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Historia Económica y Política de México en el siglo XX


Enviado por   •  26 de Agosto de 2022  •  Ensayos  •  1.844 Palabras (8 Páginas)  •  118 Visitas

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Licenciatura en Nutrición Aplicada

Contexto Socioeconómico de México

Grupo: NA-NCSM-2201-B2-010

UNIDAD 2 “ Historia Económica y Política de México en el siglo XX”

Evidencia de aprendizaje. Política de estado en ciencia y tecnología

Alumno: Angélica Quintero Rodríguez

Matrícula: ES221101337

28 de Mayo de 2022

INTRODUCCIÓN

México tuvo en el siglo XX importantes trasformaciones económicas, cambios políticos, sociales, culturales y demográficos. Se alcanzaron avances importantes y la economía mexicana experimentó el período de crecimiento más prolongado. Así como también no se pudo superar el rezago y el subdesarrollo. En este en ensayo se pretende analizar los rasgos que caracterizan a las estrategias económicas para el desarrollo económico y social del país durante la segunda mitad del siglo XX, asi mismo se pretende mostrar qué tanto han diferido y sobre todo, cuáles han sido los resultados alcanzados con su aplicación en materia de crecimiento económico, generación de empleos, inflación, equilibrio fiscal, endeudamiento público, saldo comercial y de la cuenta corriente y tipo de cambio, entre otros aspectos.

DESARROLLO

En el lapso transcurrido de 1910 a la fecha encontramos en la historia económica diversas transformaciones económicas y períodos de crecimiento con altibajos. En 1910 se marca el inicio de una fuerte caída de la actividad económica, que se ve seguida por una etapa de formación, que se extiende de 1921 a 1935. A partir de 1935 se inicia el proceso de crecimiento económico, al principio con inflación e inestabilidad y más tarde con estabilidad de precios y de tipo de cambio. Entre las décadas de 1940 y 1970 la economía mexicana experimentó un largo proceso de industrialización, en el cual destacó la amplia protección del Estado para la actividad industrial nacional. El avance principal del proceso fue la producción de los bienes de consumo dirigida esencialmente al mercado interno, los resultados empezaron a ser favorables, se registraron ritmos altos de crecimiento económico y la mejoría del bienestar social en el país. Durante este periodo surgieron diversas estrategias económico-políticas con el fin de promover la industrialización del país, como lo fue el “Desarrollo estabilizador” generando empleos y la riqueza material requeridos para satisfacer la demanda de una población.  Este modelo económico expresaba la necesidad de crear una importante base industrial como forma de incrementar la actividad en  otras ramas económicas, mediante el aumento de la productividad de la mano de obra, el incremento del ahorro interno y la elevación de los salarios reales. Se propuso ampliar el mercado interno y crear una base productiva exportadora. Y así se fueron generando un conjunto de políticas, instrumentos y acciones a nivel fiscal, salarial, agropecuario, comercial, enfocados el crecimiento económico del país.

En la política de fomento a la inversión extranjera, la estrategia consistió en favorecer la participación de aquellas empresas que por sus condiciones tecnológicas y características productivas, fortalecían el crecimiento y diversificación de la planta industrial. Las condiciones fiscales, salariales, crediticias y comerciales que el gobierno otorgaba eran muy atractivas para las empresas, ya que los créditos baratos, los bajos salarios nominales y reales, los bajos costos de los insumos energéticos y primarios y la disposición de consumidores cautivos les aseguraban elevados niveles de rentabilidad. Lo cual se reforzaba con los beneficios concedidos por los gobiernos estatales, terrenos gratis, bajos impuestos prediales, etc. A partir de estos lineamientos de política económica, la estrategia de “Desarrollo Estabilizador” se propuso abastecer de la mejor manera la demanda de bienes y servicios para el mercado interno, la cual se encaminó en función de la generación de empleos y el continuo crecimiento real de los salarios. Los principales resultados alcanzados con la aplicación de esta estrategia se pueden resumir en un incemento del Producto Interno Bruto. Los salarios mínimos crecieron al igual que la industria, la inflación descendió y el empleo en la economía aumentó, aumentando así la población económicamente activa. No obstante, aún con los notables avances registrados en el periodo, la estrategia provocó dos problemas importantes que frenaron el futuro crecimiento del país, primero, la desigualdad en la distribución del ingreso y de la riqueza y segundo, el marcado sesgo antiexportador del aparato productivo, resultado del proteccionismo gubernamental.

En este periodo, en donde la economía nacional empezaba a mostrar signos de debilitamiento en sus tasas de crecimiento se propuso el modelo de “Desarrollo compartido”, con los ingresos de la explotación y producción de los yacimientos petroleros, descubiertos a inicios de la década de los setenta, se buscó financiar la inversión en infraestructura productiva, la creación de plantas productoras de bienes de capital, y la ampliación de la cobertura de seguridad social a todo el país que permitiera el crecimiento real del país. El gasto público fue el motor del crecimiento económico en dicho periodo, no obstante, los mayores ingresos públicos provenientes del petróleo y de la recaudación generada por el crecimiento económico del país fueron insuficientes para financiar su expansión, fue por ello que se empleó una política monetaria expansiva y se contrataron importantes montos de deuda pública externa, como forma de financiar los crecientes y elevados niveles de déficit alcanzados a lo largo de este periodo. Aunque el crecimiento del Producto Interno Bruto aumentó, la devaluación de el peso respecto al dólar provocó un resultado negativo. Al desplomarse la captación de divisas procedentes del petróleo, inmediatamente se hicieron evidentes los desequilibrios estructurales de la economía junto con el déficit externo, el excesivo endeudamiento externo e interno y la acumulación de rezagos productivos provocaron una caída de la actividad económica sobre todo en el sector industrial, incrementándose así la tasa de desem pleo y a la reducción del ingreso per cápita, este desequilibrio interno condujo a una brusca devaluación de la moneda impactando negativamente en el saldo de la deuda externa.

Se planteó entonces la necesidad de adoptar una nueva estrategia encaminada a generar las condiciones que impulsaran el crecimiento autosostenido de la economía mexicana, debían corregirse las limitaciones que generó el esquema anterior en materia de concentración de la riqueza, ineficiencia productiva, sesgo antiexportador y baja capacidad de ahorro interno. Las nuevas estrategias se orientaron básicamente a reducir la inflación y a corregir los precios relativos, reducir el gasto público e incrementar los ingresos. La nueva estrategia produjo resultados positivos en materia de estabilización macroeconómica. La existencia de finanzas públicas sanas permitió frenar el proceso inflación en el que se encontraba la economía mexicana y el ritmo de crecimiento de los precios ha disminuyó. La apertura comercial permitió incrementar el comercio exterior de México con el mundo y diversificar las exportaciones mexicanas, además de que la competencia de los productos nacionales con los importados ayudó al combate a la inflación y mejoró la calidad de los bienes que se ofrecen a los consumidores nacionales.

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