Evolución De Los módulos Familiares

“Evolución de los módulos familiares”

Separación conyugal.

Planteamiento del problema.

Cada día vemos un fenómeno en México con mayor frecuencia que las parejas jóvenes deciden separarse. Se casan con la mentalidad de que sea por un tiempo determinado y no con la pena conciencia de que un matrimonio debe ser para toda la vida (como en los tiempos de nuestros abuelos o incluso padres). Estamos edificando una cultura de relaciones Light, donde a la menor provocación se toma la decisión de separarse, sin pensar que las causas que llevaron al divorcio y/o separación se va a seguir presentando en futuras relaciones. La mayoría de las parejas que realizan este proceso oscilan entre 24 a 35 años. Los divorcios se están convirtiendo en una plaga ya que los jóvenes no desean luchar por conservar la familia, y menos hacerse responsable de la misma.

Las familias solían consistir en matrimonios arreglados por los padres o por una casamentera. La diferencia de edad entre los cónyuges era algo habitual. Para aquellos que se apartaban de las costumbres religiosas les esperaba el ostracismo social. Un embarazo en la juventud condenaba a una chica a la prostitución.

Ya entrado el siglo XX las familias aumentaron su tamaño de manera espectacular, sin precedentes en la historia de la humanidad. Las familias del pasado (tradicionales) estaban basadas en patriarcados de explotación donde los padres explotaban a los hijos para que trabajasen, los hombres explotaban a las mujeres.

La pareja humana constituye un vínculo interpersonal de gran complejidad, que se configura como núcleo básico de la familia. La unión establecida voluntariamente por dos personas que deciden organizar e iniciar un proyecto de vida compartido se convierte en la raíz más profunda del grupo familiar.

La intensidad con que estos fenómenos influyen en el modo en que se organizan las uniones conyugales, unida a las altas tasas de divorcialidad presentes en el mundo, han hecho pensar a algunos autores en la existencia de una crisis en el amor y en la institución matrimonial. Con respecto a la duración del vínculo, se observa un crecimiento del porcentaje de parejas que se divorcian antes de los tres años de matrimonio. Este dato constituye un reflejo de la poca preparación para el matrimonio y la formación de la familia. Muchos jóvenes llegan al casamiento con propósitos poco precisos, y se apela con frecuencia e inmediatez a la ruptura, valorada como única alternativa posible en tanto no se agotan todas las posibilidades en la solución de los conflictos desde la relación (Reca et al., 1989).

La coexistencia de los problemas en las relaciones de pareja potencian el surgimiento de conflictos y contradicciones, ante los cuales, las soluciones que se plantean se ubican en dos direcciones fundamentales: continuar el vínculo sin incorporar cambios y con una reflexión casi nula de las causas de los problemas vivenciados o realizar cambios en la relación, que se materializan en rupturas del vínculo o la aceptación del distanciarse físicamente. Aunque este fenómeno muestra una incidencia considerable en el mundo actual, se considera catastrófico desde el punto de vista social.

Formulación de preguntas.

El divorcio constituye una respuesta institucional a la posibilidad de disolución de la unión conyugal, considerada desde el punto de vista legal como matrimonio. Su desarrollo jurídico ha estado vinculado a las características sociohistóricas que ha asumido la familia.

A pesar de que resultan evidentes los cambios generados en los fundamentos de las relaciones conyugales, persisten algunos mitos acerca del amor y la pareja que validan la influencia que aún tienen los fundamentos del matrimonio (tradicional). El anhelo de una pareja que dure toda la vida y el ideal del amor como constante cercanía e igualdad, aunque son ideas que se cuestionan, conservan sin duda un valor evidente en nuestra cultura (Arés, 1995; Fernández, 1995; Turtós y Valdés, 1999).

Entonces, ¿Será posible que en un futuro haya más divorcios que matrimonios? o ¿Que exista mas uniones libres que matrimonios?, ¿cuáles son los factores que pueden llevar al divorcio o a la separación de la unión conyugal?, ¿Por qué ahora los jóvenes no optan por el matrimonio en vez de la unión libre?, ¿Cómo empezar a comprender la naturaleza de estos cambios y su impacto en nuestras vidas?

Objetivos.

Estudiar este fenómeno exige, identificar los factores que propician su aparición: el análisis de las etapas que forman parte del proceso.

Como proyecto de vida, la unión conyugal continúa siendo una opción priorizada y asumida por la mayoría de las personas, lo que legitima su valor como espacio para la gratificación de necesidades individuales y la búsqueda de crecimiento personal. Sin embargo, se observan cambios en los fundamentos sobre los que se edifican actualmente las relaciones de pareja, así como en las expectativas que elaboran sus miembros acerca de su duración y funcionalidad.

Justificación.

Las carencias económicas que enfrenta actualmente la sociedad marcan un deterioro en las condiciones de vida para la mayoría de las familias. No obstante, existen diferencias y desigualdades sociales que introducen variaciones en los estilos de vida de una familia respecto de otra. Es preciso considerar que cada familia es una individualidad específica.

La pareja ha atravesado por diferentes etapas a lo largo de su desarrollo, que constituyen un reflejo de su formación e inclusión en un contexto sociohistórico determinado por pautas, económicas y culturales. De ahí que, al definir esta forma de unión, sea necesario considerar sus cambios fundamentales en función de contextos socioculturales, que imprimen un sello particular al desarrollo de las más variadas formas de relación. Algunos estudios coinciden en señalar que, en la actualidad, el proceso de formación, desarrollo y ruptura de la relación de pareja está siendo afectado por fenómenos psicosociales tales como: modificaciones en la concepción del amor; y demandas del medio social en el que se inserta la pareja; modo en que se elaboran los límites intra e interdiádicos; y evolución de los valores culturales de la libertad sexual y conyugal

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