La adopción, una oportunidad para todos

La adopción, una oportunidad para todos

                                                             Autor: Arleth Narváez Morales.    

El concepto de adopción, según la Biblioteca Nacional del Congreso, se define como “el acto de recibir legalmente como propio a un hijo que biológicamente no lo es, para brindarle el afecto y los cuidados necesarios para satisfacer sus necesidades espirituales y materiales”.^[1] Sin embargo, la adopción es un privilegio que en Chile actualmente solo poseen las parejas o personas heterosexuales, debido a que la sociedad  se cierra en  lo ya conocido como la opinión de la iglesia católica al respecto,  “los niños tienen derecho a tener su formación  integral de padre y madre. Los homosexuales también tienen derechos como cualquier persona, pero primero están los derechos de los niños y el valor que tiene una familia”. ^[2] Por  lo que en este ensayo expresaré razones concretas de por qué las parejas homosexuales debieran compartir este derecho.

Las personas pertenecientes a la diversidad sexual en Chile, tienen los mismos deberes como ciudadanos que las personas heterosexuales. No obstante, pareciera que no tienen acceso a los mismos derechos, como por ejemplo la adopción de niños y niñas.

Cada vez que un niño o niña es susceptible de ser adoptado, se busca un prototipo de familia tradicional  - mamá, papá- , luego según la ley de adopción vigente en Chile “podrá optar como adoptante una persona soltera, divorciada o viuda, con residencia permanente en el país”^[3], sin embargo, parecieran ser descartados los solteros que durante las entrevistas revelan su orientación sexual.

Al permitir la adopción por parte de personas homosexuales se estaría dando uno de los pasos más importantes para el mejoramiento de la humanidad y calidad de vida de la comunidad LGBT^[4], debido a que las personas poco a poco comenzarían a verlo como algo normal y aquello disminuiría las críticas y la discriminación. Por lo que esta comunidad merece la oportunidad de demostrar que al igual que las familias heterosexuales, consideradas como “familias normales o tradicionales”, pueden educar y velar por la vida de un niño o niña tal como lo hace el resto de las familias.

Un informe técnico hecho por la Academia Americana de Pediatría, señala que “los niños que crecen con 1 o 2 padres gays o lesbianas se desempeñan tan bien en el funcionamiento emocional, cognitivo, social y sexual como lo hacen los niños cuyos padres son  heterosexuales. El desarrollo óptimo de los niños parece estar más influenciado por la naturaleza de las relaciones e interacciones dentro de la unidad familiar que por la forma estructural particular que tiene.”^[5], por lo que las especulaciones en las que la sociedad se cierra serían absolutamente erróneas. También, existen investigaciones que estudian el comportamiento y adaptación de los niños con padres homosexuales en el colegio, tal como el de un diario de “Demography” el cual fue hecho con datos del censo de Estados Unidos, en este se llega a la conclusión de que “los hijos de parejas del mismo sexo tienen la misma probabilidad de progresar normalmente en la escuela que los hijos de la mayoría de las demás estructuras familiares”.^[6]

Actualmente, cada vez está disminuyendo más la tasa de natalidad y matrimonios debido al poco entusiasmo de parte de las parejas o personas heterosexuales por formar una familia. Por otra parte se encuentran las personas homosexuales deseosas de poder casarse y adoptar niños o niñas.

Los heterosexuales debido a la monotonía y estructura que ha formado la sociedad sobre cómo llevar la relación y su vida,  ha reducido la cantidad de matrimonios o simplemente terminados en divorcios luego de un corto tiempo, con ello ha reducido también  la cantidad de infantes nacidos. En Chile,  “la tasa bruta de natalidad de 2015, es decir, el número de nacimientos por cada mil habitantes, también descendió, pasando de 14,2 por ciento en 2014 a 13,6 por ciento”^[7], y en cuanto a la tasa de matrimonios “en 2015 se registraron  61.744 matrimonios en el país -con un promedio de 169 enlaces diarios-, cifra que representa una disminución de 4,8% respecto al año anterior. En tanto, la tasa bruta de nupcialidad, que corresponde al número de matrimonios por mil personas, se situó en 3,4 en 2015, menor al nivel de 3,6 exhibido en 2014”.^[8] Por otro lado tenemos a las personas homosexuales los cuales deben conformarse con la Ley de “Acuerdo de Unión civil”^[9] en vez de matrimonio y casi nulas posibilidades de adopción de un niño o niña.

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