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La Utopia En El Pais De La Politica


Enviado por   •  6 de Enero de 2014  •  9.668 Palabras (39 Páginas)  •  282 Visitas

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LA UTOPIA EN EL PAIS DE LA POLITICA.

AUTOR: Celvin Leodan Valladares

Capitulo I

Introducción.

La historia que van a leer quizá se parezca mucho a lo que sucede en su pueblo, ciudad o país, pero todo parecido con la realidad es mera coincidencia.

Cuentan que en el país de la política, todos sus habitantes huelen a política, sueñan política, toman política y comen política; un platillo alimenticio mal preparado por los peores cocineros del mundo, ya que mezclan una serie de ingredientes como la intriga, la calumnia, la envidia, la codicia, la mentira, las ofensas sazonadas con un interés desmedido por hacerse ricos de la noche a la mañana sin importar el precio; este manjar es dulce al paladar de aquellos que mal entienden el concepto de política, pero se vuelve amargo en sus entrañas al digerirlo, porque se dan cuenta que han sido simples monigotes o títeres de aquellos que saben un poco mas, o por lo menos conocen el arte de la manipulación para sacar provechos de masas inconformes por no haber tenido de los políticos de turno, el cumplimiento de las promesas que en campaña a son de bocina y griterío de multitud hicieron.

Este platillo mal cocinado genera en todos los que lo saborean una descomposición tal en su vientre que produce las mas escandalosa y apestosas flatulencias, o como decimos en nuestro pueblo, produce pedorrera, contaminando el aire de todos los que moran alrededor con un fuerte mal olor a corrupción, degradación personal y perdida de valores a todo nivel.

Y es que en el país de la política, todos creen ser expertos en el tema, y en cualquier reunión, ya sea de algún partido político, de algún gremio en particular, o hasta en reuniones de sociedades de padres de familia, no falta un bacón que tome el micrófono, o si no hay, pues a pura garganta, y dé una disertación sin sentido sobre algún tema, que no necesaria mente es el que se está tratando, solamente para demostrar que el no se queda callado, y darse a conocer entre el gentío y a ver si de paso logra arrancar algún sonoro aplauso de aprobación, o de señal al menos, de que se calle, aplauso al final es aplauso.

En las reuniones de algún partido político es peor, porque como están presentes los políticos mayores del partido, el discurso tiene que ser con la mayor elocuencia, como si se fuera experto en oratoria, egresado de las mejores escuelas de Demóstenes y dejar una buena impresión en los de arriba, que quizá sepan menos de política que los de abajo.

Si el discurso lo da un político de oficio, es decir aquellos que viven de este asunto, pagados por los que aspiran a algún cargo para elección popular, el discurso deberá empezar con un “Viva Fulano o viva mengano”. A lo que la prole responderá con un sonoro y unísono “VIVA”; y así logrará captar la atención de todos. Según el disertante el discurso es de lo mejor, con palabras entendibles para todos pero cargado de la mayor retórica posible, que según él, se cree alumno de Homero, Cicerón y Corax de Siracusa en las escuelas Sofistas; aunque no cite a tales personajes, no le sobrará la frase “como dijo nuestro correligionario Ramos Soto: Crustáceo que pernocta en los umbrales de Morfeo, será arrastrado por las corrientes hidráulicas del H2O.” y la prole aplaudirá sonoramente, aunque no haya entendido ni una tan sola palabra, mientras vociferan vivas a diestra y siniestra a favor del disertante del partido político, del candidato de turno y hasta del famoso constitucionalista; aunque sea una reunión de otro partido, no el de su militancia.

Y es que este país del que estamos hablando, la política se ha infiltrado en casi todos los niveles sociales, en todas las instituciones tanto publicas como privadas, y hasta en estructuras eclesiales; es porque está en el ambiente, y si no tienes tu percepción bien desarrollada, terminarás hablando como hablan los que se dedican a esta cuestión, y lo que es peor harás lo que ellos hacen y serás uno de ellos.

Veamos en caso simple, en una Escuela de Educación Publica, que no diré el nombre, pero quizá usted diga, ah es la de mi barrio. Vea usted, en dicha escuela hay diecisiete maestros, el director es de la familia Opis, los pudientes dentro del partido rojo, dos hermanos suyos, están como maestros; la subdirectora pertenece a la familia Machis, la segunda familia mas pudiente dentro del partido rojo, su esposo, su hermano y dos primas suyas son maestros en la escuela, dos maestros mas son hermanos y pertenecen a la familia Chatis, la tercera familia mas pudiente dentro del partido rojo, también tienen dos primos suyos como maestros en esta escuela y el resto de maestros pertenecen a la familia Dochis, y a la familia Racachis, las dos familias que dominan en el partido azul. No se si vio, o no, la presencia de la política en esta escuela. Si eres maestro en el pueblo donde está ésta escuela, y no perteneces a estas familias, por muy inteligente que hayas sido, por la excelencia obtenida en tu examen de concurso y por todo lo que tu quieras, no serás maestro en esta escuela. Y si te cuento mas, te darás cuenta que el Instituto del pueblo Chelea, y que el Centro de salud Azulea. No es que estoy en contra que esta gente que tiene familia trabaje y se gane el sustento para ellos, sino critico la forma, el procedimiento, y que afuera de esas instituciones hay personas mas capaces y con mayor vocación de servicio que los que están adentro; la mayoría de ellos entraron por el arte de lamer la bota del político mayor, o en el peor de los casos por dar grandes sumas de dinero o hasta favores sexuales a cambio de tales puestos y quieren que las personas a los cuales ellos le sirven hagan lo mismo; y aquí me recuerdo de una canción que al ritmo del tal moño colorado compuso Chileno Rivera, cacique de la comarca de Chaguitillo, que en una de sus estrofas dice:

En el Centro de salud

Don Gollo llegó después

Pero como les llevó un pollo

Lo atendieron de una vez

Esa estrofa describe tristemente lo que acontece en nuestras instituciones, olvidan que el deber de ellas es atender al ciudadano, por eso les paga, y deberían hacerlo con gusto, porque cada campesino, cada anciano o cada niño que se acerca a estas instituciones es porque necesita de ellas, y ellas existen para atenderlos a ellos, y porque son seres humanos con dignidad que merecen respeto y trato justo, y por lo que enseñó el Sabio Maestro y Salvador del Mundo Jesucristo “Haz a los hombres conforme

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