Ensayo de organización comunitaria

Retos y desafíos que enfrentan la organización y desarrollo comunitario para la implementación de los enfoques, acción sin daño, memoria histórica y gestión asociada

La organización y desarrollo comunitario en su búsqueda o interés por ofrecer medios y actividades para que la gente pueda apropiarse de conocimientos y habilidades, tratando de incrementar sus posibilidades de autodeterminación, requiere de maneras de ver las cosas o plasmar ideas desde la colectividad, posicionar a la comunidad no solo como objeto de estudio sino también como sujeto, que en su proyecto o forma de vida es consciente de que necesita conocerse mejor para poder encontrar respuestas frente a qué hacer con los recursos disponibles y cómo mejorar su realidad comunitaria. Por tanto, los posibles retos y desafíos que enfrentan la organización y desarrollo comunitario para la implementación de los enfoques, acción sin daño, memoria histórica y gestión asociada, son los siguientes:

En primer lugar, el enfoque de acción sin daño se fundamenta en el interés por mejorar las condiciones de vida de las personas vulnerables y minimizar las brechas sociales, lo cual implica la reflexión por parte de los profesionales u organizaciones sobre aspectos como los conflictos emergentes durante la ejecución de las acciones. En ese sentido, uno de los retos en la implementación de este enfoque sería la sensibilización y tacto al momento de abordar o intervenir una situación determinada, es decir, un profesional o agente externo no puede llegar a imponer el qué se va a hacer y cómo se va a hacer sin tener en cuenta la opinión y consentimiento del individuo o comunidad; por más que busque el beneficio de los actores involucrados, es necesario la relación de diálogo, escuchar y atender a las necesidades que la comunidad tiene, los recursos de los cuales dispone, así como las iniciativas o alternativas que han implementado, desean llevar a cabo o quieren priorizar en miras a un cambio o mitigación de las diversas problemáticas, de modo que, se efectúe bajo una corresponsabilidad de agentes externos e individuo/comunidad, y se puedan convertir los programas, proyectos y estrategias en una oportunidad de acción de las personas.

Asimismo, podría representar un reto, la comprensión del contexto al cual las acciones irán dirigidas, ya que, en ocasiones se tienen predisposiciones, procesos de reproducción de marginaciones o intervenciones desde una mirada sesgada por el déficit, las cuales permean en formas de estigmatización, generando sentimientos de impotencia o incapacidad. Por tanto, se requiere de una práctica abierta que permita dimensionar las relaciones, dinámicas sociales y su confluencia, no solo para remarcar potencialidades y aspectos positivos que lleven al empoderamiento de los actores, sino también a la aplicación de mecanismos para la acción y conexión con el medio, en la creación de procesos adaptables y recíprocos.

En segundo lugar, el enfoque de memoria histórica se basa en la idea de no olvidar y luchar por el cese al fuego, reconocer a las víctimas y sobrevivientes en el proceso de reivindicar y mantener las garantías de no repetición. Sin embargo, como ciudadanos hemos sido espectadores de una realidad cruel y dolorosa que creíamos no tocarnos por el simple hecho de observarlo desde nuestras comodidades, nos hemos mantenido al margen, ajenos a una realidad que ha perpetuado en la historia de nuestro país, llegando incluso al conformismo, esa idea de que somos esto y nada va cambiar; nos han hecho creer que la pobreza, las condiciones que llevan a una vida indigna son responsabilidad nuestra y que la guerra de alguna manera también lo es, y bajo esa convicción nos hemos refugiado en los intereses personales pasando incluso por los demás, “lo que le pase al otro no debe porque afectarme”, es en esa ignorancia en la que nos hemos visto inmersos constantemente.

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