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Estado y gobierno: evolución

agustinabapcMonografía27 de Febrero de 2019

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Índice

1.Introducción -------------------------------------------------------------------------------  1            

2.Desarrollo----------------------------------------------------------------------------------  14

2.1. Estado y gobierno: evolución------------------------------------------------------   14

2.2. La participación ciudadana y sus herramientas----------------------------------23

2.3. La participación ciudadana digital y la implementación de las TICs---------30

3. Conclusiones------------------------------------------------------------------------------33

4. Bibliografía---------------------------------------------------------------------------------38

5. Anexo--------------------------------------------------------------------------------------   41

Introducción

El presente trabajo tendrá como eje central el análisis de la relación de los ciudadanos de CABA con el área de participación ciudadana dependiente de la Subsecretaría de Comunicación de GCBA, siendo su principal objetivo identificar el nivel de involucramiento de los ciudadanos porteños con la participación y las posibles mejoras que pueden resultar de las primeras experiencias para las futuras.

En primer lugar, será definido el concepto de estado, qué se entiende por paradigma burocrático, qué se entiende por gobierno abierto y cómo eso confluye en la descentralización del estado moderno.

En segundo lugar, se realizará un abordaje de carácter histórico sobre los gobiernos que fueron asumiendo en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires en los últimos años con sus correspondientes características y formatos.

En tercer lugar, se precisará explicar qué se entiende por TICs, cuál es su importancia y cómo éstas se vinculan con el proceso de participación ciudadana en el ámbito de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires. Asimismo, serán llevadas a cabo tres entrevistas a empleadas del estado que han sido parte de las áreas de relaciones con la comunidad y comunicación participativa, con la finalidad de entender cuál es el impacto de este nuevo formato tanto dentro la administración pública como así también, en la ejecución de la obras involucradas.

Estado y Gobierno: evolución

Según se indicó en la introducción del presente trabajo, se comenzará abordando la temática desde la definición de estado y paradigma burocrático, se desarrollará qué se entiende por gobierno abierto y cómo esto confluye en la descentralización del estado moderno.

Para empezar, se entenderá la definición de Estado según Max Weber, quien lo define como una asociación con carácter institucional que ha tratado, con éxito, de monopolizar dentro de un territorio la violencia física legítima como medio de dominación y que, con este fin, ha reunido todos los medios materiales en manos de sus dirigentes y ha expropiado a todos los seres humanos que antes disponían de ellos por derecho propio sustituyendolos con sus propias jerarquías supremas.

Desde el nacimiento del Estado moderno, se aceptó la tesis de su existencia a partir de tres elementos inicialmente constitutivos: territorio, población y poder público; sin embargo, con el devenir de los acontecimientos históricos, quedaron también adscritos el gobierno y el ordenamiento jurídico desde la base del Estado nacional.


Así, por mucho tiempo se identificó el poder del Estado con el gobierno y viceversa, pero, en la doctrina comparada, es necesaria la distinción de rigor, pues no toda forma de gobierno tiene igual cantidad de poder, por lo cual nunca pueden identificarse la democracia y la dictadura; de lo contrario, la diferencia no existiría.


Por otra parte, a partir del desarrollo de la llamada “era del constitucionalismo” fue cuando se tuvo plena conciencia de la importancia de los textos constitucionales, que dan forma a las organizaciones y actividades del Estado, sin que el constitucionalismo se agote en las constituciones escritas, pues también existe la constitución no escrita.

Luego de esta concientización doctrinaria y normativa, con el advenimiento y fortalecimiento de las declaraciones de los derechos humanos en sus textos y contextos, surgió el concepto de “Estado constitucional”, que contradice al Estado autoritario y totalitario, donde se afecta e invade la totalidad del comportamiento y la relación de los humanos, en perjuicio de la libertad individual y social. Así, en la dimensión del Estado constitucional se ubica el Estado liberal de derecho, el social, el democrático participativo y representativo, con desarrollo sostenible que incluye la dimensión ecológica.


De toda esta composición de elementos surgen diferentes aspectos complementarios de gran importancia para cualquier gobierno democrático: la fuerza y el poder,  que, en ocasiones, se confunden, aunque siempre sea en perjuicio de los derechos y libertades ciudadanas. Por esto, si entendemos el Estado como simple “fuerza”, que parte de su existencia bajo la premisa de la tenencia de la fuerza para imponerla con los mandatos dentro de sus fronteras y en las relaciones interestatales, se llegaría a la inaceptable conclusión de que, sin el ejercicio de la fuerza, no habría Estado, pues, en su lugar, se constataría el caos y la anarquía social, a la mejor manera del estado natural de Hobbes.


En cambio, el Estado como “poder” se ubica en la dimensión jurídica, siendo así el Estado una fuerza filtrada por el ordenamiento, que a su vez conduce al concepto de soberanía por el ejercicio de la potestad de autocreación y ejecución del derecho, sin la existencia de un poder mayor que lo sustituya o doblegue, Así, en esta perspectiva, el poder del Estado es legal o sometido al derecho, que le otorga validez y eficacia; de ahí, el vínculo íntimo y necesario con el principio de legalidad para los órganos, entes y funcionarios públicos, sin excluir excepcionalmente a ciertos sujetos privados y mixtos.

Por otra parte, el modelo burocrático fue formulado por Max Weber y posibilitó pasar de una sociedad rural y descentralizada a una urbana e industrializada, donde primaron valores de racionalidad y eficiencia.  

La burocracia es una forma de organización y administración más racional que las alternativas, que se caracterizan como sistemas basados en aproximaciones carismáticas o tradicionales. Se tomará la definición del sociólogo que entiende a la burocracia como una forma de organización que realza la precisión, la velocidad, la claridad, la regularidad, la exactitud y la eficiencia conseguida a través de la división prefijada de las tareas, de la supervisión jerárquica, y de detalladas reglas y regulaciones. Es decir, en sí es un tipo de gobierno.

Estas definiciones nos llevan a hablar de una descentralización del Estado que se considera como un proceso social de transferencia de competencias desde la administración central a las administraciones intermedias y locales y que puede adoptar diversas formas.

Si bien la descentralización permite un acercamiento rápido y oportuno a la toma de decisiones al tiempo que descongestiona un grupo de funciones en el nivel central, también da pie a un desarrollo territorial desproporcionado, imposibilita el verdadero papel del Estado en la sociedad y sienta las bases para la conformación de élites locales con intereses particulares, que pueden atentar contra el bienestar de la sociedad.

Se toma el paradigma neo-institucionalista considerando, al igual que Joan Prats i Catalá que un sistema social es gobernable cuando está estructurado socio-políticamente de modo tal que todos los actores estratégicos se interrelacionan para tomar decisiones colectivas y resolver sus conflictos conforme a un sistema de reglas y de procedimientos formales o informales. La apertura hacia la participación del ciudadano contribuye a la gobernabilidad en tanto que este encuentra nuevos espacios de vínculo con el gobierno y le permite sentirse representado y escuchado.

A través de los años, importantes pensadores han trabajado alrededor del concepto de gobierno abierto, cuestión que resultó y sigue resultando novedosa en muchos sectores de la política, sobre todo en los estados más conservadores. Según Calderón y Lorenzo (2010), un gobierno abierto es aquel que entabla una constante conversación con los ciudadanos con el fin de escuchar lo que ellos dicen y solicitan, que toma decisiones basadas en sus necesidades y teniendo en cuenta sus preferencias, que facilita la colaboración de los ciudadanos y funcionarios en el desarrollo de los servicios que presta, y que comunica todo lo que decide y hace de forma abierta y transparente (p.1).

En paralelo, Ramírez Alujas (2011) indica que El Gobierno Abierto surge como un nuevo paradigma y modelo de relación entre los gobernantes, las administraciones y la sociedad: transparente, multidireccional, colaborativo y orientado a la participación de los ciudadanos tanto en el seguimiento como en la toma de decisiones públicas, a partir de cuya plataforma o espacio de acción es posible catalizar, articular y crear valor público desde y más allá de las fronteras de la burocracias estatales. (p. 1)

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