El árbol Creador De Identidades. Viviendo La Prepa.

Me parece que todo comenzó con un “a que no te subes a ese árbol”, desde entonces mis amigos y yo lo volvimos costumbre, salir de clases y recorrer una larga y empedrada calle solo para subir a un árbol que nos esperaba siempre ahí, interrumpiendo la banqueta. Si bien la acción anterior no alcanza a definir la identidad de un grupo de amigos (ni la de un individuo cualquiera), sí es un hecho que la situación completa engloba una serie de elementos que; o bien se derivan de lo que hemos aprendido del sector social del cual formamos parte, o bien ayudan a crear nuestro contexto, lo cual a fin de cuentas desencadena en la formación de identidades.

Cuando algo pasa a formar parte de nuestra vida cotidiana, por más insignificante que sea, es erróneo no tomarlo en cuenta. La misma cotidianeidad que convierte la escuela en un segundo hogar transforma el entorno en el que ésta se encuentra, de tal suerte que la colonia “El Briseño” (donde se encuentra la prepa 9) es adoptada como nuestro barrio. En este punto debemos entender al barrio, no solo como el espacio en que el sujeto se siente reconocido, pero también como la trayectoria que nos ayuda a llegar al espacio apropiado (Mayol, 2006).

Si la zona del Briseño que rodea la prepa es reconocida por los estudiantes como el barrio, y la prepa como tal es un espacio privado, el fragmento de banqueta donde se encuentra el árbol es un espacio público. Hablamos de un lugar del cual nos apropiamos y que no fue previsto como espacio público; sin embargo, su naturaleza de espacio público se la da el uso que hacemos del lugar en cuestión (Borja, 2003). Existe también el espacio público de estatuto jurídico, como la unidad deportiva que se encuentra justo frente al árbol, y que desde antes de su creación fue pensado como un lugar de relación y de contacto entre personas (Borja, 2003).

“Son dos las sensaciones que caracterizan a la persona que vive en la ciudad; el miedo y el placer. Aunque muchos pueden poseer ambas, pero nunca simultáneamente, por lo general somos atrapados por la inseguridad y el miedo” (Vergara, 2006). Antes mencionaba la trayectoria como parte fundamental del reconocimiento del barrio, pero especialmente en las áreas de pobreza urbana, como es el Briseño, el trayecto que se ha de recorrer para llegar a un destino cualquiera puede presentar una ruptura con el espacio.

Esta ruptura se presenta en ocasiones como una forma de desarraigo o falta de pertenencia, algo que Alicia Lindón llama toponegligencia (2005). Sin embargo, existe otro nivel de territorialidad que tomar en cuenta, la topofobia; se trata de una relación incomoda del sujeto con el espacio, la cual nos lleva a no querer permanecer en ese lugar sino transitarlo (Lindón, 2005), este es el caso del camino que nos ha de llevar del periférico a la prepa y por tanto al árbol por el cual sentimos una topofilia que nos lleva a sentirnos parte del espacio (Lindón, 2005).

Es importante poner en claro que los espacios que frecuentamos o usamos de forma transitoria, no solo se definen en base al arraigo o rechazo que sentimos hacia un lugar en concreto. Todo espacio cuenta con algún tipo de organización social, un conjunto estructurado de valores, normas, roles, formas de conducta y de relación (Marc, 1992). Dentro de la prepa tomamos automáticamente el rol de estudiantes, en especial con algún profesor o profesora cerca de nosotros, pero una vez fuera y en compañía de nuestros amigos nuestro rol cambia, nos volvemos adolescentes despreocupados que suben árboles porque si. Así vemos que un rol es la actitud que adopta un individuo en una relación interpersonal (Marc, 1992).

Algo que acompaña al rol son los rituales de comportamiento. “El concepto ritual sirve para designar el código de conducta que preside las interacciones sociales cotidianas” (Marc, 1992). El tipo de ritual más básico es el de acceso, que puede ser un simple saludo, un movimiento con la mano o la cabeza, o una despedida. Otro tipo de ritual reconocido es el de reparación, el cual se utiliza para reparar un daño

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