La Familia.

La familia es aquella que está formada por la pareja y los hijos y que cumple, por tanto, sus funciones primeras y esenciales, como son las que se refieren a la comunicación de los esposos entre sí y a su colaboración en la tarea de la procreación y en el cuidado del hogar y de los hijos. En la práctica, la familia se constituye por la vida en común de la pareja y puede considerarse como tal aun cuando no tuviera descendencia, pero los hijos son efecto del matrimonio y una de las causas esenciales por la que los esposos se unen. A través de ellos, la familia se hace una realidad viva, caracterizada por las relaciones que se establecen entre los padres y los hijos, entre los propios cónyuges y entre los hermanos.

Para el Estado, para la Iglesia y la sociedad en general, se destaca la importancia de la familia en orden a la educación y a la convivencia social y también se reclama de los poderes públicos que respeten sus derechos y la favorezcan, apoyándola en el cumplimiento de sus funciones y acogiendo sus opiniones y aspiraciones en lo que afecta a la educación, a las costumbres y a la convivencia.

En la sociedad actual, destaca la familia nuclear o conyugal, la cual está integrada por el padre, la madre y los hijos, aunque también existe la familia extendida que incluye los abuelos, suegros, tíos, primos, etc.

Se puede decir que la familia es la base de la sociedad porque es en

el centro de ella que se satisfacen las necesidades más elementales de las personas, como comer, dormir, alimentarse, etc. Además de satisfacer esas necesidades es en ésta donde se prodiga amor, cariño, protección y donde se preparan a los hijos para la vida adulta, para que de esta manera puedan ellos también colaborar con su integración en la sociedad.

No cabe duda que la unión familiar asegura a cada uno de sus miembros e integrantes estabilidad, manifestadas a través de lo emocional, social y económico. Es en está pequeña sociedad donde se aprenden a dar los primeros pasos, donde se enseña tempranamente a dialogar, a escuchar, a conocer y desarrollar sus derechos y deberes como persona.

Así también se puede ver en estos tiempos, que la aspiración de la mayoría de las familias nucleares, después de cubrir las necesidades de subsistencia, se centra en los hijos, que son la más segura garantía de ayuda llegado el tiempo de su decrepitud, además de ser éstos los herederos naturales del patrimonio familiar, tanto en el orden material, cultural, moral y espiritual. En este sentido, el cuidado de proteger la legitimidad de los hijos, de educarles en las tradiciones, creencias y valores de la familia y de transmitirles la herencia familiar, está en el centro de los ideales familiares.

La familia es una realidad social que se impone por sí misma, es a la vez objeto de atención de parte de los «mentores» sociales, de aquellos que reflexionan sobre la realidad humana tales como lo son los filósofos y moralistas, considerando además a los que legislan y gobiernan sobre las instituciones públicas.

Desde la constitución de la familia como tal y juntamente con el nacimiento y desarrollo de la cultura, se va formando un pensamiento acerca de los fines del matrimonio y las funciones de la familia y se va creando un derecho público que trata de regular lo relativo a la legitimación de los hijos y a la transmisión de los bienes familiares, todo esto a fin de tener un ordenamiento cultural, social y jurídico que contribuya a transmisión de estos derechos a las generaciones futuras.

Cabe señalar asímismo que no se puede hablar de familia si no se parte de una cierta estabilidad en la unión de la pareja y en la comunidad de vida entre padres e hijos. El hecho de que los esposos aspiren a constituir su propio hogar, a tener un lugar propio donde poder desarrollar con libertad las funciones inherentes a la realidad del matrimonio y de la familia, parece un dato común en la mayoría de las culturas.

En la práctica, la comunidad familiar puede estar formada por varias generaciones de descendientes y por las parejas a ellos ligadas, así como por los parientes o personas cercanas a la familia. La extensión de la comunidad familiar depende en gran medida de las realidades económicas y demográficas de la sociedad. El modelo de familia que predomina en la moderna sociedad es el conocido como modelo nuclear, que se reduce a la pareja y a los hijos.

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