La crisis en Ucrania y su impacto en la economía

LA CRISIS EN UCRANIA Y SU IMPACTO EN LA ECONOMÍA

COLOMBIANA

Liz Katery Ramírez Cordero

Introducción:

¿Pueden los conflictos externos afectar los sectores productivos y económicos de un país?

Sí bien, Colombia se había ubicado como una de las economías más energéticas de América Latina, viene mostrando un contundente desaceleramiento productivo, a partir del declive del precio del petróleo a mediados de 2014, hecho que generó la devaluación de la moneda local, impactando las finanzas públicas. Por lo cual, los inversionistas extranjeros entraron en recesión ante una inminente percepción de riesgo. A inicios de 2020, el país enfrentó una de las crisis más grandes de los últimos tiempos con la aparición del virus de SARS- CoV-2 (COVID-19), convirtiéndose en un desafío para el gobierno nacional, en la búsqueda de estrategias para adoptar un plan de contingencia ante un posible colapso económico, con el propósito de salvaguardar la vida y el sustento de los hogares en condición de vulnerabilidad, por medio de diversos mecanismos de acción social y el alivio en la carga tributaria para las empresas, posibilitando la reinvención en la modalidad de empleo (teletrabajo), logrando mantener la mano de obra y la productividad. Estas estrategias fueron generando un panorama esperanzador ante la incertidumbre de posibles flagelos en un escenario de reactivación económica.

El conflicto entre Ucrania y Rusia es un renuente para la economía global,

Colombia es un país productor de hidrocarburos, por ello se deduce que se puede ver beneficiado ante esta situación y, por otro lado, importador de gasolina, con la cotización del barril de petróleo la moneda pierde valor, incrementan los costos de los bienes y

servicios importados, propiciando un aumento de la inflación y generando un déficit en el poder adquisitivo de los colombianos.

Cuerpo argumentativo

La guerra entre Rusia y Ucrania tiene efectos directos en la economía colombiana, debido a que gran parte de los fertilizantes que son importados al país, proviene de los dos gobiernos en conflicto. El alto costo de los insumos y abonos para la agricultura ha generado un alza en los productos básicos alimentarios como los granos y el trigo, llegando a alcanzar un nivel de inflación (variable que mide qué tan rápido aumenta el costo de vida con el tiempo), del 10,84% 12 meses, en agosto de 2022. (DANE, 2022, P.6).

En consecuencia, las clases media y baja se ven afectadas desde la cadena adquisitiva, productiva y se ve reflejado en los cambios abruptos del modo de vida. Rusia es uno de los principales abastecedores de metales utilizados desde la fabricación de latas de aluminio hasta partes y componentes automovilísticos; por esto, las empresas que comercializan vehículos han presentado demoras en entregas y producción de autos nuevos. Sin duda, la guerra genera decrecimiento económico a nivel mundial, pero no podemos dejar de lado que, Colombia es uno de los grandes emisores de carbón, siendo este, el principal producto de exportación minero, el cual a raíz del conflicto ha generado una mayor demanda, y con la cotización del barril de petróleo, la entrada de divisa del país ha mejorado ayudando a mitigar de manera superficial el riesgo de entrar en una crisis económica. En contraste, otra secuela de este conflicto es el aumento del valor del combustible, y el difícil acceso a los puertos comerciales repercuten en los costos de insumos y productos agrícolas. Y a pesar del buen precio por barril de petróleo, carbón y gas natural, el valor del peso colombiano se sigue devaluando y hemos llegado al punto de tener el índice de inflación más alto en los últimos tiempos, motivo por el cual el banco de la

república tomó la decisión de aumentar la tasa de intervención de 1,75% EA en noviembre de 2020 al 10,00% EA en septiembre de 2022, como política monetaria nacional con la finalidad de desincentivar el poder adquisitivo, para que los consumidores vean que como al día de hoy el interés es tan alto, se deben abstener a realizar compras innecesarias, cuya finalidad es el amortiguamiento de la demanda de los productos para que los precios se estabilicen y por ende la variable inflacionaria logre un equilibrio encaminado a la meta de mediano plazo proyectada por el gobierno nacional del 3,00%. “La Junta Directiva del Banco de la República decidió por mayoría incrementar en 100 puntos básicos (p.b.) la tasa de interés de política monetaria llevándola a 10,0%”. (Banco de la República de Colombia, 2022).

Aunque en otro sentido, con la crisis sanitaria del COVID-19 la economía se vio fluctuada debido al confinamiento, la parálisis productiva y el cierre del comercio, el gobierno tomó la decisión de comenzar una apertura progresiva del sector empresarial, con estrategias como días sin IVA, ampliación de los horarios de los centros comerciales, días sin pico y placa, pasajes gratis en transporte masivo, pico y cédula, entre otros. Obviamente, manteniendo las medidas de bioseguridad sugeridas por la organización mundial de la salud, para alcanzar el dinamismo de la economía, mientras se lograron recuperar varios puestos de empleo y de esta manera, se fueron sorteando positivamente los diferentes estragos que dejó este flagelo. No obstante, con el anuncio de la reforma tributaria del 2021 se generó un paro nacional, que conllevó a que los productos aumentaran su costo por el difícil desplazamiento a los lugares de destino, originado por el cierre de las principales vías. Sucesos como estos, han generado el deterioro económico del país.

A raíz del conflicto de Rusia y Ucrania, las principales economías del mundo se encuentran al punto de una recesión como es el caso de EE. UU, siendo este el mayor socio

comercial de Colombia, ante una situación de estas el escenario más ácido sería que esta potencia cese la adquisición de productos de otros países entre ellos el de nuestras empresas colombianas. esto afecta de manera directa y negativamente el comercio, el PIB, aumentando el índice de pobreza, reduciendo el gasto público, afectando el sistema de salud, la educación, el deporte y demás sectores apoyados por el gobierno.

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