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Introduccion


Enviado por   •  21 de Mayo de 2014  •  3.722 Palabras (15 Páginas)  •  318 Visitas

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El gigantesco incendio que devoró un enorme sector de Valparaíso, sumiendo a miles de sus habitantes en el desamparo, fue alertado el 12 de diciembre de 2012 por el jefe de Emergencia del municipio porteño. El acta de esa sesión lo certifica, así como la urgencia por realizar trabajos preventivos que nunca se hicieron. Porque los dineros no llegaron. Pero las arcas regionales han sido empobrecidas por sucesivos escándalos de corrupción cuyos protagonistas son de todos los colores. Esta es la historia de los dos estallidos –el fuego y los ilícitos- que están en el origen de la tragedia.

Eran las 16 horas del 12 de diciembre de 2012 cuando el nuevo Concejo Municipal de Valparaíso se reunió por primera vez luego de las elecciones comunales de octubre. Debido a la ausencia del reelecto alcalde Jorge Castro (UDI), producto de una operación ambulatoria a la que sería sometido esa misma tarde, la sesión fue presidida por el concejal Carlos Bannen (UDI).

A este concejo llegó el jefe de Emergencias de la Municipalidad de Valparaíso, Ricardo Valdés. Sólo tres días antes, el domingo 9 de diciembre, se había desatado un grave incendio en el Cerro Toro, parte del casco histórico de la ciudad. En cosa de minutos, el fuego que se inició en una vivienda ubicada en el Pasaje Benavente, se propagó hacia el inmueble contiguo. Ambas viviendas quedaron completamente destruidas. Cuatro personas murieron, entre ellas dos menores de edad, y 25 resultaron damnificadas.

Cuando le tocó el turno de intervenir, el jefe de Emergencias de la municipalidad no se guardó nada:

-Nosotros tenemos un problema: la continua falta de recursos para enfrentar una emergencia, lo que para nosotros se traduce en un desastre (…) En este momento, todas las emergencias se traducen en desastre (…) Todo nos afecta: corre viento fuerte, se cae una muralla; nos caen unas gotas de agua, y se producen aluviones.

Ricardo Valdés, jefe de Emergencia del municipio de Valparaíso (Fuente: UCV)

Pero ese día, una de las mayores preocupaciones de Ricardo Valdés eran los incendios forestales. Y no solo por el incendio que se había desatado en el Cerro Toro tres días antes. Faltaba muy poco para el inicio oficial de la temporada estival y, por esa razón, el jefe municipal se tomó casi todo el tiempo de su exposición para alertar a los miembros del Consejo Municipal de Valparaíso sobre el inminente riesgo de un siniestro de proporciones.

–Se está haciendo un desmalezado con mucho sacrificio y eso me consta porque hay 20 personas trabajando para toda la ciudad. Como mandato, este municipio tiene que hacer cortafuegos por una cantidad de 45 kilómetros de distancia. Debemos haber ejecutado un 5% o 6% de eso. El resto no ha se ha podido hacer por falta de recursos –afirmó.

La emergencia que describió Ricardo Valdés ese 12 de diciembre de 2012, exigía una reacción inmediata de las autoridades. No fue así. Lo dramático es que este escenario se mantuvo sin avances hasta la tarde del sábado 12 de abril de 2014, cuando el fuego se desató sin control arrasando con todo lo que encontró a su paso a los largo de 1.145 hectáreas.

Valdés le describió a los concejales la conveniencia de que el programa de desmalezamiento se realizara al menos una vez al año. Para que ello sucediera, advirtió, la municipalidad debía conseguir recursos extra con la intendencia regional o en instancias superiores, aludiendo al gobierno central.

–Como dato de la causa, por lo menos hace un par de años, el desmalezado de la ciudad le costaba al municipio $170 millones, dinero que en las arcas municipales no está –agregó Valdés.

Según sus cálculos, había un déficit de al menos 80 personas para los trabajos de desmalezamiento y una carencia evidente de herramientas, maquinarias y camiones. Ello explicaba el poco avance en ese frente, según lo recomendado por distintos organismos, entre ellos la Corporación Nacional Forestal (CONAF).

La preocupación de Valdés era apremiante. En Valparaíso, entre las quebradas y las laderas de cerros, había vuelto a incubarse una bomba de tiempo. Y eran varios los estudios e informes que refrendaban la inquietud del jefe de Emergencias. En 2012 la Revista Territorium publicó un artículo del académico de la Universidad de Chile Miguel Castillo, en el que, entre otros problemas, alertaba de la alta carga combustible acumulada principalmente en lugares de muy difícil acceso de los cerros costeros de Valparaíso y Viña del Mar: “La alta carga de material disponible para la combustión supera largamente las 8-10 toneladas por hectárea, cifra que podría provocar intensidades calóricas superiores a 500 Kcal/m/s”, señala el estudio.

–Espero equivocarme, pero yo creo que este año vamos a tener serios problemas con respecto a los incendios forestales –fue la conclusión principal que Ricardo Valdés le comunicó a los miembros del Concejo Municipal.

El diagnóstico del jefe de Emergencias de la municipalidad porteña se hizo realidad casi con precisión milimétrica. Sólo dos meses después, la bomba estalló. El 14 de febrero de 2013 casi 300 casas fueron arrasadas por las llamas en el sector de Rodelillos y el Cerro Placeres de Valparaíso, dejando a 1.200 personas damnificadas. Hasta hace poco, este siniestro era considerado el peor desastre ocurrido en Valparaíso desde el incendio de la noche de Año Nuevo de 1953.

Pero eso no fue todo. En abril del mismo año, un incendio originado en el sector El Vergel, en la quebrada que une los cerros La Cruz y Mariposas, consumió 40 hectáreas, destruyendo 35 casas y obligando a la evacuación de 150 personas.

Serían exactamente esos mismos sectores los que volverían a ser los principales focos del megaincendio que se desató este último fin de semana, y que está dejando un saldo de 2.500 viviendas destruidas, 11 mil damnificados y 15 víctimas fatales. La peor pesadilla de Valdés se hacía realidad.

Lo que revela el acta de la sesión del Concejo Municipal del 12 de diciembre de 2012, es que el municipio porteño estaba completamente al tanto del riesgo inminente de desastre en Valparaíso (ver acta municipal). La labor de remoción de la carga combustible –arbustos, maleza y desechos- más la construcción y mantención de cortafuegos, mostraba un mínimo progreso y no había presupuesto para completar la mayor parte de esa urgente tarea. La precaria situación de las arcas municipales quedaba una vez más al descubierto.

11 mil damnificados ha dejado el incendio en el Puerto.

La carencia de dineros en la Municipalidad e Intendencia de Valparaíso es un problema de larga data. Y no sólo por falta de recursos. Por décadas los escándalos de corrupción

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