La teoría crítica en las prácticas educativas

La teoría crítica en las prácticas educativas

Si bien es verdad que la teoría crítica se refiere a una crítica autoconsciente, también se refiere a una necesidad de desarrollar el discurso y la emancipación social que nos permita hacer nuestras propias suposiciones alejándonos del dogmatismo. El escrito comienza dando un importante énfasis en la reconocida “Escuela de Frankfurt” y aquellos exponentes que aportaron una teoría crítica original con ideas de un pensamiento fundamental para una pedagogía radical, trabajo hecho por Jurgen Habermas.

Siguiendo con la “Escuela del pensamiento” está sugiere una confrontación entre lo que se describe contra lo que existe en la realidad, es por ello que el autor del texto nos lleva a exponer las cosas a través del análisis crítico, dando un ejemplo a grosso modo de las relaciones que existen entre contexto; el consumo, el dinero, la distribución y la producción, forman una relación de dominación y subordinación. Rompiendo el dogma que tenían algunos imperativos de las leyes universales, los herederos del marxismo. La Escuela de Frankfurt argumento en contra de la supresión de la Subjetividad, conciencia y cultura en la historia, lo que dio lugar a que las formas de cuestionamiento social se analizaran desde el punto de vista entre “Lo que es y lo que debería ser”.

Max Horkheimer y Friederich Pollock fundadores en 1923 del instituto de investigación social en Alemania. Instituto al que se le atribuía su característica en el rechazo a definirse como Marxista, reemplazando su denominación como crítico. Debido a esto se asociaba a las crisis más generales de la ciencia y de la sociedad como un todo. La escuela de Frankfurt en su función desenmascaranté fue amenazada por los nazis llevándola a hacer varios cambios de residencia, pero finalmente volvió a establecerse en Alemania.

Encaminada hacia un cambio social, la perspectiva teórica de la Escuela Frankfurt, era la ilustración de rescatar al mundo de las cadenas de la superstición, la ignorancia y el sufrimiento.

De esta lógica se opinó que el positivismo había emergido como la expresión ideológica final de la ilustración y se convirtió en el enemigo de la razón más que en su agente. Karl Marx identificaba por última vez a la razón como un compromiso con la racionalidad y su ataque contra el dogmatismo. Bajo las reglas del positivismo, la razón inevitablemente paraba en seco a la crítica (Friedman, 1981).

Más adelante la escuela de Frankfurt toma sus mecanismos de control ideológico, en la cual su crítica al positivismo tuvo grandes implicaciones en la crítica de la educación. En la escuela de Saint Simon se veía al positivismo consecuente contra la metafísica, el trascendentalismo e idealismo en el grado de que la sociedad se hace industrial y tecnológica. Pero de acuerdo con Horkheimer la noción del conocimiento y ciencia despojaba a ambos de sus posibilidades críticas. “La actividad científica a la descripción, clasificación y generalización de los fenómenos, sin la preocupación por distinguir lo esencial de lo que tiene importancia”. Pero las consecuencias de una racionalidad positivista representaban una amenaza al pensamiento crítico, ya que el positivismo se había casado con el mundo de los hechos “La diferencia entre el mundo como es y cómo podría ser” se reducía a la metodología de recolectar y clasificar los hechos.

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