Ensayo Derechos Humanos
Cris2711Ensayo29 de Noviembre de 2022
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04/mayo/2022[pic 1]
Nombre: Cristhian Francisco Martinez Toledo
Materia: Fundamentos de Derecho
Nombre del profesor: Alonso Guillen Amado
Escuela: Universidad Veracruzana Campus Coatzacoalcos
Carrera: Dirección y Gestión empresarial
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Facultad: De contaduría y Negocios
Trabajo: Ensayo Derechos Humanos
INTRODUCCION:
Abordar los temas de derechos humanos de una manera muy específica es una necesidad.
No es posible mantener generalizaciones que en el fondo son solo referencias a veces difíciles de aplicar.
Entrar en detalles finales en la interpretación teórica es otro extremo a evitar, ya que la protección y promoción de los derechos humanos no puede plantearse a partir de casos específicos, aunque el uso de casos específicos permita aclarar el significado de dicha promoción o muy a la defensiva.
Además, las defensas efectivas solo ocurren bajo condiciones específicas.
La promoción de los derechos humanos sólo puede lograrse a través de la acción respaldada por la teoría que nos garantiza el derecho a seguir adelante.
La referencia anterior debería ser más clara. Tampoco podemos limitarnos a la simple defensa, es decir, esperar a que se produzcan abusos contra los derechos humanos.
Estamos llamados por el mismo espíritu a entender que somos el desarrollo pleno del potencial humano, a promover los derechos humanos. De hecho, el crecimiento personal y el progreso social dependen de este fundamento moral, que es el principio del respeto y valorización de la dignidad de cada persona.
Por eso quiero subrayar este aspecto antes de entrar en los detalles de la aplicación, que también es importante, pero es sólo una consecuencia de la promoción de los derechos humanos.
Es claro que la escuela, más que cualquier institución educativa, salvo en el caso de la familia, es el primer lugar de educación, y un lugar especial para llevar a cabo la tarea.
La educación en derechos humanos es la afirmación de valores y la transmisión de la idea de ser persona, así como de una práctica o cultura.
La promoción de los derechos humanos es una forma de vida, no una forma de resolver conflictos.
La escuela es la fortaleza de los valores después de la familia.
Tal vez por eso, a pesar de tener muchos ancestros importantes, los "derechos humanos" todavía aparecen en la era occidental moderna. En este sentido, la Revolución Americana de 1775 y la Revolución Francesa de 1789 fueron acontecimientos históricos importantes, no solo porque trastornaron el orden social y político en favor de una sociedad libre y más igualitaria, sino porque hicieron declaraciones importantes sobre los principios de El día.
Se entienden como declaraciones de derechos humanos.
Por lo tanto, aunque el mundo sigue siendo una posición apropiada en los derechos humanos, la existencia de estos derechos era algo en todo el mundo, y esta es una razón para la alegría.
La incapacidad de las violaciones de los derechos humanos es el mayor oponente para ganar estos problemas, y por esta razón, es necesario que las violaciones se traten seriamente, independientemente del tiempo.
El evento: "La humanidad nunca se determina
No basta entonces con enseñar teóricamente los valores que sostienen las declaraciones de los Derechos Humanos, sino que es imperativo para la escuela y para el maestro concretamente adiestrar al alumno para que respete los valores y los derechos consecuentes.
Eso implica una formación disciplinada. No basta con una que otra conferencia que sólo ilustra el caso, sino es preciso crear las condiciones estructurales en las que podrá aprenderse a respetar y donde se aprenderá a enseñar el respeto a los valores. Esta dimensión no suele ser considerada.
Para el aprendizaje ético (en este caso a los Derechos Humanos) se requiere de la acción, de la capacitación, que se dan en circunstancias concretas de la vida, creadas artificialmente como en el sociodrama o vividas en las relaciones diarias como en el juego. Ni la escuela normal, como tampoco la universidad y menos los institutos tecnológicos han incluido este proceso dentro de sus planes.
El racionalismo de los últimos siglos que ha influido en la creación del modelo de educación que nos ocupa nos ha encerrado en la simple reflexión teórica.
La escuela, hoy por hoy, es mucho más un sistema orientado a la mente, alguna vez a los sentimientos, pero nunca (o solo excepcionalmente) al adiestramiento para vivir en sociedad de manera respetuosa y creativa.
El juego como fórmula imprescindible para el adiestramiento a la relación con el prójimo está ausente de nuestros planes: los niños se quedan solos en los patios a la hora del recreo y nuestra conciencia descansa sobre ciertas fórmulas deportivas para subsanar una ausencia grave en el proceso educativo. Sólo por nombrar un ejemplo.
promover los derechos humanos.
Los docentes tienen una gran responsabilidad en la realización de los valores que nuestra sociedad ha defendido durante muchos siglos. Los valores nacidos de la cultura judeocristiana prevalecen hoy, pero los de la cultura indígena son innegablemente derivados.
El valor, también conocido como moderno, se crea a partir del aporte de la ciencia y la masa de información.
En este tercer nivel comienzan a emerger nuevos valores, como el laicismo proclamado en el artículo tercero de la Constitución, que es el punto de partida de una destacada virtud social y política, es decir, la tolerancia.
La cultura griega, que ha calado en pensadores de todas las épocas, nos ha dejado un legado de phronesis, mal traducida como prudencia, es decir, la virtud proactiva de las decisiones oportunas y seguras.
Por lo tanto, no es suficiente teóricamente enseñar valores que apoyen las reivindicaciones de los derechos humanos, sino que es de vital importancia que las escuelas y los docentes enseñen a los estudiantes de una manera particular que respete estos valores y los derechos derivados de ellos.
Esto significa estar preparado con disciplina. No basta con realizar una conferencia u otra solo para ilustrar el punto, se debe crear un ambiente estructurado donde se aprenda el respeto y se aprenda el respeto por los valores que se enseñan.
Esta dimensión a menudo se pasa por alto. El aprendizaje ético (en este caso un derecho humano) requiere que la acción y el aprendizaje tengan lugar en situaciones concretas de la vida, creadas artificialmente como en las películas sociológicas o experimentadas en las relaciones cotidianas, como en un juego.
Ni las escuelas regulares ni las universidades, y mucho menos los institutos tecnológicos, no contemplan este proceso en sus planes.
El racionalismo de los siglos anteriores, que influyó en la creación del modelo educativo que nos interesa, nos ha cerrado a una simple reflexión teórica.
Las escuelas de hoy son más que un sistema centrado en la mente, a veces un sistema centrado en los sentidos, pero nunca (o solo específicamente) aprenden a vivir en una sociedad respetuosa y creativa.
El juego como receta necesaria para forjar relaciones con los demás no estaba en nuestro plan: los niños se quedan solos en el patio de recreo, y nuestras conciencias confían en ciertas fórmulas deportivas para corregir un grave desfase en el proceso educativo.
Otro aspecto de esta promoción de los derechos humanos es el aprendizaje de la democracia.
De la escuela (así como de la familia) el niño aprende la moral democrática. El niño es una persona egoísta al principio, y es una virtud en los primeros meses de su vida, porque así se protege y existe frente a los demás.
Es una esclavitud porque pasa en los primeros años de vida.
La educación en derechos humanos nos insta a repensar el paradigma de la educación global.
Todos coincidimos en un principio que no se puede ignorar: el niño va a la escuela a aprender, y son los adultos quienes deben decirle lo que debe aprender según la cultura que lo rodea. No apostaría por una escuela donde los estudiantes determinan qué estudiar. Incluso en la universidad.
Pero la democracia no se trata del contenido de los temas, sino de cómo las personas se relacionan entre sí. Este no es el lugar para desarrollar el contenido de esta educación, sino simplemente una advertencia de que algo positivo podría suceder si hacemos esta solicitud pública.
La democracia es el sistema político que se ha mostrado más idóneo para el ejercicio de los derechos humanos en nuestra cultura judeocristiana de Occidente y de nuevo.
Desarrollo.
La educación para la democracia también enseña a resolver pacíficamente los conflictos a través de la existencia de reglas comunes y, por lo tanto, a respetar y hacer cumplir los derechos humanos.
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