estas mujeres y cómo, al mismo tiempo, se organizan para luchar -tanto al
interior como al exterior de sus comunidades- por mejores condiciones de
vida.
Así, el primero apartado aborda la situación de las mujeres indígenas, con
temas tales como: la feminización de la pobreza, la división de espacios, el
cuerpo femenino, la relación con la tierra, la vida cotidiana, los oficios
femeninos y la migración; mientras que el segundo aborda la manera en que
ellas participan políticamente, ya sea desde las instituciones, desde sus
oficios o desde los movimientos indígenas, como el zapatista. Para finalizar
hablo de la necesidad de comprometernos con estudios de este tipo en tanto
que investigadoras latinoamericanas.
I. Situación de las mujeres indígenas
1. Hacia la feminización de la pobreza
Al igual que en casi todas las sociedades, en el mundo indígena existe una
marcada división sexual del trabajo, con base en la cual se otorga una
valoración distinta a las tareas y actividades realizadas por hombres y
mujeres. Las mujeres son las encargadas del trabajo doméstico y el cuidado
y crianza de la prole, mientras que el varón es el principal proveedor y
encargado de la actividad agrícola en la milpa, el cafetal, etcétera (Bonfil y
Marcó del Pont 1999; Rodríguez 2000; Olivera 2001). Es decir, que cada uno
cumple, tradicionalmente, con sus roles de género, los cuales se aprenden a
través del tiempo y a lo largo de las etapas de desarrollo. El problema es
que, por lo regular, las mujeres, además de sus tareas de género, se ven
obligadas a realizar tareas extras, tales como: hacer y vender artesanías,
emplearse como jornaleras, entre otras. Es decir, llevan a cabo una doble
jornada, lo que tiene consecuencias más marcadas en su salud (física y
mental). Y todo ello es lo que las autoras denominan feminización de la
pobreza.
En general, las mujeres indígenas, desde muy temprana edad, van
aprendiendo a realizar una serie de labores específicas del ámbito
doméstico, por ejemplo, todas se encargan de cuidar a sus hermanos y
hermanas pequeñas. Es común que se priorice la educación masculina y que
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