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Espacios rurales argentinos y la globalizacion


Enviado por   •  6 de Junio de 2019  •  Apuntes  •  2.390 Palabras (10 Páginas)  •  142 Visitas

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ESPACIOS RURALES ARGENTINOS Y LA GLOBALIZACION

El proceso de reestructuración mundial del capitalismo, iniciado en 1970, introdujo transformaciones en la estructura productiva, social y territorial de la Argentina. Este proceso, se dio también en los espacios rurales del país a través de la expansión territorial de los cultivos de mayor demanda externa, del avance de la frontera agropecuaria y de la expansión de la forestación, la pesca y la minería, sumado a las nuevas formas de inversión en la producción primaria.

De esta manera, desde el siglo XIX, se produjo el crecimiento de la división territorial agropecuaria, sobre todo en la llanura pampeana donde se desarrolló la producción agrícola ganadera que tendía a abastecer el mercado externo de cereales, oleaginosas y carne vacuna, cuyas decisiones de qué y cómo producir y los niveles tecnológicos utilizados, dependían de los requerimientos de los países compradores. Mientras que en el interior del país la obtención de bienes agroindustriales estuvo orientada a abastecer el mercado interno (azúcar, vinos, algodón).

Después de 1975, debido a la pérdida de poder adquisitivo de amplios sectores sociales y al aumento de la desocupación, se produjo la caída de esas producciones agroindustriales junto a una reconversión productiva. Por lo que grandes productores y nuevos inversores impulsaron la “pampeanización” del espacio, es decir, el reemplazo de la producción tradicional por la de oleaginosas. La pampeanización de Argentina es el proceso por el cual algunas producciones del sector de las pampas se trasladan a otros sectores productivos de Argentina. El traslado de estas producciones se hace hacia las zonas “extra pampeanas”, es decir, las otras zonas o regiones del país que no pertenecen a las pampas. La pampeanización hace que estas regiones adopten los cultivos propios de las zonas pampeanas, como la soja, de la que se obtiene productos industriales como harinas, aceites y alimento para animales.

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La producción de soja o soya comenzó en la década de los 70 y era cultivada principalmente en la región de la pampa. Sin embargo, hoy en día se cultiva en las zonas extra pampeanas gracias al proceso de pampeanización. La soja fue y sigue siendo uno de los principales cultivos en las regiones de las pampas. La ganadería y los cultivos de trigo y maíz fueron desplazados por la producción de esta planta, su expansión hizo que la cría de ganado y los cultivos de otros alimentos disminuyeran, y que muchos pobladores rurales y comunidades indígenas perdieran sus propias tierras porque los productores de soja buscaban nuevas tierras para su cultivo. Por esto se produce otro proceso llamado agriculturizacion, predominio de la producción agrícola por sobre la ganadera, basada en dos cosechas por año que le garantiza al productor elevados ingresos.

Una de las consecuencias de la pampeanizacion es el fortalecimiento de la agriculturizacion y la producción de soja en nuestro país, pero lo grave de estos procesos es la perdida de grandes extensiones de bosques y montes naturales en las regiones extra pampeanas, que a su vez, afecta  al ciclo del agua, la evaporación, disminuye la biodiversidad de estas zonas. La falta de una política correcta para suspender la deforestación para la siembra de soja en zonas como Las Yungas (selvas de montaña) o el Monte Chaqueño (bosque nativo de Argentina), deja una pérdida de unas 30 mil hectáreas por año.

El avance de la pampeanización sigue acarreando más desforestaciones y problemas en los bosques nativos. A pesar de todo esto, la comunidad argentina no se ha sentado a discutir sobre las consecuencias que trae para el medio ambiente. Las medidas para controlar este proceso tienen que ver con la realización de un plan de clasificación territorial, definir qué zonas son las más adecuadas para hacer la deforestación y qué áreas ya están ocupadas por los pobladores y las comunidades indígenas para evitar que les invadan sus propiedades.

En la actualidad la soja representa más del 60% de la superficie cultivada del país. El fuerte avance de este monocultivo en los últimos 17 años ha tenido distintos impactos sobre lagunas, arroyos y otros humedales. Drenajes y canalizaciones y el uso de agroquímicos son algunas de las prácticas que afectan de manera significativa sus funciones más fundamentales y perjudican a la sociedad en su conjunto. Con la pérdida de humedales, los ciclos del agua y del carbono así como los de otros nutrientes son significativamente alterados, en su mayoría de manera determinante, y afectando directa o indirectamente la sustentabilidad de las actividades agropecuarias en el tiempo y la provisión de bienes y servicios eco sistémicos.

En Argentina se reconocen dos áreas bien definidas para la producción de soja. La región primaria o núcleo sojero (borde amarillo en el mapa de cultivo de soja) y la región secundaria (borde azul), la cual comprende el área de expansión del cultivo. Observando ambos mapas, se advierte rápidamente que el cultivo de soja se extiende por la región centro-este de la Argentina al norte de la Patagonia, donde también encontramos los principales sistemas de humedales del país. Por esta razón la conservación de estos ecosistemas y de los servicios que brindan a la sociedad son aspectos fundamentales a tener en cuenta cuando se toman decisiones relativas a la expansión del monocultivo de soja.

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Modernización del espacio rural.

Desde mediados de la década de 1990, el sector agropecuario ingresó en un proceso de modernización tecnológico específico, basado en la incorporación de semillas modificadas genéticamente y en el uso de herbicidas y pesticidas, acordes con los requerimientos de nuevas variedades. Estas semillas generadas en laboratorios, tienen genes que aumentan su rendimiento y resisten el uso de estos herbicidas. Todo el ciclo productivo, desde la preparación del suelo hasta la cosecha, requiere el uso intensivo de maquinaria que modifica la imagen tradicional de ese espacio.

Esta tecnología, esta monopolizada por unas pocas compañías internacionales, como Monsanto y Du Pont, por lo que el productor pierde poder de decisión en relación con qué, cómo y cuánto producir.

El boom de la soja en la Argentina, el principal producto de exportación del país, está relacionado con el uso de las semillas transgénicas. La mala aplicación de herbicidas y pesticidas trae consecuencias sobre algunos sectores de la población rural. La biotecnología estadounidense hizo de Argentina el tercer productor mundial de grano de soja, pero el uso de las sustancias químicas que potenciaron ese boom van más allá de los campos de soja, algodón y maíz.

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