La Praxis Funcionalista
JMFR24 de Agosto de 2014
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18. LA PRAXIS FUNCIONALISTA
En los corrillos académicos se da en decir, últimamente, que la concepción de la teoría de la evolución biológica de Charles Darwin, debe en gran medida su afortunada configuración a la existencia previa de ideas sobre la evolución social, en lo particular la noción de progreso, formuladas por pensadores de la ilustración y posteriores a ella. Algo semejante se puede afirmar en cuanto a la revaloración de los alimentos nativos consumada por los nutriólogos en la década de los cuarenta. Antes de su acaecimiento los científicos sociales, específicamente los antropólogos ocupados en trabajo de campo etnográfico, sostienen larga controversia sobre la revaloración de las culturas indígenas, hasta entonces calificadas despectivamente de primitivas, salvajes o bárbaras. Nace así el relativismo filosófico como una postura nueva frente a quienes juzgan los conocimientos, prácticas y valores de los pueblos étnicos conforme a las pesas y medidas de la sociedad industrial hegemónica. A este respecto es notable la aportación de Bronislaw Malinowski, quien elabora el concepto de totalidad en la cultura, al paso que narra las motivaciones y actividades de los trobriandeses en las páginas de dos de sus obras maestras -Argonauts of the Wester Pacific y Coral gardens and their magic- y estatuye la obligación de contemplar y evaluar la fusión que desempeña cada aspecto de esa totalidad -incluso la alimentación- no como variable independiente, sino en el nexus de las múltiples relaciones donde adquiere significado y valor.
Malinowski nace a fines del siglo pasado, 1884, en Polonia; Esto es, en una patria desmembrada por las potencias vecinas. Su lugar de nacimiento, Cracovia, pertenece al imperio austrohúngaro; su lengua materna es el polaco pero el alemán es la lengua oficial. En la universidad de su ciudad de origen, una de las más prestigiadas de Europa, termina por 1908 los estudios superiores y se doctora en matemáticas y física. Como otros polacos subyugados se exilia; toma cursos de postgrado en Leipzig, bajo la dirección de Karl Bücher, cuyos intereses lo sitúan en la economía primitiva, y con Wilhelm Wunt, estudioso de la psicología de los pueblos, también primitivos, una vez que la lectura de la rama dorada, de James Frazer, lo motiva a dedicarse a la etnología. Escoge el camino más difícil: competir en Inglaterra por una posición y triunfar superando la fama bien establecida de antropólogos tan destacados como C. G. Seligman, W, H. R. Rivers, Alfred Haddon, Robert Marett, A. L. F. Pitt-Rivers, Edward Westermarck, Alfred Reginald Radcliffe- Brown y muchos más. La contienda, es feroz y su físico débil -redacta Argonautas en las Islas Canarias al tiempo en que se trata un padecimiento fímico- batalla en contra del evolucionismo conjetural de sus maestros y colegas; pone en la picota a los difusionistas de las distintas escuelas; hace saltar, en la descripción de los intercambios kula, las doctrinas existentes sobre la economía primitiva, incluyendo las de Karl Marx y, con lógica irrefragable, pero sin darse cuenta del valor del contenido latente del psicoanálisis, devasta inmisericorde las especulaciones de Sigmund Freud sobre el complejo de Edipo al contemplarlo como hipótesis propia de los medios burgueses de Viena. Dueño de una capacidad poco común para aprender lenguas y dominarlas a la perfección, utiliza un inglés literario y en la presentación de sus obras es riguroso el razonamiento, diáfana la exposición y grácil el estilo. Alguno de sus libros llega a convertirse en un best-seller. Malinowski paga su éxito echando sobre sí la hostilidad abierta o sub-rosa de la comunidad académica y todo contribuye a configurarle un carácter difícil; Julio de la Fuente, quien colabora con él en la investigación del mercado de Oaxaca por los años que preceden a su muerte en 1942, lo describe como una persona problemática y las memorias íntimas, que la viuda vende a la sevicia pública, corroboran la actitud de su temperamento. Por eso no debe extrañar que siendo un gran maestro y no obstante haber formado a un selecto grupo de investigadores, el reconocimiento que éstos le brindan en Man and culture, por motivos que posiblemente residan en el subconsciente, no lo deja, bien parado. En México, los antropólogos afiliados al marxismo oficial lo satanizan por su colaboración con el colonialismo británico haciendo trizas el funcionalismo ideológico pero no el funcionalismo práctico que contiene la forma de aprehender una realidad compleja y explicar sus relaciones y significados. Pero ni sus amigos ni sus contradictores pueden borrar la contribución sustantiva que aporta a la práctica y a la teoría antropológicas.
La cultura como totalidad
Malinowski inicia su trabajo de campo en las Islas Trobriand de Melanesia al punto en que estalla la primera Guerra Mundial; como súbdito austriaco adquiere de inmediato el status de enemigo. Sin embargo, Seligman mueve sus influencias en Londres y se le deja continuar sus investigaciones y se le mantiene una corta beca. Sobre los Trobriand nada hay escrito por personal profesionalmente adiestrado; de hecho Malinowski es pionero en el tipo de trabajo de campo que se le encomienda realizar: aprender la lengua del grupo nativo y participar pacientemente en la vida cotidiana de la aldea principal para descubrir los distintos componentes del comportamiento salvaje. Permanece en las islas durante dos años y acumula una suma enorme de material etnográfico que selecciona de acuerdo con su contenido básico; los materiales económicos le sirven para legitimar la narrativa del comercio intertribal contemplado desde ángulos diversos y en sus variadas relaciones con la producción de alimentos y otros bienes, la técnica de su distribución y consumo, la organización social y las creencias mágico-religiosas que impregnan las actividades productivas, el poder que las regula y otros aspectos del intercambio ritual o utilitario. Produce así su primera obra maestra, Argonautas, donde narra el curso de sus pesquisas y la manera como se configuran las investigaciones que estructuran el estilo de vida de la comunidad.
De la praxis extrae uno a uno elementos que al correr del tiempo dan forma al corpus de una teoría funcional de la cultura cuyos axiomas generales son fraseados por él en los términos siguientes: 1) la cultura es un patrimonio estructural ideado por el hombre para solucionar los problemas que encara dentro de su medio ambiente, en el curso de la satisfacción de sus necesidades; 2) es un sistema de objetos, actividades y actitudes en el cual cada parte existe como un medio para un fin; 3) es un conjunto integral en el que los varios elementos son interdependientes; 4) tales actividades, actitudes y objetos se organizan en instituciones, como la familia, el clan, la tribu, y para la cooperación económica y la actividad política, jurídica y educacional; 5) desde una perspectiva dinámica, la cultura puede ser analizada en cierto número de aspectos como la educación, el control social, la alimentación, la economía, los sistemas de conocimiento, creencias, moralidad y aun modos de expresión artística y creadora.
Todo ello le hace concluir a Malinowski que la, entera comprensión del proceso, incluyendo el substrato material de la cultura, los vínculos sociales y los actos simbólicos, son una totalidad que no se puede fragmentar aislando esas partes como sistemas de contenido propio. El enfoque holístico de la cultura implica no sólo la relación necesaria de las partes con el todo sino, además, las relaciones de las partes entre sí. Audrey Richards, destacada discípula de Malinowski, afirma que es "difícil decir si la concepción holistica de la cultura precedió a su interés por las relaciones entre los diferentes aspectos de la cultura y fue un resultado de este último." Es claro, sin embargo, que en Argonautas se advierte por vez primera a un etnógrafo describiendo una institución especial, el comercio kula, desde la perspectiva de todas sus manifestaciones, a todos los niveles de la realidad social. "El intercambio de determinados objetos preciosos (vaygu 'a) que constituye el tema principal del relato, no puede ser verdaderamente comprendido si no se tienen amplias referencias de la tecnología indígena (navegación, pesca, comercio de las conchas), del sistema de jerarquías implantado, de la ideología del honor y de la generosidad, de la mitología y en fin de la magia." Marcel Mauss lo comprende bien en su Essai sur le don, al conceder elevado crédito a los descubrimientos de Malinowski y al sopesar el caso; Michel Panoff llega a preguntarse si el antropólogo francés "no encontraría en dicha obra algo más que meros hechos etnográficos especialmente estimulantes: el germen o la prefiguración de la idea sobre la que se centra el Essai y que le otorgara justa fama, la del hecho social total."
Teoría de las necesidades
La extensa discusión hasta aquí sostenida parece imprescindible para entender cabalmente cómo para Malinowski el problema de la alimentación de los pueblos étnicos es un aspecto de la totalidad cultural. Acusado de etnógrafo provinciano por generalizar a la humanidad entera los hallazgos recogidos en un solo pueblo étnico, los trobriands, Malinowski redacta una obra didactica de carácter teórico. A scientific theoric of culture, de publicación póstuma, en la que hace derivar la cultura, dicho con mayor exactitud, los universales de la cultura, de impulsos instintuales. Tal osadía, en el fondo, implica otorgarle a la cultura una causalidad genética; lo cual hasta ahora no ha sido demostrado. Los impulsos del hambre, el sueño, el abrigo, el sexo, desencadenan actos destinados a satisfacer esas necesidades
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