“La igualdad de género en las relaciones sociales de adolescentes de 13 a 15 años del grupo de tercero “e” de la escuela secundaria técnica no. 29, Tijuana B.C.”
Katia Gomez MastacheDocumentos de Investigación7 de Mayo de 2018
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UNIVERSIDAD PEDAGÓGICA NACIONAL[pic 1][pic 2]
UNIDAD 022
LICENCIATURA EN INTERVENCIÓN EDUCATIVA
TITULO
“La igualdad de género en las relaciones sociales de adolescentes de 13 a 15 años del grupo de tercero “e” de la escuela secundaria técnica no. 29, Tijuana B.C.”
ALUMNA:
Katia Lizette Gómez Mastache
MAESTRA:
Laura Bustamante
LÍNEA DE ESPECIALIDAD:
Educación inicial
Tijuana baja california 12 abril del 2018.
La igualdad de género en las relaciones sociales de adolescentes desde el ámbito educativo.
Este programa de educación no formal va dirigido a la población de adolescentes tijuanenses que oscilan de los 13 a15 años, actualmente concurren sus estudios en la Escuela Secundaria Técnica No. 29, pertenecientes al grupo de tercero “E”. Tiene el objetivo de identificar y conocer los conocimientos y aptitudes que tienen los adolescentes, de tal modo los efectos sociales que provocan las desigualdades por género y sus repercusiones en las relaciones sociales que establecen en el salón de clases.
Al diseñar un programa para disminuir la desigualdad de género servirá para que los estudiantes implementen una cultura de igualdad y equidad, en la que se evite que alumnos y alumnas padezcan de esta situación. Además, será soporte para muchos padres de familia, pues en el hogar es donde se inicia los estereotipos, prejuicios y conductas que van marcando la diferencia.
DESCRIPCIÓN Y ENFOQUE GENERAL DEL PROGRAMA:
La población a la que esta dirigido este programa es adolescentes de 13 a 15 años, debido a que es necesario determinar los conocimientos y actitudes que tienes los adolescentes referente al tema de la igualdad de género, además de saber, ¿Cómo se dan las relaciones sociales por género en el centro educativo?, ¿Cuáles son sus manifestaciones a partir de sus comportamientos, expresiones y actitudes?, y quizá más adelante este estudio y sus respectivos resultados puedan ayudar a otras personas para guiarse en la tarea de evitar que se de esta situación de la desigualdad por género en el nivel de educación básica.
En primero momento, se dirigió a 13 estudiantes del grupo de tercero “E” en la Escuela Secundaria Técnica No. 29, en la Ciudad de Tijuana, B.C.
Implementación: Se implemento de manera simple, dando platicas informales y aplicando cuestionarios a los/ las adolescentes acerca del conocimiento de sí mismo que tienen acerca de los roles sexual: femeninos y masculinos.
ENFOQUE GENERAL:
En la actualidad, en el campo educativo, respecto a la igualdad de oportunidades entre hombres y mujeres no siempre se cumple en la realidad cotidiana, el principio de la igualdad entra en contradicción con las creencias sobre todo de como debe ser un varón o una mujer con trato desigualitarios de exclusión hacía unos y otras. Estas relaciones sociales están determinadas por un ejercicio de poder con usos y costumbres de cada cultura además de los prejuicios y estereotipos de cada individuo, todo ello afecta de manera directa y con frecuencia desequilibrada al trato igualitario que merecen todos por igual, sin importar su sexo y su género.
Al analizar las etiquetas de lo femenino y masculino, se reconoce los referentes culturales que hasta el momento se ha construido, para comenzar a sustituirlos por una visión igualitaria se requiere de crear y respetar nuevas normas sociales que reconozcan la existencia de la diversidad sexual, con sus correspondientes derechos y deberes, por medio de los cuales se organicen socialmente la vida. Hoy es ampliamente reconocido que cada ser humano y su sexo son único e irrepetibles. Cada persona se comporta de manera diferente haciendo a un lado si es hombre o mujer. Con ello, se entiende que cada individuo tiene el derecho de ejercer su género y de desarrollar su rol de género en la sociedad e incluye la posibilidad de no clasificarse en alguno de los dos sexos. Sin embargo, si se parte de la idea de la variabilidad, es el principio fundamental que nos rige, su conocimiento es imprescindible para valorar y respetar a las demás personas.
En la etapa de la adolescencia se muestran como los adultos que les rodean esperan que se comporten, pues son especialmente receptivos aquellas prescripciones que responden a las expectativas de las personas adultas que les rodean, resulta significativo señalar que en el proceso de la socialización es donde se aprenden los papeles de los roles sexuales.
También se destaca la influencia del reforzamiento, pues se señala que los adultos adaptan sus comportamientos a las creencias sociales sobre el género, por lo que refuerzan de modo diferencial las conductas y actitudes de los/ las adolescentes. En consecuencia, estos aprenden que comportarse de forma inadecuada supone, arriesgarse a recibir censuras y castigos; y que hacerlo en el modo apropiado permite la obtención de reconocimiento social. En su efecto los adolescentes aprenden a ejecutar las acciones que suponen la aprobación adulta, pues observan que estos reaccionan, de forma diferenciada, ante las conductas de género que realizan. De tal modo, muchas actividades deportivas, artísticas, gastronómicas, etc., adquieren un valor distinto para los y las adolescentes, pues están asociadas a consecuencias positivas o negativas. La influencia del refuerzo positivo y negativo desempeña un papel importante, de forma que llega un momento en que han asumido que no es posible comportarse públicamente como el género opuesto. Por último, se destaca la importancia del autorreforzamiento, así los y las adolescentes se imponen a sí mismos ciertas normas de conducta.
EVOLUCIÓN DEL PROGRAMA:
El programa se inició por una necesidad básica la de disminuir la desigualdad de género a los estudiantes del grupo de tercero “E”. Me preocupa la gran necesidad de que al momento de realizar una tarea en equipo o de participar en salón de clases hombres y mujeres exista una desigualdad, esto a su vez genera una falta empatía por trabajar en equipos con el sexo opuesto generando un ambiente tenso en el salón de clases.
El proyecto surgió como modo de conocer los conocimientos sobre igualdad de género, debido a que debe disminuir la desigualdad de ambos sexos. A través de un cuestionario, platicas informales, un grupo focal se analizó que los adolescentes muestran afinidad por trabajar con personas de su mismo sexo por contar con las mismas cualidades, atributos, forma de ser y trabajar. Me propuse a organizar dinámicas donde se involucrarán hombres y mujeres, hacerles conocer que se puede trabajar plenamente con el sexo opuesto, sin que excluyan por no pertenecer a su mismo sexo. En un primer momento la exclusión estaba inmersa no eran las mismas oportunidades de participación, socialización, trabajo en clase para ellos que para las mujeres. No existe una parcialidad.
Me propuse a explicarles los papeles sexuales: femeninos y masculinos para que ellos conocieran con cuales de estos roles se sentían identificados y a no sentir vergüenza si se identifican con las tareas del sexo opuesto.
CONTEXTO CULTURAL:
Es importante investigarlo, pues no se puede negar que esta situación esté presente en todas las aulas de educación por otro lado, el alumno que padece de discriminación y en ocasiones, no son solo los mismos alumnos, sino que incluso hasta los educadores caen en el error de hacer este tipo de expresiones directas a los adolescentes como reflejo de las situaciones familiares y sociales.
Lamentablemente, las estructuras educativas están llenas de estereotipos, los cuales son muy dañinos para cualquier persona en cualquier contexto. Sobre este tema Méndez (2008), señala que “los estereotipos ejercen una influencia dañina en la mente y en la vida de las personas social y culturalmente” por lo que es necesario tratar de erradicar todos los estereotipos negativos que atenten en contra de la integridad de una persona.
Este problema impacta fuertemente en las oportunidades y logros educativos, afectando de manera directa o indirecta al grupo tercero “E” de adolescentes. Si se analiza el contexto educativo y el desarrollo de este, se puede ver cómo los estereotipos de diferentes sociedades han limitado la participación de niñas y mujeres en la educación a lo largo de la historia. En la teoría de sexo y género propuesta por Claramunt, (2006), se señala que “los comportamientos de hombres y mujeres son el resultado de las expectativas y exigencias culturales para cada sexo” por tanto, se hace necesario que al menos, en el contexto escolar, se instruya a los individuos en una cultura de igualdad de género y respeto al sexo opuesto para lograr así que los problemas emocionales y sociales como baja autoestima y agresiones no afecten el desarrollo académico del estudiantado, víctima de esta circunstancia. Son los educadores los primeros que deben tomar cartas en este asunto y trabajar para que los adolescentes sean tratados por igual. Al respecto, Abarca (2006), manifiesta que “urge que los educadores revisemos nuestras prácticas educativas en el salón de clases para valorar en qué sentido podrían estar cargadas de visiones sexistas o de esquemas mentales, que impiden el logro de las aspiraciones de las mujeres y hombres sujetos de la educación, por cuanto, no se puede negar que estas prácticas estén presentes en las aulas de educación nivel media básica y urge que se erradiquen estas expresiones sexistas influyen en el desarrollo integral del alumnado.
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