Ensayo sobre el proceso electoral Mexicano

De acuerdo a los estudiosos de la administración pública, ésta comenzó cuando dos seres humanos unieron sus esfuerzos para realizar una acción de supervivencia que le benefició a ambos.

Luego uno de ellos comenzó a generar ideas que al realizarlas en conjunto satisficieron sus necesidades de vida, creándose así el liderazgo, con el surgimiento intrínseco de “El líder”.

En sucesión de acontecimientos se fue estructurando una serie de relaciones entre los grupos de personas que compartían necesidades por condición de familiaridad, de ubicación territorial, de protección ante el ambiente, fortaleciendo la figura de un organizador y coordinador de esfuerzos.

Al cohesionarse las actividades se conforma la sociedad, cuyo funcionamiento requirió el establecimiento de formas de conductas para sostener la armonía en los esfuerzos que se traducirían en progreso de los satisfactores de la colectividad.

En este contexto, cobró vital importancia la personalidad del líder de cada conglomerado social, el cual a través de la historia se le ha definido con diferentes nombramientos, y diversas características: rey, emperador, cesar, zar, sultán o tlatoani, entre otros, de acuerdo a cada cultura.

En los casos anteriores, el carácter absolutista en las decisiones es el distintivo en la forma de administrar el interés público. Ya sea por elección de la divinidad o talante guerrero, o en el menor de los casos selección intelectual, la creencia social permitía a una persona ser el depositario del poder público, a la postre hombres, que dictaminaban el curso de las sociedades y constituyendo “el gobierno”.

Con el antecedente de la Roma antigua, y la Tlaxcala prehispánica, que desarrollaron un sistema político basado en la representación popular, a finales y principios de los siglos 18 y 19, respectivamente, en diferentes latitudes se retoma la doctrina de la filosofía griega de la “Democracia”.

Demos (pueblo) cratos (gobierno). Bajo este principio de darle oportunidad de emitir una opinión a los componentes de una sociedad, integrantes llamados ciudadanos, condición que se adquiere en la adultez, es como se origina la posibilidad de que cada persona exprese su preferencia sobre el personaje ideal para gobernar.

La mayoría de las sociedades contemporáneas organizan sus gobiernos mediante una estructura de representantes del pueblo, entendiéndose éste como el conjunto de individuos pertenecientes a un lugar, raza, costumbres e idiosincrasia, etc.

Por lo tanto, bajo la filosofía de la representación social, los ciudadanos seleccionan a una persona de cada extracto social que pueda plantear las necesidades del sector de la población del que forma parte y conseguir del gobierno la satisfacción de las necesidades o solución de los problemas que enfrentan.

Ante la explosión demográfica, la diversidad de intereses sociales y la convicción de que la confluencia de ideas y de acciones distintas logran un mayor beneficio colectivo, es que la organización y decisión ya no es depositaria en un solo líder, sino en un conjunto de personas congregadas en cámaras, senados y una vasta estructura operativa llamada burocracia o poder ejecutivo.

Los líderes que llevarán a cabo la organización social, en la mayoría de los países deben ser electos por la ciudadanía, a través de una opinión manifestada de manera secreta, libre y universal, denominada voto.

En el particular caso que nos ocupa, en México se toman las decisiones a través de Poderes establecidos en tres órdenes: Ejecutivo, Legislativo y Judicial.

Para realizar las obras de infraestructura pública y dotar de servicios sociales, el Poder Ejecutivo se divide en cuatro niveles: Presidente de la República, Gobernador, Presidente Municipal y Presidente de Comunidad.

Para establecer leyes, reglas, normas y ordenamientos a seguir por la conducta de la población está el Poder Legislativo a nivel nacional y estatal, pero también para expedir bandos existen los Cabildos que se componen

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