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LA MALDICIÓN DEL RETRATISTA


Enviado por   •  29 de Noviembre de 2017  •  Ensayos  •  1.131 Palabras (5 Páginas)  •  180 Visitas

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LA MALDICIÓN DEL RETRATISTA

Era un jueves gris y lloviznaba en la ciudad, caminando por la acera iba él; con una chaqueta negra, unos jeans y unas botas converse un poco empapadas de agua, llevaba en su espalda un morral negro y bajo el brazo un bastidor un poco grande…

Cuando lo conocí me pareció un joven sin ganas, escéptico y apático a los grupos y a nuevas relaciones interpersonales, pero amante y apasionado al arte y a los estudios.

Su nombre era frabrizzio un joven artista de Valledupar, sin reconocimiento excepto el de su familia y el de los pocos amigos con que contaba, era un chico más de los pocos románticos y apasionados, jovial y centrado en su modo de vida, estudioso y vago al tiempo, complicado y relajado, un joven de buen parecer, altura promedio, cabello liso, ojos claros, quien se apasionaba con cada meta, proyecto y cosa que pretendía hacer; aunque ese apasionamiento en ocasiones era efímero e inconcluso y a veces poco valorado.

Fue debido a una de esas clases de dibujo técnico en la que coincidíamos en el horario, donde iniciamos diálogos y donde surgió una amistad que con el transcurrir de los días, meses y semestre tas semestre se fortaleció.

Compartimos desde entonces vivencias y experiencias, historias y reflexiones, en el andar revivimos momentos de mucha efusión pero también de tristeza, desilusiones y misterios. Una tarde al salir d clase frabrizzio me presento a una chica, Luciana; una rubia hermosa en todo aspecto y quien sería en pocos días una más en el recuerdo imborrable de mi amigo frabrizzio. Y así fue.

Todo un misterio para los que vimos crecer y florecer un amorío fuertemente construido por ellos, una relación que parecía eterna, pero que quedo al final inmortalizada como las pocas obras de frabrizzio.

En ese son muchas mujeres hermosas llegaban y se alejaban sin un porque, el mismo que rondaba la vida de frabrizzio desde mucho antes.

Una tarde de desocupe total tomando unos tragos y compartiendo con unas amigas y una nueva conquista de mi amigo el pintor; quien estando allí, saco del morral una hoja y un lápiz, y empezó a inmortalizar a aquella mujer, al cabo de no más de una hora terminada aquella obra, allí estaba como una fotocopia a blanco y negro, cual fotografía instantánea; sorprendidos quedamos todos por aquel retrato, iniciamos una conversación acerca del arte y sus musas; al final de la tarde después de compartir y platicar un poco frabrizzio entrego aquella hola del retrato a su pretendiente y musa de inspiración a tan bella obra en aquel momento. Desde aquel día mi amigo no supo más de aquella mujer y continuo así su misterio e intriga, tratando de hallar un porque.

Recuerdo como si fuese ayer cuando aquel retratista ya apodado así por quienes habíamos visto sus obras en papel, llego a clase emocionado, entusiasmado y con más ganas de lo común, me conto de su nuevo idilio pasional; Teresa; igual o más hermosa que las anteriores, una mujer de cabello ondulado castaño, piel blanca, ojos  marrones y labios como la sangre, era hermosa y de un trato increíble, sin duda su futura nueva musa, y fuente de inspiración para mi amigo. Sin duda esta ves si lo lograría seria su mejor conquista y a su vez la ms duradera o como él decía “esta si va a ser”.

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