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LEONORA ESQUIVEL


Enviado por   •  15 de Abril de 2015  •  2.282 Palabras (10 Páginas)  •  242 Visitas

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Para Leonora Esquivel Frías el movimiento por la lucha de los Derechos de los Animales es la revolución moral más apremiante de este siglo, lamentablemente, mucha gente no sabe quien es ella e incluso tienen una vaga idea sobre la organización de la cual es fundadora; AnimaNaturalis, quedándose con la concepción de que “tiene que ver con animales”.

Esquivel nació en la Ciudad de México en 1973, siendo una de las pruebas vivientes de que basta una fuerte motivación y determinación para poder hacer algún cambio en el mundo, incluso si la acción es pequeña. Ejemplo de ello es AnimaNaturalis Internacional, organización sobre los Derechos de los Animales que además promueve el vegetarianismo y se encuentra presente en siete países de Hispanoamérica.

Ella ha realizado entrevistas en televisión y radio en España y México, además de brindar conferencias en diferentes escuelas como la Universidad Autónoma de Barcelona, la Universidad Iberoamericana de México, la Universidad Nacional Autónoma de México, la Universidad Autónoma de México, El Colegio de Michoacán, la Universidad del Estado de Morelos y el Colegio de Chihuahua. Por si fuera poco, también ha estado presente en marchas realizadas en pro de los animales no humanos.

Entonces, siendo AnimaNaturalis una organización cuya lucha reside en defender a los animales, ¿cómo fue que ésta surgió?, ¿Leonora Esquivel mantuvo durante toda su vida ésta postura altruista?, ¿qué significa para ella lo que ha logrado? Todo eso y más es lo que ella logra explicar en la entrevista realizada a su persona, siempre haciendo notar su pasión por la defensa de los que no tienen voz.

El encuentro se dio en una concurrida cafetería de Galerías Insurgentes: Coffe Bean, en punto de las cuatro de la tarde. Minutos antes ya me encontraba sentada en una de las mesas fuera del local, las cuales tenían enfrente un coqueto jardín de flores. Aquel día era agradable, no hacía frio pero tampoco un agobiante calor como para salir corriendo en busca alguna bebida fría; simplemente, era ideal para el evento que estaba por realizarse

Al cabo de 10 minutos apareció caminando justo en el otro extremo del jardín de flores, sujetando su bicicleta mientras su castaña mirada deparaba en todas las direcciones con la intención de encontrarme. Al notar aquello, me levanté del asiento y en cuanto hicimos contacto visual, ella sonrió de inmediato.

Lo primero que hizo al acercarse a mí fue abrazarme; debo decir que no me extrañó en lo más mínimo, de hecho, era una acción esperada, sobre todo si se trataba de ella. Jamás pensé en Leonora como el tipo de persona que mira despectivamente a los demás, o juzga sin conocer la situación. Aquello quedaba confirmado con tal muestra de cordialidad.

¿Prefiere que le trate de usted, o está más cómoda si la trato de “tú”? –Aproveché para preguntar, especialmente porque lo que más deseaba es que ella se sintiera cómoda.

-Con el tú, por favor– Respondió vivaz.

Una vez que tomamos asiento, primeramente, ella preguntó con sumo entusiasmo cómo era que me había interesado por los animales, ante lo cual no dudé en contarle mis motivos, con la misma emoción.

La protagonista del encuentro se mostró feliz al descubrir que había cada vez más personas interesadas por los derechos de los animales y que también aportaban su granito de arena en aquella laboriosa batalla.

A los pocos segundos Leonora se acomodó sobre su silla y esperó la primera pregunta, la entrevista había comenzado formalmente.

Las influencias

Los padres de Leonora murieron cuando ella tenía 16 años, sin embargo, heredaron a su hija valores y cualidades importantes que ayudaron a conformar lo que actualmente es: una persona que presta su voz a los seres que mucha gente simplemente ignora, los animales.

“De mi padre aprendí el activismo” Comenta, “Él era ecologista, trabajaba temas de medio ambiente y contra de la energía nuclear. De mi madre aprendí el sentido de la justicia pues ella era abogada y defensora de los derechos universitarios en la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM). Tuve una muy buena mezcla y decidí orientar así mi causa que son los derechos de los animales. Creo que ellos estarían orgullosos de lo que hago.”

Con la sonrisa de una niña pequeña finalizó aquel comentario de sus padres, ante lo cual asentí de inmediato.

¿Quién no sentiría orgullo de alguien que vela por los que no tienen voz? ¿Y qué mejor si se trata de tu propia hija? Estoy segura de que, si los padres de Leonora siguieran con vida, no podrían tener mayor dicha de saber que su hija encabeza una de las luchas más difíciles que puede haber.

Uno como activista no pide que todos amen a los animales pues en comprensible de que no podrá ser así, cada quien tiene sus gustos y motivos para que incluso le desagraden esos seres, pero sí se exige que se respete su vida.

De la Filosofía al Activismo

Esquivel estudió la carrera de Filosofía en UNAM y debido a su completa dedicación y gusto por el estudio, obtuvo diversas gratificaciones como el premio Norman Sverdlin a la mejor tesis de licenciatura y la Medalla Gabino Barreda al poseer unos de los mejores promedios de la generación.

“Siempre me interesó aprender a pensar bien y argumentar bien. Cuando estudié Filosofía me di cuenta que era una disciplina que estaba muy relegada, lo cual hacia quedar en un ámbito muy reducido publicaciones y docencia. Yo sentía que había que hacer algo más práctico con ella”

Y así fue. Sabiendo que quería hacer algo que ayudara a la gente a pensar de manera más clara y ordenada, llevó sus estudios de doctorado a la Universidad Autónoma de Barcelona, donde aplicó la filosofía al tema de la ética ambiental.

“Considero que viajar y estudiar en el extranjero es parte fundamental de la formación de un individuo, más allá de lo que vayas a aprender dentro de las aulas. Yo tuve la oportunidad de irme a Barcelona, donde además surgí como activista.”

El Nacimiento de AnimaNaturalis

“Desde niña tenía una sensibilidad especial por los animales. Me parecía raro que me obligaran a comer a unos y a querer a otros. Simplemente, era extraño y contradictorio, además, tal parecía que los temas de las corridas de todos y de los animales en situación de calle eran muy normales, que era algo

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