Ensayo sobre las teorias criticas en la practica educativa

Carolina López Toledo

Ensayo sobre la viable influencia de las teorías críticas en la práctica docente.

A lo largo de los años hemos visto como la educación en México  ha dado giros, diferentes tipos de vista, de concepción, de formas de pensar y sobre todo de intereses particulares. Partiendo desde allí, debemos concebir al fenómeno educativo desde una perspectiva global, donde lo económico, político, social y cultural juegan un papel sustancial en todo el marco del sistema educativo nacional.

 Son nuestros gobernantes y los respectivos órganos  quienes se encargan de decirnos el tipo de educación que se brindará, los contenidos que habrán de estudiarse, dar las pautas para lograr su sistematización e inculcación y arraigo de esta educación en la vida de las personas.

Debemos tener muy claro que la educación en nuestro país gira en torno a ciertos intereses políticos y económicos, lamentablemente así es, pues quienes poseen el poder y el control sobre los “débiles” no se interesaran por el desarrollo intelectual de una cultura integra y abierta a los grandes problemas de la realidad, entender la educación desde una perspectiva económica nos conduce a un término muy conocido y muy de moda en estos tiempos, el “Capitalismo”.

“Marx constata que la modernización  económica  (capitalismo),  ha  provocado  una  especie  de  resultado atípico en el proyecto de la modernidad, ya que ha suscitado efectos perversos que van contra los objetivos genuinos de ésta, como son la explotación del hombre por el hombre y el empobrecimiento de las mayorías.”

Este punto me parece crucial en esta reflexión y análisis crítico, pues actualmente el capitalismo sigue vigente y tiene una influencia muy grande en los procesos culturales dentro del cual se integra el aspecto escolar o educativo. Ese grupo económico dominante tiene una cosmovisión superficial, materialista del desarrollo de una sociedad, limitante al mismo tiempo; por tanto busca por diversos medios gracias a su poder vasto influir en la formación del modelo o tipo de persona que convenga para sus fines hegemónicos y seguir perpetuando a lo largo de la historia de esta humanidad.

“Como  Gramsci  (1971),  Adorno  y  Horkheimer  (1972)  argumentaron  que  la dominación  ha  tomado  una  nueva  forma.  En  vez  de  ejercer  el  poder  de  las  clases dominantes a través del uso de la fuerza física (el ejército y la policía), fue reproducida por  medio  de  una  forma  de  hegemonía  ideológica;  esto  es,  fue  establecida primariamente a través del dominio del consentimiento, mediado éste por instituciones culturales tales como escuelas, familias, medios de comunicación masiva, iglesias, etc”.

Aquí es donde adquiere relevancia el papel que juega la escuela históricamente como reproductora social del capital cultural previamente definido por un grupo de elite. Precisamente en eso se ha convertido la escuela o al menos lo sigue siendo en gran parte durante ese proceso de transmisión ideológica.

Dirigiendo la atención a una unidad particular de la escuela, “el profesor”, podemos asumir seguramente que más de un profesor no sabe que él asume ese rol de trasmisor y  ayuda a seguir manteniendo el control de un sistema opresor, discriminativo, injusto y nada equitativo, que busca la división de clases sociales, donde unos posean mejores oportunidades de vida mientras otros se quedan marginados, atados a un trabajo dependiente donde solo les permite su subsistencia sin mayores aspiraciones artísticas, laborales, o ideológicas.

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