Influencia de la cultura grecorromana en la civilización occidental

La cultura grecorromana como base de la civilización de occidente.

En el siglo IX a.C. la desaparición de las comunidades rurales desorganizadas y desfasadas de la antigua Grecia dio origen a un nuevo sistema organizacional del pueblo, dejando de ser tribus, transformándose en ciudades. Las más importantes y recordadas hasta la actualidad son Atenas y Esparta.

Atenas adoptó como sistema político la democracia, algo poco usual e incluso inexistente en la época. Años después de su fundación, Solón fue designado como el encargado de realizar varias reformas, dando origen al primer ejemplo histórico que conocemos de un tribunal supremo, encargado de entender en las apelaciones instauradas en el marco de las sentencias dictadas por los magistrados.

Los mayores exponentes de esta ciudad en cuanto a filosofía se trata, Aristóteles y Platón, clasificaron los distintos sistemas políticos existentes en la época, aunque ambos coincidieron en cuál sería el ideal: la República.

En cambio, Esparta, quedó políticamente estancada en el tiempo con relación a la política. Adoptaron como sistema política la timocracia, se centraron mayormente en la militarización y por ende el estatus político de las personas tenía que ver con sus cualidades en esa área en especial. Sin embargo, contamos con registros de que fue una de las primeras civilizaciones en descentralizar el poder otorgado solamente a los reyes, instaurando Consejos, Asambleas y Foros, quienes ejercían la verdadera autoridad sobre sus habitantes, ejerciendo distintas funciones.

Durante el pleno apogeo de la cultura griega, en la actual Italia, tuvo origen una nueva civilización, Roma, que se destacó por sus imbatibles fuerzas armadas, con la que conquistaron gran parte del territorio mundial, incluyendo a Grecia. Sin embargo, al tratarse de Grecia, no podemos hablar de una conquista propiamente dicha. Cuando los romanos se percataron de la impresionante cultura griega, la adoptaron como suya, dando origen al Imperio Grecorromano.

Roma fue la cuna del Derecho. Se destacó en demasía por no imponerse apenas por la fuerza, usando como herramienta imprescindible la prudencia. Podemos considerar este como el origen de los sistemas jurídicos occidentales actuales.

Desde sus orígenes, una de las principales premisas del derecho romano fue buscar la igualdad entre todos sus habitantes, sin importar su estrato social. En este contexto, fue creada la “Ley de las 12 tablas”, considerada la primera ley escrita, la cual dejaba atrás las costumbres de desigualdad entre los plebeyos y patricios.

Posteriormente, fueron organizando la forma en que las leyes serían enunciadas. Las mismas, eran propuestas por un magistrado, basado en hechos ocurridos con anterioridad, buscando una misma solución jurídica para todos los casos similares. El comicio centuriado era el encargado de estudiar estas propuestas, y contaban con la autoridad de aprobarla o vetarla, según creyeran conveniente para los intereses del pueblo.

Los juristas, comenzaron a estudiar el derecho desde su esencia, teniendo como labor esencial las “jurisprudencias”, que posteriormente serían de inmensa utilidad al momento de promulgar nuevas leyes por parte de los magistrados o emperadores.

En el siglo VI d.C., asume el Emperador Justiniano. El mismo, era amante de las ciencias jurídicas, por lo cual su gobierno

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