Culturas De Occidente

Culturas de occidente

El Occidente de México, en términos culturales y desde la concepción mesoamericana, abarca los estados costeros de Colima, Jalisco, Nayarit, Michoacán, Guerrero y la mitad sur del estado de Sinaloa, así como la mitad occidental de Guanajuato y una parte de Zacatecas, ya en tierra adentro. Estos estados comparten rasgos culturales similares, por lo que se han agrupado en tal región; sin embargo, aunque los tres primeros están considerados como el corazón de la sub área cultural, los restantes, si bien comparten características que los definen como occidentales, presentan también rasgos de otras áreas, como el Norte y Centro de México.

Con base en los datos tanto arqueológicos como etnográficos se ha ido reconstruyendo en buena medida la historia de la región; es por medio de la cultura material como se determina qué grupos humanos se desarrollaron y cuáles fueron sus respuestas adaptativas a los retos que planteaba el entorno costero para la supervivencia.

Los numerosos nichos naturales convierten a esta zona en un importante corredor de intercambio de productos como la turquesa y algunos metales, además de servir como ruta de algunos grupos migratorios, dando como resultado que estas rutas también se ocuparan como rutas de comercio para trasladar las mercancías que se producía o que se adquirían.

La metalurgia, sin lugar a dudas, fue una de las innovaciones más importantes del Occidente durante el Clásico Tardío que floreció por espacio de unos 900 años. Los orfebres incorporaron a su acervo tecnológico elementos de Centro y Sudamérica, y desarrollaron, a partir de ellos, nuevas formas para manejar los materiales. Durante este periodo se usó principalmente el cobre para elaborar una gama de objetos con las técnicas de vaciado a la cera perdida y de forjado en frío con recocido. Los artesanos estaban interesados principalmente en hacer artefactos que expresaban sus símbolos sagrados y de Estado.

Aztatlán fue la cultura arqueológica más difundida en el Occidente. Estuvo asociada con el desarrollo y distribución de tecnologías avanzadas, como la metalurgia y la fabricación de navajas prismáticas de obsidiana; en algunos sitios se produjeron pipas y malacates, tal vez relacionados con el cultivo de tabaco y la industria textil. La decoración de vasijas con diseños estilo códice, la presencia de cerámica púmbate y el uso de figurillas estilo Mazapán indican eslabones con las culturas posclásicas del Altiplano Central Mexicano. La cultura Aztatlán ha sido fechada entre el 800 d. C. y el 1400 d. C. y se han encontrado materiales diagnósticos de ella en Sinaloa, Nayarit, Jalisco, Michoacán y aún en regiones tan lejanas como Durango, Chihuahua y Nuevo México.

Los distintos segmentos de la ruta mercantil de Aztatlán participaron en sistemas de comercio regionales desde el Clásico, y en algunos casos desde el Preclásico. Durante el Epiclásico y Posclásico Temprano hubo evidencias de una ruta de comercio que se extendía desde el valle de México, siguiendo el Río Lerma y atravesando el Bajío, hasta llegar a Nayarit, con una rama que se extendía hacia el valle de Tomatlán –Jalisco– y seguía por la costa de Jalisco hasta Nayarit. Esta rama se incorporó desde muy temprano en el sistema comercial de Aztatlán. Finalmente, el sistema mercantil Aztatlán se vio interrumpido entre el 1450 d. C. y el 1500 d. C. en el área del lago de Chapala debido al expansionismo tarasco que cortó sus rutas de comercio.

A partir de esta misma época se desarrolló el periodo II de la metalurgia en Occidente –desde el 1300 d. C. hasta la invasión española–. Los artesanos empezaron a experimentar con una variedad de aleaciones de cobre, incluyendo bronce de cobre-estaño y de cobre-arsénico, aleaciones de cobre con plata y oro, y aleaciones ternarias de cobre-arsénico-estaño

...