GERENCIA DEL CONOCIMIENTO
perocha11 de Mayo de 2012
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El conocimiento es un activo, pero su administración efectiva requiere de inversiones en otros activos. Existen muchas actividades particulares en la gerencia del conocimiento que requieren inversiones y esfuerzo, algunas de ellas son:
Captura del conocimiento, por ejemplo: creación de documentos y transferencia de documentos a un sistema computarizado.
Desarrollar formas de categorización del conocimiento y categorizar nuevas contribuciones de conocimiento.
Desarrollar infraestructura y aplicaciones de tecnología de información para distribución del conocimiento.
Educar a los trabajadores en la creación, uso y formas de compartir el conocimiento.
Una organización de aprendizaje es aquella capaz de transformar el conocimiento implícito en explícito en forma continua y sistemática incrementando el valor agregado por el efecto sinérgico. El almacenamiento y difusión oportuna de este conocimiento propicia la innovación, acelera la creación de valor y fortalece la cultura de transformación de conocimiento en solución de problemas.
El impetuoso avance de las tecnologías de la información y las comunicaciones, constituye uno de los factores que está influyendo de manera más decisiva en los cambios de escenarios y paradigmas de cualquier proceso organizacional o actividad socio-profesional. Estos cambios van mucho mas allá de la frontera que hasta ahora había aportado el uso de las técnicas de computación, llegando a la aparición de lo que se ha denominado una nueva cultura en cuanto al acceso a la información y al intercambio del conocimiento universal.
En realidad, virtualidad, economía y conocimiento son los vértices del cambio al nuevo siglo. En los próximos años veremos consumarse la transición de una economía de capital a una economía de conocimientos. Estas tendencias que se operan, permiten aseverar que para una modernización del desarrollo, los países necesitarán consolidar modelos que se orienten a la gestión del recurso principal de competitividad de esa nueva era: la información y el conocimiento.
Para conseguir esta capacidad de concentrarse en el negocio principal, resulta imprescindible fomentar una cultura de empresa definida, clara y precisa que sea capaz de delimitar objetivos y lanzar mensajes centrales y claros que impregnen a toda la organización. Esta nueva cultura se basa en las siguientes características:
• Orientación hacia el cliente. Se basa en el análisis de las necesidades del cliente, en la identificación y exploración de nuevos problemas y en la colaboración de los clientes “tipo” en la mejora del proceso y del producto.
• Diseño participativo. El diseño de las tareas para productos y procesos se realiza de una forma participativa, de tal manera que los componentes del equipo de trabajo puedan entender y aceptar diferentes perspectivas y conocimientos, sintetizar sus ideas y desarrollar un marco de entendimiento para resolver los problemas.
• Estructura y cultura organizacional: debe promoverse la creación de estructuras que faciliten el crecimiento de "comunidades con intereses afines", por ejemplo, grupos de profesionales que se relacionen informalmente debido a que se enfrentan a problemas comunes para los cuales buscan solución, constituyéndose a sí mismos en una fuente y depósito de conocimiento.
• Procesos del negocio: es necesario generar proyectos de innovación de procesos y reingeniería tanto para hacer cambios radicales como para mantener el mejoramiento continuo.
• Desarrollo de las habilidades y de los recursos personales. Es un punto clave. Se trata de dotar a las personas de un conjunto de conocimientos que les permita tener una visión del conjunto de su trabajo. La Administración de
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