Gestión Estrategica

En mi opinión, un plan estratégico es un conjunto de acciones lógicas que se ejecutan para alcanzar objetivos claros y realistas, a través de un período de tiempo determinado, generalmente en un largo plazo. Pero para que un plan estratégico sea excelente, su ejecución tiene que estar respaldada por un conjunto de personas preparadas y capaces de responder y/o actuar en favor de la estrategia y de los objetivos a lograr. La palabra clave es liderazgo, ya que sin las habilidades y capacidades correctas en los lideres de la organización, o por lo menos en los niveles gerenciales correctos, hasta la mejor estrategia, en papeles, puede convertirse en un plan fallido.

Las decisiones que se tomen a lo largo de una estrategia, nacen en respuesta a los objetivos que la organización desea alcanzar, pero en la vida real, dichas decisiones dependen mucho de la preparación y nivel de experiencia que posean quienes estén detrás de cada acción o proceso que se desarrolle, y se irán ejecutando de acuerdo a si se cumplen los escenarios bajo los cuales fueron planeadas. En otras palabras, la vida real está lejos de ser un escenario de simulación, existen un sinnúmero de variables tanto internas como externas, que pueden perjudicar o ayudar a la empresa y su estrategia, por lo tanto, no se puede asegurar que una estrategia planteada es buena, si las personas quienes están detrás de su ejecución, no están al nivel de actuar ante cualquier complicación.

Según un trabajo de investigación, realizado por Tsun-yan Hsieh y Sara Yik, efectuado en varias industrias en empresas de todos los tamaños, mientras mayores sean las aspiraciones de la empresa o más radical sea el cambio en la dirección de la estrategia, mayor será el vacío de liderazgo. Este es un problema que muy pocas empresas saben, o no les gusta, reconocer, y se deriva de la falta de capacidad en los lideres de la organización para llevar a cabo la estrategia. Por tal motivo, es de suma importancia entender qué tanta fuerza de liderazgo le hace falta a la organización, específicamente que capacidades necesitan los lideres, para tomar las decisiones estratégicas óptimas que cubran cualquier vacío a cualquier nivel gerencial, y permitan tener un mayor espectro sobre el escenario bajo el cual se está trabajando.

Uno de los problemas que se evidencian a corto plazo, cuando existe un vacío de liderazgo, es que los líderes existentes deben adoptar un mayor número de responsabilidades que, en muchos casos, termina reemplazando o desplazando ciertas actividades que considere menos importante, pero que producirá un resultado negativo en el proceso de aplicación de la nueva estrategia. En el largo plazo, se forma un circulo vicioso en el que los lideres son sobrecargados de trabajo, y que por sus capacidades, son colocados en mejores puestos, dejando como reemplazo mentes jóvenes con poca experiencia encargados de tareas importantes para el éxito de una estrategia.

Para contrarrestar el riesgo que corre una estrategia de fallar, los autores proponen dirigir el liderazgo a un horizonte de tres tiempos: El posicionamiento a largo plazo, que consiste en invertir en talento humano, sin importar el mercado, es importante rodearse de gente capaz; a mediano plazo el cultivar, que se fundamenta en el principio de preparar lideres para cargos específicos en el futuro, por lo tanto, es necesario reconocer habilidades, comportamiento y mentalidad, para así desarrollarlos, ya que la práctica debe de ir de la mano con la teoría. Y finalmente en el corto plazo el emparejar las actividades estratégicas con el personal adecuado, que es primordial para evidenciar y separar el éxito personal de la oportunidad de negocio.

Pero en orden para desarrollar cualquiera de estos tiempos es necesario, primero, identificar quienes son los lideres y luego, convencerlos de que existe una oportunidad

...