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El Triunfo Electoral De Maduro


Enviado por   •  29 de Abril de 2013  •  4.183 Palabras (17 Páginas)  •  352 Visitas

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El triunfo electoral de Maduro. Estadísticas, autocrítica y golpe de Estado (8 asesinatos)

*Manuel Sutherland

“La organización socialista, la crítica y la militancia contra la burguesía y la boliburguesía, parece ser la única alternativa para sortear un ajuste económico antiobrero (escalonado) y evitar que las miserias del capitalismo criollo impulsen triunfalmente la candidatura ultraliberal y antisocialista de Capriles para el 2018”**

**Manuel Sutherland: Escrito el 8 de Octubre de 2012

La muerte del Presidente Chávez ha significado un duro golpe para el movimiento progresistalatinoamericano. En plenas exequias la ley exigía llamar a elecciones presidenciales ipso facto. En treinta (30) días había que realizar otra elección presidencial, cuya campaña duraría sólo diez días y que definiría el rumbo del país por seis años. Montados en la popularidad del Presidente Chávez y en el alud sentimental que su fenecimiento arrastró, el chavismo personificado en Nicolás Maduro, juraba que iba hacia un triunfo categórico. El 90% de las encuestadoras le otorgaban al candidato bolivariano entre 12 y 20 puntos de ventaja. Sin embargo, la noche del 14 de abril Nicolás apenas pudo ganar con 272.865 votos de ventaja (con casi 15 millones de votos escrutados). Acto seguido, el candidato de la ultraderecha desconoce el resultado, insinúa fraude y hace llamamientos directos a la desobediencia civil, al paro patronal y al combate callejero. ¿Por qué sucedió esto? ¿Por que aún no hay señales sólidas de autocrítica? ¿Cómo es el golpe de Estado se desarrolla a sottovoce?

Problemas económicos graves y la designación de Nicolás Maduro

El 7 de octubre de 2012, Chávez había ganado las elecciones presidenciales por tercera vez seguida, pero su salud estaba muy deteriorada por un extraño cáncer que se presentaba invencible. En enero de 2013 los problemas económicos propios de una economía capitalista cuyo eje es la renta petrolera, se potenciaron con el acaparamiento de mercancías y las presiones especulativas sobre el tipo de cambio oficial (cuatro veces más barato que el dólar de mercado negro). Ante tal situación, el 8 de Febrero el gobierno devalúa la moneda en 47% y anuncia que vendrán nuevos “ajustes” económicos. El intitulado por la oposición “paquetazo”, se configuró como punta de lanza de la propaganda antichavista, acusando al gobierno de neoliberal y antipopular. La medida cayó muy mal y suscitó las más profundas amarguras. Dentro de la mar de incertidumbres, el 5 de Marzo se anuncia el fallecimiento del Presidente Chávez.

La muerte de Chávez trajo mares procelosos de seguidores incondicionales que protagonizaron las exequias más grandes en la historia de Latinoamérica. Sobre esa ola conmovedora se eleva Nicolás Maduro. Nicolás fue conductor de autobús y posteriormente un sindicalista destacado de su ramo. Acompañó desde muy temprano el proyecto bolivariano de Chávez y luego estuvo en varios puestos de relevancia en el gobierno, hasta que fue investido como Ministro para las Relaciones Exteriores, cartera que dirigió por más de seis años. Muchos dicen que en la disputa por la sucesión de un Chávez mortalmente enfermo, la presión internacional fue decisiva para que Maduro fuese el elegido por el mismísimo Chávez, en su último discurso.

Las elecciones más apresuradas y el proselitismo superficial

Para 2013 el chavismo tenía la misión de mantener los votos que obtuvo hace seis meses y continuar su proyecto de reformas, asistencia social y distribución popular de la renta petrolera entre los más pobres.

El chavismo sólo tuvo 12 días para realizar una fugaz campaña que ameritaba todo el diseño de eslóganes, propagandas, afiches y las típicas visitas a barrios populares, donde el beso a la abuelita y el cargar de niños en brazos, no pueden faltar. Con tan escaso tiempo, la campaña de Maduro se centró en un exageradísimo culto a la personalidad del Presidente Chávez. La estrategia publicitaria se centró en votar por Maduro para honrar la del Presidente. Las consignas: “Chávez te lo juro, mi voto es para Maduro”,“Chávez te cumpliré, por Maduro votaré”, ocuparon la centralidad de la campaña. En vez de prometer soluciones radicales a gravísimos problemas de la sociedad venezolana y ofrecer respuestas concretas en asuntos prácticos (la economía), Maduro partió de la premisa que Chávez lo había hecho todo bien, y que sólo había que continuar el trabajo.

Mientras el candidato de la ultraderecha se llenó de mentiras prometiendo estrafalarios aumentos de salario (50%), aumento del pago en las pensiones etc.; Maduro se centró en cumplirle a Chávez una promesa supraterrenal llena de un misticismo y de una religiosidad que la izquierda tachó de medieval. Cuando a Maduro se le preguntó sobre el terrible problema de la inseguridad, las medidas duras y concretas contra el hampa no se escucharon. Si Venezuela tiene la segunda tasa más alta de homicidios en el mundo (luego de Honduras)[i], y el año pasado (2012) tuvo 16.072 homicidios[ii], es evidente que estamos en una guerra, y que se necesita hablar de un combate radical que requiere medidas contundentes. Es asombroso que el mismo Maduro haya admitido[iii]que en seis regiones del país, se hayan cometido la bicoca de 10 mil homicidios y no prometa medidas de mano fuerte contra el lumpen armado que se desenvuelve con total impunidad.

En el tema económico fue más de lo mismo. Todo se basó en prometer algunas acciones abstractas en contra de especuladores, acaparadores y comerciantes inescrupulosos. La promesa de más controles y regulaciones ya no alegra a nadie. Las promesas en esta materia fueron demasiado etéreas e incluso pueriles ante problemas tan graves como: Tener la tasa de inflación más alta del mundo (exceptuando a Siria y a Sudán[iv]), importar la mayoría de lo que se consume (se importa leche líquida, pollos, café), escasa producción (menos del 10% de las empresas se dedican a actividades productivas), alto incremento del endeudamiento público y un largo etc.

Ante el asunto de la inflación, por ejemplo, Maduro insistió en decir algo que es muy cierto: “el record de más alta inflación anualizada en Venezuela, se dio bajo el gobierno de Caldera en 1996 (115 %), la nuestra es mucho más bajita que en la cuarta”. Sin embargo, si compara el 25% de inflación anualizada a marzo de 2013, con la inflación de febrero de 1973 (3,22%[v]), nos damos cuenta que la inflación actual, es ocho veces superior a la de 1973. Más impopular es la insistencia en políticas devaluacionistas y en políticas de transferencias de divisas preferenciales a la burguesía

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