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Guerra De Los Pueblos


Enviado por   •  5 de Junio de 2014  •  5.534 Palabras (23 Páginas)  •  216 Visitas

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ANTECEDENTES HISTÓRICOS DE GUERRA DE TODOS LOS PUEBLOS

La Guerra de todo el Pueblo no es una elucubración de "sistematizadores de gabinete". Esta corresponde a una tradición y recoge una amplia experiencia histórica. Refleja la práctica militar revolucionaria y popular de muchos años. Es un paradigma que se nutre de la sabiduría militar popular acumulada en las guerras y los conflictos bélicos en que las masas explotadas debieron recurrir a la violencia y a las armas para contrarrestar estructuras de dominación política arbitrarias y sistemas económicos de extorsión que dan sustento a privilegios de minorías sociales y ocasionan la miseria de multitudes humanas.

La Guerra de todo el Pueblo es un modelo teórico que sintetiza diversos eventos históricos y se enriquece con cada experiencia, cada desarrollo, cada descubrimiento de la ciencia militar. No se trata de un compartimento ajeno y al margen de las mutaciones que estamos presenciando con la revolución tecnológica, organizacional, del management y las comunicaciones en curso.

Recoge y aprende de nuevas categorías de la guerra como despliegue rápido, profesionalización, mejor defensa electrónica antiaérea, CI, precisión, menor apoyo al reclutamiento obligatorio, operaciones combinadas, interdicción, fuerzas más reducidas, operaciones especiales, proyección de poder, operaciones aeroterrestres.

Digamos de manera muy puntual que existen varias condiciones que forjaron lo que hoy denominamos la Guerra de todo el Pueblo. De un lado, la aparición del fusil de asalto modifico las formaciones rígidas de los ejércitos antiguos, posibilitando que los combatientes desplegaran la iniciativa en formaciones de columnas transformando con ello todos los ejércitos. De otro, la revolución francesa y la guerra de independencia americana básicamente, cambiaron la fisonomía de la guerra y revolucionaron los ejércitos. Estas colocaron en el orden del día el armamento general del pueblo, o el pueblo en armas movilizado para la guerra; combinaron las operaciones militares de las tropas regulares con destacamentos guerrilleros y el levantamiento de las masas; modificaron el soldado, hasta entonces considerado un asalariado (soldado viene de sueldo) y un simple peón de brega, y lo convirtieron en un luchador que sabe porque actúa, incrementando su capacidad y moral de combate. Todo ello sentó las premisas de lo que conocemos como Guerra de todo el Pueblo o la guerra de las masas.

En las Guerras del Futuro, Alvin y Heidi Toffler, señalan con mucha agudeza que " Uno de los efectos de la introducción de una nueva forma bélica es la profunda alteración de los equilibrios militares existentes. Esto fue exactamente lo que sucedió el 23 de agosto de 1793, cuando una Francia acosada, ensangrentada por la revolución y a punto de ser desgarrada por las tropas invasoras, impuso de repente el reclutamiento universal. Son dramáticos las palabras del decreto: A partir de este momento.....todos los franceses se hallan requeridos permanentemente para el servicio de los ejércitos. Los jóvenes combatirán; los casados forjaran armas y transportaran provisiones; las mujeres harán tiendas de campañas y prendas y servirán en los hospitales, los niños convertirán en vendas trapos viejos; los ancianos acudirán a los lugares públicos para excitar el valor de lo soldados

Esta movilización introdujo en la historia moderna la guerra de masas y se combino pronto con innovaciones en la artillería, la táctica, las comunicaciones y la organización; así se dio paso a un modo nuevo y poderoso de hacer la guerra" ( Las guerras del futuro, Alvin y Heido Toffler, pag.251.).

Así, pues, la Guerra de todo el Pueblo reúne las experiencias de procesos como los siguientes: i) La lucha guerrillera española contra la invasión napoleónica; ii) Las campañas militares lideradas por Simón Bolívar para romper la dominación colonial española y europea; iii) La revolución francesa; iv) la guerra de independencia americana, v) La creación teórica de Karl Von Clausewitz; vi) las formulaciones y análisis de Karl Marx, F. Engels y V. Lenin; vii) las experiencias de la segunda guerra mundial; viii)La obra y la práctica de Mao Tse Tung, del partido Comunista Chino y de la revolución popular China; ix) Los aportes teóricos y estratégicos del general vietnamita Vo Nguyen Giap; x) la experiencia de la revolución cubana, de su comandante Fidel Castro y de las Fuerzas Armadas de Cuba; xi) La lucha del movimiento guerrillero colombiano representado en las FARC, el ELN y los otros movimientos armados; xii) Los procesos de lucha armada revolucionaria en Nicaragua, El Salvador, Malasia y Filipinas, y la aplicación, por parte del imperialismo norteamericano de sus estrategias militares de guerra de baja intensidad y contrainsurgencia.

Algunos de estos antecedentes son:

Karl Von Clusewitz.

El concepto de guerra popular aparece por primera vez en Clausewitz cuando analiza las guerras en Europa, llegando a la conclusión de que: " la guerra del pueblo en Europa es un fenómeno del siglo XIX (De la Guerra. pag 290). Se refiere al tipo de guerra que se impuso para la defensa de la nación ante una invasión extranjera que consistía en combinar los esfuerzos del ejército regular con tropas milicianas y destacamentos armados de las masas poco numerosas y la utilización de la lucha guerrillera; un ejemplo de esto es la derrota de Napoleón.

Especialmente destaca la lucha guerrillera de los campesinos de la siguiente forma: "aun si no abrigamos ideas exageradas sobre la omnipotencia de una guerra del pueblo, aun si no la consideramos como elemento inagotable incontestable, sobre la cual la simple fuerza de un ejército tuviera tan poco control, como la voluntad humana tiene sobre el viento o la lluvia...debemos admitir que no podemos conducir delante de nosotros a los campesinos armados como si se tratara de un cuerpo de soldados que se mantienen unidos al igual que un rebaño y que por lo común se siguen unos a otros. Por el contrario, los campesinos armados, cuando están desparramados, se dispersan en todas direcciones, para lo cual no se requiere ningún plan elaborado. Con esto se hace muy peligrosa la marcha de cualquier pequeño grupo de tropas en territorio montañoso, muy boscoso o accidentado, porque en cualquier momento la marcha puede convertirse en un encuentro" (De la Guerra pag. 239).

La idea de la omnipotencia de la guerra popular y su invencibilidad tiene su origen en este teórico de la guerra quien sienta las bases en cuanto a la forma como deben utilizarse las tropas irregulares y la guerra de guerrillas en una guerra de masas: "Según la idea que tenemos sobre la guerra del pueblo, esta, al igual que una esencia en forma de nube o vapor, no se condensa en ninguna parte ni forma cuerpo solido...sin embargo, es necesario que este vapor se reúna en algunos puntos en masas más densas y forme nubes amenazadoras desde las cuales de vez en cuando se produce un relámpago formidable" (Idem pag. 294).

Aparece allí la idea de que se debe y se puede establecer cierto tipo de tropas concentrando los destacamentos pequeños y dispersos, encomendándoles tareas de mayor envergadura que los simples hostigamientos, como por ejemplo ataques decisivos en los flancos del teatro de guerra del enemigo, la toma de guarniciones importantes.

K. Marx, F. Engels y V. Lenin.

K. Marx, F. Engels y V. Lnin n son solo estudiosos de Jomini y Clausewitz (historiadores y teóricos de la guerra), sino también de todos los jefes militares de la época, así como estudiosos de las guerras y ejércitos antiguos, y además miembros activos en las guerras en Europa y Rusia (particularmente Engels en la guerra del 48 al 50 en Alemania) lograron asimilar no solo las ideas de la guerra en general sino destacar con particular importancia la guerra de clases y muy especialmente dejar un legado extenso de la síntesis de la experiencia de las guerras que sacudieron a Europa desde mediados del siglo y culminaron con la Comuna de Paris.

En la "Guerra de Italia" (1849) ante la derrota del ejército italiano a manos de los austriacos, Marx y Engels oponen a la guerra corriente (enfrentamientos entre dos ejércitos) la guerra popular, la cual destacan como única forma de vencer a un enemigo superior: "El error de los piamonteses desde el comienzo mismo ha consistido en que han opuesto a los austriacos tan solo el ejército regular y han querido sostener la más corriente, burguesa y honrada de las guerras. Un pueblo que quiere conquistar para sí la independencia no puede limitarse a los procedimientos corrientes de realización de la guerra. La insurrección en masa, la guerra revolucionaria, los destacamentos guerrilleros: estos son los únicos procedimientos con la ayuda de los cuales un pueblo pequeño puede vencer a uno grande; solo así un ejército mas débil puede enfrentarse a otro más fuerte y mejor organizado...".

Su amplia formación les permite observar cómo se hubiera podido transformar la derrota estratégica de los italianos en victoria si hubieran cambiado su plan estratégico de guerra y sobre todo, si se hubieran apoyado decididamente en las masas; "la derrota de Navarra causo tanto daño estratégico: los italianos se vieron cortados de Turin, mientras que para los austriacos este camino aparecía abierto. este daño no hubiera tenido ninguna importancia si después de perdida la batalla hubiese comenzado una verdadera guerra revolucionaria, si la parte que había quedado indemne del ejército italiano se hubiese constituido inmediatamente en núcleo de insurrección general de la nación, si la guerra de ejércitos habitual y estratégica se hubiese convertido en una guerra popular, a semejanza de la que sostuvieron los franceses en 1793 (La lucha de guerrillas a la luz de los clásicos del marxismo-leninismo pags. 33-35).

En 1852, elaborando las enseñanzas de los grandes movimientos revolucionarios en Europa, en el texto "Revolución y contrarrevolución en Alemania" dejan sentados los principios de la insurrección, que en la antesala de la insurrección de 1917 en Rusia serán retomados por Lenin y llevados a la práctica por los bolcheviques y que tienen plena vigencia para el proletariado revolucionario que se encuentra acumulando fuerzas para los grandes días venideros.

"La insurrección es un arte, lo mismo que la guerra o cualquier otro arte. Está sometida a ciertas reglas que, si no se observan, dan al traste con el partido que las desdeña. Estas reglas, lógica deducción de la naturaleza de los partidos y de las circunstancias con que uno ha de tratar en cada caso, son tan claras y simples que la breve experiencia de 1848 las ha dado a conocer de sobra a los alemanes. La primera es que jamás se debe jugar a la insurrección a menos que se esté completamente preparado para afrontar las consecuencias del juego. La insurrección es una ecuación con magnitudes muy indeterminadas cuyo valor puede cambiar cada dia; las fuerzas opuestas tienen todas las ventajas de organización, disciplina y autoridad habitual; si no se les puede oponer fuerzas superiores, uno será derrotado y aniquilado. La segunda es que, una vez comenzada la insurrección, hay que obrar con la mayor decisión y pasar a la ofensiva. La defensiva es la muerte de todo alzamiento armado, que está perdido aun antes de medir las fuerzas con el enemigo. Hay que atacar por sorpresa al enemigo mientras sus fuerzas aun están dispersas y preparar nuevos éxitos, aunque pequeños pero diarios; mantener en alto la moral que el primer éxito proporcione, atraer a los elementos vacilantes que siempre se ponen del lado que ofrece más seguridad; obligar al enemigo a retroceder antes de que pueda reunir fuerzas; en suma, hay que obrar según las palabras de Danton, el maestro más grande de la política revolucionaria que se ha conocido: del audace, del audace, encore del audace (audacia, audacia y siempre audacia)" (Obras Escogidas de Marx y Engels Tomo I, edit. Progreso pags. 385-386).

En "La Revolución en España" (Octubre de 1854), Marx y Engels analizaban no solo las causas sociales y políticas de la caída de España en manos de Francia sino en particular el desarrollo de la guerra, la falta de un mando central, la desconfianza del pueblo en las clases acomodadas y su Junta Central y la enorme iniciativa popular que desarrollo por todo el país la lucha guerrillera, hechos que ponían en evidencia que las clases burguesas ya desde esa época eran temerosas del pueblo armado y estaban impedidas para dirigirlo a la victoria, incluso en la omnipotencia de la guerra popular y la iniciativa creadora de las masas fueron realmente el dolor de cabeza de las tropas francesas.

"Las guerrillas constituían la base de un armamento efectivo del pueblo. En cuanto se presentaba la oportunidad de realizar una captura o se meditaba la ejecución de una empresa combinada, surgían los elementos más activos y audaces del pueblo y se incorporaban a las guerrillas...los franceses se veían obligados a permanecer constantemente armados contra un enemigo que, aunque huía continuamente, reaparecía siempre y se hallaba en todas partes sin ser realmente visible en ninguna, sirviéndole las montañas de otras tantas cortinas. No eran los combates ni las escaramuzas -dice el abate Pradt- lo que agotaba a las tropas francesas, sino las incesantes molestias de un enemigo invisible que al ser perseguido desaparecía en el pueblo, del cual volvía a surgir inmediatamente con renovada energía" (La Lucha de las guerrillas a la luz del marxismo leninismo. pag. 29).

Engels, en 1857, establece las leyes generales de los combates y la guerra de la montaña, las operaciones ofensivas en una guerra defensiva o lo que llamo la defensa activa y las operaciones envolventes. Todo esto no ha cambiado sustancialmente desde entonces:

"En los países alpinos casi son imposibles los combates serios; la guerra aquí representa una cadena ininterrumpida de pequeñas refriegas, de intento de la parte atacante de abrir aquí o allá una cuña en el dispositivo del enemigo y después avanzar. Necesariamente ambos ejércitos están dispersos; ambos están a cada paso a riesgo de ser objeto de un afortunado golpe del adversario; ambos tienen que confiar en la casualidad. De tal modo, la única ventaja que puede tener el ejército que se defiende consiste en encontrar el punto vulnerable del enemigo y lanzarse entre sus columnas dispersas. En este caso las posiciones defensivas fuertes, que son las únicas en las que se apoya una defensa puramente pasiva, pueden jugar para el enemigo un papel de emboscadas a las que se les puede atraer para un ataque frontal, al mismo tiempo que los principales esfuerzos de la defensa serian dirigidos contra las columnas envolventes, cada una de las cuales puede a su vez resultar envuelta y caer en situación mas desesperada, que en la que se proponía colocar a la parte que se defiende" (La Lucha guerrillera a la luz de los clásicos del marxismo leninismo. pag. 47).

Analista cotidiano de la guerra franco prusiana de 1870, el 17 de diciembre en "Notas sobre la guerra", Engels nota no solo el agotamiento del ejercito prusiano sino que expresa su confianza en la omnipotencia de la guerra popular para lograr la victoria de Francia; a pesar del cerco sobre Paris, las operaciones de los destacamentos guerrilleros mantienen un permanente hostigamiento sobre las tropas invasoras, le causan bajas importantes y las desmoralizan; el cerco o sitio de País se convirtió, de una operación ofensiva, en una operación en la cual las tropas invasoras tienen que defenderse de las operaciones ofensivas de los invadidos que poco a poco van destruyendo el invasor.

"El agotamiento de fuerzas originado por esta campaña aumenta terriblemente día a día. Esto se demuestra tanto por el tono melancólico de las cartas enviadas desde el ejército, como por las listas de bajas. A juzgar por estas listas, las principales perdidas no son ocasionadas por los grandes combates, sino por las pequeñas refriegas, durante las cuales perecen uno, dos, cinco hombres. Las oleadas de guerra popular, en el transcurso del tiempo, destruyen por partes el ejercito más grande y, lo que es singularmente importante, sin ninguna pérdida aparente de la parte contraria" (La lucha de guerrillas a la luz del marxismo leninismo. pag. 23).

Con razón Engels decía que la derrota de Prusia era cuestión de tiempo, sin embargo, como se sabe, la burguesía francesa capitulo y el proletariado parisino tomo las riendas de la defensa de Francia y, desde luego, de toda la sociedad.

En la Introducción a la edición de 1895 de la Lucha de Clases en Francia de 1848 a 1850, F. Engels sintetiza la experiencia de la lucha de calles y advierte como el aumento de las tropas, la introducción del fusil de repetición, las granadas de percusión y el uso de la dinamita obligan a replantear la lucha de calles y en especial la lucha de barricadas: "...La rebelión al viejo estilo, la lucha en las calles con barricadas, que hasta 1848 había sido la decisiva en todas partes, estaba considerablemente anticuada....

....¿Quiere decir esto que en el futuro los combates callejeros no vayan a desempeñar ya papel alguno? Nada de eso. Quiere decir únicamente que, desde 1848, las condiciones se han hecho mucho más favorables para los combatientes civiles y mucho más ventajosas para las tropas. Por tanto, una futura lucha de calles solo podrá vencer si esta desventaja de la situación se compensa con otros factores. Por eso se producirá con menor frecuencia en los comienzos de una gran revolución que en el transcurso ulterior de esta y deberá emprenderse con fuerzas más considerables. Y estas deberán, indudablemente, como ocurrió en toda la gran revolución francesa, así como el 4 de septiembre y el 31 de octubre de 1870, en Paris, preferir el ataque abierto a la táctica pasiva de barricadas" (Marx, Engels, Obras escogidas T.I. pag 201).

Estas palabras fueron proféticas: años más tarde esta forma de lucha fue retomada en Rusia durante las insurrecciones que no solo sostuvieron la defensa pasiva en las barricadas, sino que tomaron la iniciativa pasando a la ofensiva inmovilizando las tropas en los cuarteles y oponiendo a ellas en los combates callejeros los destacamentos armados de fusiles y ametralladoras, las bombas caseras tanto explosivas como incendiarias, el agua hirviendo y el ácido arrojado desde las ventanas y terrazas y los francotiradores.

V. Lenin aportó un gran número de nuevas enseñanzas a la guerra popular.

Durante la revolución en Rusia se presentaron por lo menos tres grandes periodos de intensa lucha armada y guerra popular: el periodo de 1905-1907; el periodo de 1917, durante las insurrecciones de febrero y octubre; el periodo posterior a la conquista del poder por parte de la clase obrera 1918-1921. En ellos V. Lenin desarrollo los principios de la guerra popular.

En julio de 1905 en el articulo "El Ejercito revolucionario y el Gobierno revolucionario", Lenin, apoyándose en la experiencia de la insurrección en Odesa y el levantamiento de la flota, particularmente, el paso del acorzado Potemkin al lado de la revolución, destaca y pone de relieve la importancia de la teoría militar y el estudio y dominio del arte de la guerra y la educación de las masas en estos asuntos: "La socialdemocracia (el comunismo) nunca ha descendido hasta el juego de los complots militares, nunca ha planteado en primer plano los problemas militares mientras no se daban de hecho las condiciones de la incipiente guerra civil. Pero ahora todos los socialdemócratas han planteado los problemas militares, sino en primer lugar, cuando menos en uno de los mismos y la necesidad de darlos a conocer a las masas populares. El ejército revolucionario debe aplicar en la práctica los conocimientos militares y las armas de guerra para la resolución de toda la suerte ulterior del pueblo ruso, para la resolución del primer y más vital problema, el problema de la libertad". (La lucha guerrillera a la luz de los clásicos del marxismo leninismo pg. 73).

En "De la defensa al ataque" de septiembre de 1905, Lenin resalta una acción militar de los destacamentos armados de Riga, donde cerca de cuarenta obreros armados irrumpen en la cárcel y liberan a los detenidos. Descubre que con esta acción se ha puesto al orden del día la consigna del Ejército Popular Revolucionario: "!Así pues, las cosas van, a pesar de todo, adelante!. El armamento de las masas, a pesar de las increíbles e indescriptibles dificultades, hace progresos...He aquí lo que resulta cuando los pioneros de la lucha armada se unen con las masas no de palabra, sino con los hechos, se colocan al frente de los equipos de combate y de los destacamentos del proletariado, educan en el fuego de la guerra civil a decenas de jefes populares, que mañana en el día de la insurrección obrera, sabrán ayudar con su experiencia y con su valor heroico a millares y decenas de millares de obreros...

Esto no es ya un complot contra un personaje cualquiera odiado...es el comienzo de las acciones de los destacamentos del ejército revolucionario. El numero de estos destacamentos de 25 a 75 hombres puede ser aumentado en varias decenas en cada ciudad grande y a menudo en los suburbios de la gran ciudad". Atento siempre a la lucha de las masas, a su estado de ánimo y a su enorme capacidad creadora, advierte que el movimiento ha destacado nuevas formas de lucha, exaltando con entusiasmo el terror de las masas: "...La bomba ha dejado de ser el arma del petardista individual y ha pasado a ser el elemento necesario del armamento del pueblo. Con los cambios introducidos en la técnica militar, cambian y deben cambiar los métodos y procedimientos de la lucha de calles. Todos nosotros estudiamos ahora (...) la construcción de barricadas y el arte de defenderlos. Pero por conocer este viejo y útil arte no hay que olvidar los nuevos pasos dados en este terreno de la técnica militar. Los progresos hechos en el empleo de los explosivos han introducido una serie de innovaciones en la artillería..." (La lucha guerrillera a la luz de los clásicos del marxismo leninismo pag. 161).

El 16 de octubre de 1905, en una carta al Comité Militar Anexo al Comité de San Petesburgo, critica la tramitomania en que este se enreda y se preocupa por resolver los asuntos prácticos de la organización de las fuerzas militares del proletariado:

"...Que se organicen inmediatamente destacamentos de tres a diez, a treinta y más hombres. Que se armen inmediatamente ellos mismos, con lo que cada uno pueda, quien con un revólver, quien con un cuchillo, quien con un trapo impregnado de petróleo para provocar incendios, etc...".

A renglón seguido delimita las funciones de la Organización Militar encargada de dirigir la insurrección y las funciones de los distintos destacamentos que se organicen, poniendo el énfasis en desplegar la iniciativa de las masas, su fe absoluta en ellas le permite anticiparse a los reclamos aclarando que los posibles "excesos" o errores son un mal menor en las condiciones en que se encontraba la lucha y los preparativos para la guerra popular, arte que solo puede aprenderse en la práctica: "El papel del Comité Militar anexo al Comité de Petesburgo debe consistir en: ayudar a estos destacamentos del Ejercito Revolucionario, servir de Buro para el enlace. etc. Todo destacamento acepta gustoso vuestros servicios, pero si en esta empresa comenzáis con esquemas y discursos acerca de los "derechos" del Comité Militar, echáis a perder todo el asunto....

....deben dar a cada uno de los destacamentos breves y muy sencillas formulas para la fabricación de bombas, deben explicarle de la manera más elemental todos los tipos de trabajo a realizar después y dejarles a ellos mismos que desplieguen todas sus actividades....Pero obligatoriamente hay que comenzar enseguida a aprender en la práctica: no temáis estos ataques de prueba. Pueden, naturalmente degenerar en extremismos, pero esta es una desgracia de mañana: hoy la desgracia esta en nuestra rutina, en nuestro doctrinarismo, en la inmovilidad propia de intelectuales, en el temor senil a toda iniciativa...." (la lucha de guerrillas a la luz de los clásicos del marxismo leninismo pags. 80-81).

El 17 de octubre de 1905, en "La última palabra de la tactica "iskrista" insiste en la necesidad de avanzar en la creación del Ejercito Revolucionario para conquistar la victoria y el peligro que se cierne sobre la revolución de no coronarse con éxito la insurrección:

"Ejercito revolucionario. también esta es una palabra muy grande. Su creación es un proceso difícil, complicado y largo. Pero cuando vemos que ya ha comenzado, y que se desarrolla por todas partes con intermitencias, a intervalos; cuando sabemos que sin ejercito semejante es imposible la victoria de la revolución, debemos destacar esta consigna decidida y abierta, propagarla, haciendo de ella la piedra de toque de las tareas de palpitante actualidad de la política....la revolución puede madurar, pero la fuerza de los creadores revolucionarios de esta transformación pueden resultar insuficientes para llevarla a término. Entonces, la sociedad se descompone, y esta descomposición se prolonga a veces durante decenios enteros..." (La lucha guerrillera a la luz de los clásicos del marxismo leninismo pag. 87-88).

A finales de octubre de 1905, en "Las tareas de los destacamentos del ejército revolucionario" señala las diferentes tareas de las fuerzas militares proletarias, combatiendo la idea de que la insurrección es un acto único que no requiere preparación y adiestramiento de las fuerzas populares:

"...Sin limitarse en ningún caso a las solas acciones preparativas, los destacamentos del ejército revolucionario deben con la mayor rapidez posible pasar también a las acciones militares, con lo siguientes fines: 1. Ejercitación de las fuerzas militares; 2. Exploración de los puntos débiles del enemigo; 3. Asestar al enemigo derrotas parciales; 4. Liberación de prisioneros (detenidos); 5. Obtener armas; 6. Obtener medios para la insurrección...los destacamentos pueden y deben aprovechar ahora mismo toda ocasión propicia para realizar un trabajo vivo, no aplazando las cosas de ninguna manera hasta la insurrección general, pues sin la preparación en el fuego de la lucha no es posible tampoco adquirir la habilidad para la insurrección". (La lucha de guerrillas a la luz de los clásicos del marxismo leninismo. pag. 84.).

Posterior a la insurrección de 1905 en "La disolución de la Duma y las tareas del proletariado", sintetiza la experiencia demostrada que no es suficiente la organización de los soviets para el triunfo de la revolución sino que se requiere la organización militar del pueblo para triunfar en la insurrección y respaldar las organizaciones de poder de masas:

"...Estas organizaciones deben tener como células agrupaciones libres muy pequeñas, grupos de diez, de cinco, e incluso puede ser que de tres....deben ser creadas de la manera mas amplia e inexcusablemente antes de recibir las armas, independientemente de la cuestión de las armas.

Ninguna organización del partido "arma" a las masas. Por el contrario, la organización de las masas en pequeños grupos de combate de gran movilidad prestara en el momento de la lucha insurreccional, un inmenso servicio en cuanto a la adquisición de armas" (Idem pags. 77-79).

A esta reflexión conviene agregar los aportes de la III Internacional.

"La insurrección armada" es una valiosa recopilación de diversos artículos publicados en 1928, por orientación de la Internacional Comunista -III Internacional- luego de su VI Congreso. En este libro se analizan diversas experiencias de insurrecciones dirigidas por el proletariado en diversos países; allí se extraen las lecciones de las insurrecciones en Europa y en China en las tres primeras décadas del siglo XX. En los distintos artículos se establecen las directrices y se resuelven diferentes relaciones concernientes al arte de la insurrección y se hace un gran esfuerzo por precisar incluso asuntos particulares de los combates. De este texto queremos destacar algunos aspectos.

Contra la idea de los "izquierdistas" de que son las acciones militares de la vanguardia las que impulsan a las masas a la lucha, acentúa en muchas partes: "No son las acciones militares de una vanguardia armada las que pueden y deben sucintar la lucha activa de las masas por el poder, es el poderoso impulso revolucionario de las masas trabajadoras el que debe provocar las acciones militares de los destacamentos de vanguardia; la entrada en acción de estos últimos -según un plan bien estudiado, con antelación, en todos sus aspectos-debe producirse por el impulso revolucionario de las masas". (Op. cit. pag. 75).

En contra de la concepción "izquierdista" que pretende separar la política de los asuntos militares y que se pronuncia por el punto de vista puramente militar en la guerra, pone de relieve el papel de la política como dirigente y lo militar como lo subordinado:

"Por importante que sea el papel del factor puramente militar en la insurrección, no deja por ello de ser un papel subordinado. El potente impulso revolucionario de las masas debe constituir la base social, el fondo social y político sobre el cual deben organizarse las acciones militares atrevidas, audaces y decisivas de los destacamentos avanzados del proletariado revolucionario, resuelto a romper la maquina gubernamental burguesa..." (Idem. pag. 75).

De la pagina 147 a la 170, clarifica e insiste sobre el trabajo que deben realizar los partidos proletarios en las fuerzas armadas burguesas para triunfar en la guerra popular, detalla incluso las reivindicaciones concretas para la agitacion y la propaganda en los diferentes ejercitos y cuerpos represivos en los distintos paises, asi como las formas de organizacion que deben desarrollarse alli y los metodos para trabajar en las filas enemigas; de todo ese valioso planteamiento destacamos lo siguiente:

"El principio esencial para todo partido revolucionario es el que debe realizar un trabajo revolucionario donde haya masas concentradas. Los ejercitos y las marinas burguesas agrupan siempre decenas y centenas de millares de jovenes proletarios o campesinos, que no son menos aptos para recibir las consignas y las ideas revolucionarias que los obreros de las fabricas y ciertas categorias de campesinos. Teniendo en cuenta que el ejercito, la policia, la marina son los principales instrumentos de opresion, los principales medios por los cuales el estado burgues (y cualquier otro estado) combate al proletariado revolucionario, hay que encarecer constantemente la necesidad del trabajo revolucionario dentro de sus filas. Los partidos que renuncian directamente o indirectamente a esta rama esencial de la accion revolucionaria se exponen a consecuencias extraordinariamente peligrosas para la revolucion. Esta accion debe proseguirse incansablemente por todo el partido comunista, tanto en el periodo de acumulacion de fuerzas, como, y aun mas intensamente, en el periodo de plenitud de la revolucion. Nosotros creemos que esta agitacion, vistas las consideraciones arriba expuestas, no es menos esencial que el trabajo del partido, en otros muchos dominios" (Idem. pag. 151.).

Refiriendose a la guerra imperialista y a la necesidad de transformarlas en guerra civil destaca que: " Uno de los grandes errores de la mayor parte de los partidos comunistas es el de plantear la cuestion de la guerra de una manera abstracta y desde el punto de vista de la propaganda y la agitacion exclusivamente, sin examinar de forma seria la cuestion del ejercito, factor decisivo en todas las guerras. Hay que explicar a las masas el sentido de la politica revolucionarria en el problema de la guerra y hay que trabajar el ejercito, sin lo cual toda lucha contra la guerra imperialista, todo esfuerzo por preparar las guerras revolucionarias, se limitan al dominio de la teoria" (Idem. pags. 150-151).

Define las tareas del partido comunista con miras a la guerra popular, de un modo detallado y con multiples ejemplos:

"...Un partido que sea marxista hasta el fin, es decir, que considere la insurreccion como un arte y propague entre la clase obrera la idea del levantamiento armado, debe plantearse practicamente el problema de la educacion de los cuadros de la futura insurreccion y darle una u otra solucion. Para esto, todo el partido proletario debe prepararse desde ahora mismo, sin esperar una situacion inmediatamente revolucionaria ya que entonces sera demasiado tarde. Debe prepararse para ella con independencia de la situacion politica presente. El problema, a pesar de su dificultad aparente, no es, desde luego, insoluble. Al lado del estudio del marxismo-leninismo, la direccion del partido debe organizarse tambien en el arte militar, el estudio de las lecciones de las diversas insurrecciones, principalmente las de Rusia, Alemania y China. Este estudio puede hacerse en los circulos, en las escuelas (legales, semilegales o ilegales, segun las circunstancias), consignando las lecciones de la lucha armada del proletariado en las publicaciones del partido estudiando el arte militar en la práctica (envio de camaradas al ejercito), formando organizaciones militares legales e ilegales (frente rojo en Alemania; Asociaciones revolucionarias de antiguos combatientes, en Francia).

El conocimiento de la teoria no basta, naturalmente, para formar dirigentes militares experimentados para los destacamentos de la guardia roja. Sin embargo, es esa la condicion primera a la que no debemos renunciar." (Idem. pags. 174-175).

"La insurreccion armada, al perseguir la destruccion del aparato gubernamental y la toma del poder por el proletariado, adquiere la forma de lucha armada implacable entre la fraccion militarmente organizada del proletariado y de sus aliados y la fuerza militar de la clase dominante. En el primer periodo de esta guerra civil declarada, la lucha se desarrollara principalmente en las ciudades, es decir, revestira la forma de combates de calle, diferenciandose, por otra parte, por su caracter y por su duracion segun las circunstancias. Del resultado del combate en este periodo y de la rapidez con que el proletariado logre poner en pie un numero suficiente de unidades aptas para el combate de su ejercito rojo, dependera en una amplia medida el resultado de la lucha por la consolidacion y extension territorial de la revolucion. Mas tarde, cuando el poder este solidamente tomado por el proletariado, en las principales regiones economicas y politicas (las capitales, los grandes centros economicos) la lucha armada tomara principalmente un caracter de guerra de campo abierto entre el ejercito rojo regular y los restos de la contrarevolucion indigena, o de la intervencion extranjera. (Idem. pag. 189).

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