Historia Económica de Guatemala

UNIVERSIDAD DE SAN CARLOS DE GUATEMALA CENTRO UNIVERSITARIO DEL SUROCCIDENTE CARRERA TRABAJO SOCIAL

Licenciatura en Administración de Empresas

Arte Primitivo

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Asignatura: Historia Económica de Guatemala

Docente: Lic. José Alberto Chuga Escobar

Mazatenango, Suchitepéquez

02 de marzo de 2020

ARTE PRIMITIVO

La mayor innovación en la historia de la humanidad no fue la herramienta de piedra ni la espada de acero, si no la invención de la expresión simbólica del Arte Primitivo.

RESUMEN

Es como si camináramos dentro de la garganta de un animal enorme. La lengua de un camino de metal desciende hacia la oscuridad. El techo se cierra y, en algunos lugares, las pesadas paredes de la cueva se estrechan tanto que tocan mis hombros, Después, de los flancos de piedra caliza se abren y entramos en el vientre de una extensa cámara.

Aquí están los leones de las cavernas.  Los rinocerontes lanudos, los mamuts y el bisonte europeo, una colección de criaturas antiguas que corren en estampida, luchan, acechan, en silencio total. Afuera de la cueva, todos ellos están ya extintos. Pero siguen vivos, en las paredes sombreadas y agrietadas.

Hace unos 36000 años, alguien camino desde la boca original de esta cueva hasta la cámara donde nos encontramos y, con una luz parpadeante, empezó a dibujas leones de las cavernas, manadas de rinocerontes y mamuts, un bisonte magnifico y una criatura quimérica, parte bisonte, parte mujer, conjurada desde un enorme cono de roca saliente. Otras cámaras albergan caballos, íbices de uros, búho trazado con lodo por un solo dedo en una pared de roca, un bisonte enorme y formado de huellas de manos empapadas en ocre y osos de las cavernas caminando lentamente, como si buscaran un lugar para una larga siesta invernal.

Con frecuencia, las obras están trazadas con tan solo una única y perfecta línea continua.

En total, los artistas dibujaron 442 animales, quizás a lo largo de los miles de años, utilizaron 36000 metros cuadrados de la superficie de la cueva como lienzo. Algunos animales están solos, incluso escondidos, pero la mayoría se congregan en grandes mosaicos como el que veo ahora en la parte más profunda de la cueva.

Oculta por un desprendimiento de rocas durante 22000 años, la cueva fue descubierta en diciembre de 1994, cuando tres espeleólogos subieron con dificultados por una grieta estrecha en un acantilado y bajaron hacia la entrada oscura. Desde entonces, la cueva que se conoce como Chauvet-Pont-d”Arc ha sido ferozmente protegida por el ministerio de cultura francés se le ha permitido realizar el mismo recorrido que hicieron los artistas antiguos. Todos los trabajos al carbón, todas las manchas de ocre parecen tan frescos como si los hubieran hecho ayer.

Como se dio este logro humano, hace tanto tiempo, aparentemente de la nada, Hasta hace poco se pensaba que los dibujos del paleolítico superior encontrados en las paredes de las famosas cuevas del sur de Europa, como Altamira, Lascaux y Chauvet, eran las expresiones de tipo superior humano –nosotros- que había al continente y había expulsado a los neandertales brutos y sin arte que habían vivido y se desarrollaban allí desde cientos de miles de años.

Resulta que la historia es mucha más complicada cada y más interesante. Empieza, al igual que muchas historias, en África.

Christopher Henshilwood contempla el océano no Indico. Se encuentra en la mera punta de África y excepto por las inmensas rocas azotadas por el mar de 24.5 metros abajo, no hay nada entro sus botas y la Antartida salvo 24000 kilómetros de mar agitado cubierto de espuma blanca. “No hay un mal día”, dice Henshilwood, de la universidad del Witwatersrand de Sudáfrica y de la universidad de Bergen Noruega, quien junto con sus colegas ha estado excavando aquí toda la mañana, en el refugio de Klipdrift, agregando nuevas herramientas de piedra y otros hallazgos de la creciente evidencia de que los seres humanos modernos han habitado intermitentemente estas colinas y cuevas durante más de 165000 años. Sim embargo, algunos de sus descubrimientos más memorables han venido de la cueva de Bloboms, 45 kilómetros al este de Klipdrif. Un día del año 2000, su equipo extrajo un bloque grabado de ocre rojo ligeramente mejor que un teléfono celular plegable. El ocre es común en esta parte de áfrica y ha sido utilizado por milenios para todo, desde pintura corporal hasta conversador de alimentos. Esta pieza, sim embargo, era diferente: hace unos 75000 años, alguna persona inteligente había grabado cuidadosamente en ella un patrón de marcas triangulares paralelas superpuestas.

¿Cómo se dio este logro humano hace tanto tiempo aparentemente salido de ninguna parte?

“Te dejan con la boca abierta –dice Conard, el director científico de prehistoria de la universidad-. Cada pieza es diferente, pero cuando las miras, es evidente que forman un conjunto”.

Los humanos que elaboraron estos objetos formaron parte de una población que dejo su tierra natal áfrica hace unos 60000 años y siguió una ruta a través del medio oriente y lo que ahora es Turquía a lo largo de la franja occidental del mar negro y subió por el valle del rio Danubio. Hasta donde sabemos, en ninguna parte a lo largo del viaje dejaron signos de alguna inclinación artística, pero una vez que se asentaron hace unos 43000 años en los valles de los ríos lone y Ach en el sur de Alemania de pronto empezaron a crear, no grabados rudimentarios sino figurillas talladas en colmillos de mamuts.

Es casi como si algunos animales ya estuvieran en la roca y esperaran a ser revelados por el carboncillo y la pintura del artista

Neandertales como seres brutales incapaces de tal comportamiento lentamente ha ido quedando atrás. Al no haber alcanzado las densidades de población que podrían haber activado la aparición del simbolismo en África, es posible que los neandertales nunca hayan tenido mucha necesidad de él o que lo hayan revelado en formas que no hemos entendido hasta ahora.

Durante décadas, el debate sobre la capacidad de los neandertales para aumentar los estándares de sus sucesores se centró en un sitio en Francia llamado Grotte du Renne, donde se encontraron utensilios normalmente asociados a los humanos modernos del paleolítico superior –herramientas de hueso, cuchillas de piedra características y dientes de animales perforados y acanalados que talvez se utilizaron como pendientes –junto a restos de neandertales. Algunos investigadores alegaron que, aunque los neandertales hayan podido ser responsables de esta cultura de herramientas (conocida como chatelpperroniense), eran todavía una especie capaz únicamente de emular la elaborada artesanía de sus nuevos vecinos humanos modernos, no de inventarla por sí mismo.

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