La Eneida. Intencionalidad significativa de la Eneida
Matías QuevedoApuntes27 de Noviembre de 2015
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La Eneida
- Intencionalidad significativa de la Eneida: Virgilio se propuso enaltecer el linaje de Augusto a la que se había atribuido una divina ascendencia (Eneas justifica este origen divino) y explicar los remotos orígenes del pueblo romano.
- En el libro se muestra la cosmovisión de Roma.
- Busca explicar el origen de Roma (esa es la función del libro).
- La Eneida misma valida a Roma
- Busca crear una identidad nacional
- Eneas: Personaje que arranca de Troya y va a fundar Roma tras siete años en busca de esta tierra. No se caracteriza por su grandeza mítica, sino por su dimensión humana.
- Bajada de Eneas al infierno: Luego de años de búsqueda, va al infierno a encontrarse con su padre. Él le muestra la grandeza del pueblo que va a tener, el gran linaje que tendrá y las guerras que ganará.
- Carácter cortesano (al servicio del emperador) del poema: El establecer el origen divino de Eneas y su descendencia, incluyendo a Octavio, pretende legitimar a Augusto en el poder, haciendo notar su origen divino.
- Diferencias de la Eneida con los poemas homéricos: Lo que en Homero se puede llamar divino, es en Virgilio humano, por cuanto el elemento sobrenatural aparece en él totalmente subordinado a lo real.
- Semejanzas de la Eneida con los poemas homéricos: Estructuralmente, tienen el mismo orden. La primera parte de la Eneida --seis primeros cantos -- se basa en la Odisea y la segunda, en la Iliada. Además, situaciones que están inspirados en las epopeyas homéricas (Ejemplo: Eneas quiere llegar a un pueblo que es Roma; Odiseo deseaba llegar a Ítaca.)
- El abandono de Dido sirve para justificar la enemistad entre Roma y Cartago, justificando la guerra que se sostenía en la época.
LA ENEIDA
La escribe Virgilio entre los años 29 y 19 A. de C., año de su muerte. Al agravar de improviso, Virgilio dispuso que su obra fuera quemada, pero intervino Augusto impidiéndolo y le encargó su revisión a un amigo íntimo de Virgilio, sin que, por ello, se altera su forma original.
EL PLAN DE LA ENEIDA
Según Donato, estudioso de Virgilio, el plan de la Eneida había sido establecido antes en prosa por su autor y, por ello, después de haber repartido la acción en doce libros, compuso, sin orden de sucesión, cada una de sus partes. Esto explica algunas incoherencias de la obra:
1. A las costas de Italia llegan las mismas 20 naves que zarparon de Troya, a pesar de haberse perdido una en la costa Libia y cuatro por un incendio en Sicilia.
2. La predicción según la cual Eneas y sus compañeros deberán calmar su hambre en Italia, devorando sus mesas, se atribuyó primero a la arpía Celeno y luego Anquises.
3. La muerte de Palinuro se cuenta como causada por la intervención de una divinidad y luego la sombra del mismo Polinuro dice que se cayó al agua casualmente y murió luego a manos de los habitantes de la costa donde arribó.
A pesar de este método de trabajo y de sus consecuentes incoherencias, la Eneida no carece, sin embargo, de unidad y de integridad.
CONTENIDO:
En los seis primeros cantos en verso hexámetro se narran los viajes de Eneas, fugitivo de Troya, destruida por los griegos, en busca de la patria prometida
-Italia- a la que llega tras múltiples incidentes, entre ellos su estancia en Cartago donde tiene amores con la reina Dido.
En los últimos cantos de la epopeya, Eneas llegado a Italia, obtiene la mano de Lavinia, hija del rey latino, y el reino de éste, tras guerras entre diversos pueblos peninsulares y la oposición del feroz turno, al que vence en un combate singular.
LA INTENCIÓN DE LA OBRA, LA NORMATIVA DE LA ÉPOCA _ Y LAS FUENTES LITERARIAS
Virgilio se propuso enaltecer el linaje de Augusto, la Domus Iula, a la que se había atribuido una divina ascendencia, y cantar los remotos orígenes del pueblo romano. Éste fue el cometido que se le encomendó y de acuerdo a lo afirmado ya en el libro III de las Geórgicas venía a colmar una antigua ambición del poeta. Virgilio quiso darle al pueblo una epopeya perfecta y de acuerdo al momento histórico en que vivía, esto se tradujo en una versión poética y trascendente de Roma, en su pasado, en su presente y su futuro, basada en un fondo legendario y en una serie de tradiciones que, por una parte, suponía a los romanos descendientes directos de Venus y de su hijo Eneas. La concepción, llevada a un mundo legendario y mitológico adquiriría eficiencia superior y permitía una visión elevada que se proyecta en el pretérito nebuloso, en el presente radiante y en la promesa de un futuro lleno de luz. Para cumplir con su cometido, Virgilio procedió según las reglas que, durante toda la época imperial, informaron la poesía romana elegíaca de carácter narrativo:
Constante adaptación, imitación e incluso traducción literal de pasajes de los autores griegos antiguos y de las obras de la escuela poética alajendrina, e incluso la referencia a versos de obras del mismo autor. De ahí que lo que para nosotros sea un plagio, constituía para los escritores y lectores de ese entonces un elemento de mérito, siempre que como preceptúa Horacio, en el sentido del decoro artístico o la índole de la obra no impidieran avanzar por este camino de imitación estricta, (Epístola ad Pisones).
Desde esta perspectiva, deben ser conceptuadas, entonces, las fuentes literarias de la Eneida, aunque no es posible examinarlas exhaustivamente, porque Virgilio extremó su erudición y algunas de sus obras nos son absolutamente desconocidas.
Entre los autores y títulos griegos de influjo más evidente se puede citar: La Iliada y la Odisea, Las Argonáuticas de Apolonio de Rodas, los desaparecidos poemas cíclicos referentes a la leyenda de la guerra de Troya, Las Teogonías de Pisandro de Rodas y varios pasajes sacados de la tragedias de Eurípides. Aspecto que se puede advertir dentro de los autores latinos más antiguos: Varrón, Ennio, Nevio y los trágicos posteriores y los autores de la generación inmediatamente anterior, Lucrecio y Catulo.
De un mito ya tratado en Roma por Nevio y Ennio; al que ya Catón y Varrón aluden, toma Virgilio la base para el argumento de la obra. Es la leyenda de la llegada de Eneas a Italia, Su Alianza con el rey Evandro y casamiento con la princesa latina Lavinia. Sobre esta base argumental, Virgilio, desde principio hasta el fin, hace gravitar la idea del poderío romano resultado del destino. Esta idea pesa sobre el héroe Eneas y anima la acción de los dioses, encaminada ya a acelerar y a retardar el instante de la fundación de la ciudad que debía señorear el mundo: la Roma de Augusto y Virgilio.
En lo que se refiere a la sucesión de los hechos, Virgilio toma el hilo allí donde lo dejan los poemas Homéricos. De esa manera, funda como ambientación psicológica previa que para los romanos, emigrantes troyanos, existía un pasado lleno de grandeza trágica y sus penates --dioses domésticos-- la busca incesante del lugar que los oráculos indican misteriosamente y que albergará la esencia de la urbe desaparecida.
Para la creación de su protagonista, Virgilio realiza algo absolutamente novedoso en la literatura romana. Forja, a partir de un personaje que aparece vago en la Iliada, un tipo heroico diferente a los arrojados o astutos hombres de los poemas Homéricos. La fisonomía de Eneas encarna un conjunto de cualidades y diferencias que debió responder al concepto de ser humano que el autor tenía: está dotado de una profunda religiosidad y de una auténtica nobleza de sentimientos. Hay en él una constante preocupación, no exenta de pesimismo, por establecer en la medida de sus posibilidades, lo que pone de manifiesto en él la existencia de una vida interior y que hace que su fisonomía psíquica queda rodeada de un halo de imprecisión. Por otra parte, Eneas evoluciona en el transcurso de la obra a la manera como la haría un personaje de novela moderna. El Eneas que asiste al desmoronamiento de su patria y que navega durante siete años bajo protección de su padre, hasta que muerto éste y un poco desamparado al principio, debe hacerse cargo de la expedición; no es el mismo que el amante de Dido y que caudillo que, habiendo emprendido de nuevo la ruta, experimenta la purificación en el descenso al mundo subterráneo y que cae luego; en las riberas del Tíber entabla como jefe militar una cruda guerra con los naturales y que, al final de la obra, se muestra un tanto declamatorio y fantoche.
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