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Crisis Del Cafe Y Su Impacto En La Economia

navellanr25 de Enero de 2014

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Introducción

El café es un producto primario comercializado en los principales mercados de materias primas, especialmente en la Bolsa de Nueva York y Londres. A pesar de ser un producto que ha tenido que atravesar distintas crisis a lo largo de los años, actualmente la etiología de la caída internacional de los precios del café se debe a factores distintos a los cuales se presentaron en el pasado. En la presente crisis, el creciente deterioro en los precios del café surge como consecuencia de los cambios en el funcionamiento de los mecanismos internacionales encargados de regular la oferta y garantizar precios competitivos para los productores de café.

El rompimiento de los mecanismos reguladores vigentes en el convenio de la Organización Internacional de Café (O.I.C.), al finalizar la década de los ochenta e iniciar los años noventa, permitió la profundización de la inestabilidad en el mercado cafetalero internacional, debido a que los productores cafetaleros no prevén la dinámica de precios en las nuevas condiciones de liberalización, en conjunto con el componente climático y ambiental que desestabiliza aún más el quehacer de los productores de café.

Para Sobrado (2004), el inicio del proceso se da en 1989, cuando George Bush, padre, presidente de Estados Unidos, saca a ese país de la OIC. El autor señala que la argumentación del presidente Bush, de que la regulación de la OIC iba en contra del libre comercio, era falsa:

“…porque apenas servía para contrarrestar que la distribución, tanto en Estados Unidos, como en Europa, ha estado y está controlada a su favor por unas cuantas firmas oligopólicas, con el beneplácito del Gobierno, y son estas quienes se han echado a la bolsa las inmensas ganancias por billones de dólares de las caídas de los precios, de los que ni un centavo favoreció al consumidor.” (Sobrado, 2004, p. 32A)

Lo anterior indica la realidad del sector cafetalero, en el cual se ha producido un proceso creciente de concentración en lo que respecta a las empresas comercializadoras y tostadoras internacionales del café, de la mano con las implicaciones que ello trae para el mercado, y las posibilidades de negociación de los países productores.

A continuación se profundizará en los antecedentes que permiten explicar el proceso de la caída de los precios del café y sus consecuencias en el mercado nacional e internacional.

Antecedentes

Actualmente, el sector cafetalero centroamericano atraviesa una crisis sin precedentes, debido al exceso de producción mundial de café con respecto a su consumo. De acuerdo con la CEPAL (2002):

“El exceso de producción mundial de café respecto de su consumo aumentó considerablemente el nivel de las existencias en los últimos cuatro años, situación que determinó el desplome de los precios en el mercado internacional.” (CEPAL, 2002, p. 5)

A partir de los cambios estructurales presentes en la oferta global entre los años 1995 y 2001, los precios internacionales del café se desplomaron al nivel más bajo en términos reales en más de 50 años, presentando un precio compuesto por debajo de los 50 dólares el quintal (46 kg). En 2001 la producción mundial superó de nuevo al consumo mundial, que creció sólo 1%, en línea con la tendencia observada en el último quinquenio. Lo anterior debido a la sobreoferta de alrededor de 10 millones de sacos de 60 kg, y al volumen récord de exportaciones (88.7 millones de sacos), los inventarios en los países importadores alcanzaron 25.5 millones de sacos, casi tres veces más que el nivel deseable para obtener un precio remunerativo.

Los datos anteriores pueden ser considerados como la principal causa del efecto diferenciación en los principales países productores y ahora un poco más en los países centroamericanos, usualmente se cita como la principal fuente de la desaceleración de la demanda del café, en especial por la desaceleración de la economía estadounidense y el persistente deterioro de los términos del intercambio, que en la actualidad ha derivado en la apertura de nuevos consumidores y mercados como el europeo

La información sobre la evolución económica de los países centroamericanos indica que las dificultades que atraviesa el sector cafetalero, acentuaron sensiblemente la tendencia a la desaceleración del ritmo de actividad económica de la región. Los bajos precios internacionales ocasionaron importantes pérdidas de ingresos de divisas que afectaron la balanza comercial, profundizando las necesidades de financiamiento externo. Sólo en 2001 se dejaron de percibir 713 millones de dólares, si se comparan las ventas externas de café de ese año con los ingresos promedio por exportaciones de café en el quinquenio 1984-1988. Esa pérdida representa el 1.2% del producto interno bruto (PIB) regional en 2001. Mientras que las exportaciones de café aportaron el 16.4% promedio anual de las divisas por exportaciones de bienes en el quinquenio citado, en el último año sólo significaron el 7.2%.

Por el peso específico de la cafeticultora (que representa 1.3% del PIB en Costa Rica, 2.5% en El Salvador, 4.2% en Guatemala, 7.2% en Nicaragua y 8.2% en Honduras), la crisis del sector ha tenido repercusiones de consideración en las economías del área; diversas actividades conexas a la producción del grano (el comercio, el transporte, el almacenaje y el sistema financiero) resintieron sus efectos. En el ámbito macroeconómico, todo ello se tradujo también en menores ingresos fiscales, que a veces determinaron ajustes en los gastos públicos.

Resulta necesario mencionar que no sólo se utilizó el aumento de la calidad como el vector de aumento de ingreso por parte de los productores, sino también la reducción de costos de producción, con el fin de limitar al máximo la inversión en insumos y en labores, incluido el corte. Al mismo tiempo, se eliminaron algunas prácticas culturales, hubo una reducción de salarios y en algunos casos esos salarios se pagaron en especie. Aun así, con costos de producción promedio en torno a los 60-86 dólares por quintal, las pérdidas se estiman en alrededor de 12 a 29 dólares por cada quintal producido en 2001; es decir, alrededor de 385 millones de dólares, que equivalen a 0.6% del PIB de la región. Muchas fincas fueron abandonadas o desatendidas, lo que provocó un considerable aumento del desempleo en el campo y menores ingresos para un masivo número de trabajadores rurales del contingente de alrededor de 1.6 millones de personas que, se estima, se emplean en las fincas cafetaleras en forma permanente o temporal, y que se sitúan entre los estratos de la población de mayor pobreza.

Los productores y los gobiernos han tomado algunas medidas para aliviar los efectos inmediatos de la crisis, a partir del diálogo permanente y transparente con los productores, uniendo fuerzas ante la crisis. El apoyo otorgado por los gobiernos incluye la constitución de fideicomisos o fondos de entre 50 y 100 millones de dólares por país para refinanciar y reestructurar las deudas de los productores que han caído en mora, la colocación directa del café en mercados internacionales y el énfasis en la calidad del producto. Se están promoviendo programas de reconversión productiva y se ha sugerido la creación de fondos de compensación para garantizar un precio mínimo al productor, así como mecanismos conjuntos de comercialización que promuevan la imagen de país.

Tendencias del mercado internacional

Para poder esclarecer las razones del por qué se dio la disminución o la baja en la demanda del café, así como por qué las variaciones entre oferta y demanda en el mercado mundial del café, se puede afirmar que el severo desajuste se dio debido a los notorios cambios estructurales ocurridos en la oferta global en los años recientes como principal razón.

Los precios internacionales se han desplomado al nivel más bajo de los últimos 50 años en términos reales, pese a que los precios del café históricamente han sido altamente volátiles más ligados a la demanda que a la propia producción y sus variaciones, la reciente entrada de nuevos productores al mercado ha contribuido a generar una sobreoferta, detonando así una nueva crisis del mercado del café al inicio del nuevo milenio. Por otra parte, los esfuerzos de los países productores para revertir la tendencia de los precios internacionales no han fructificado.

A nivel mundial se poseen bastantes estudios y documentación que permite una clara visión de la sobre oferta del café a nivel mundial, con países como Costa de Marfil, Vietnam, Brasil, Colombia, entre otros, como los principales actores de la producción mundial. En el caso de Centroamérica, las áreas productivas se han visto fuertemente afectadas, pues a nivel individual, cada país representa un porcentaje menor y por ende no representan mayor fuerza de influencia o presión para propiciar un cambio productivo que signifique o derive en variaciones del precio. Refiriéndose a la situación de Costa Rica, en la cosecha cafetalera 2011-2012 se ocupó el décimo cuarto lugar , aportando un 1.08% de la producción mundial de café, porcentaje que no incide en el establecimiento de los precios en mercado mundial.

No se debe obviar que debido a la estructura comercial de la industria del ramo cafetero en muchos países importadores, en especial en los Estados Unidos, la caída de los precios internacionales del aromático no se reflejó en el nivel del consumidor final, lo que contribuyó al virtual estancamiento del consumo de café (103 millones de sacos). De esta manera, las pérdidas de los productores se transformaron en importantes ganancias de las principales compañías transnacionales que dominan el comercio (como Procter

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