La teoría y mi practica educativa.

Producto de aprendizaje 1

Teorías contemporáneas

Erika Lara

A través de este ensayo pretendo analizar el concepto y objetivo de una teoría de la educación para poder presentar una postura propia sobre la aplicación de ésta en mi desempeño como profesora.

Para comenzar, es muy importante mencionar que mi postura se ve inclinada a defender la importancia que tiene la teoría educativa en mi práctica como docente. Desde mi perspectiva, la relación entre la práctica educativa y la teoría podría verse nublada por aquellos pensamientos negativos sobre la existencia de una gran distancia entre estos dos aspectos. Es decir, la utilidad e importancia de lo que es la teoría educativa puede verse afectada por pensamientos acerca de la teoría como producto de individuos que la crean sin antes experimentar la situación práctica y por lo tanto surgen teorías inaplicables dentro del aula de clase.

Carr (1995) afirma que existen teóricos que reconocen la complejidad que las teorías representan a los profesores al tratar de entenderlas y llevarlas a la práctica, lo cual les permite proponer que la distancia que existe entre la teoría y práctica puede reducirse al implementar estrategias que trasladen a los profesores las teorías relevantes y les convenzan de su valor práctico.

Si bien y como manifiesta Carr (1995), desde una perspectiva un poco crítica, la teoría educativa es vista como una mera manifestación de ideología y justificación de intereses políticos, aunque también expresa que puede servir como recurso para fortalecer y sostener la educación como origen del movimiento social, así como orden social.

Por lo tanto, la teoría tiene poder tanto en la mente como en la práctica. Como profesores, uno de los aspectos de más relevancia en nuestra practica es el poder que se nos otorga como promovedores del cambio social. Y este cambio debe ser fundamentado y promovido por fuentes que permitan tanto la solución de los problemas dentro del aula como la mejora de nuestra sociedad.

Paul Hirst en Carr 1995) propone que la teoría de la educación no debe limitarse a fines científicos de predicción y explicación, sino que debe determinar y orientar las prácticas educativas. Además, Carr (1995) expresa que a pesar de los diversos cambios en las concepciones de lo que es la teoría educativa, su propósito siempre ha sido formular principios generales que el profesor pueda aplicar con el fin de resolver sus problemas y mejorar su práctica.

Desde mi punto de vista, la teoría educativa representa un fundamento en las decisiones sobre las acciones en mi práctica educativa. Al considerar a la teoría de la educación como base fundamental de mi practica educativa, la cual es considerada una actividad consciente, me permite de una u otra manera identificar aquellas soluciones a los problemas que enfrento dentro del aula y la posibilidad de identificar soluciones a través de la implementación de diversas técnicas y métodos de enseñanza.

Sin embargo, también reconozco que, en ocasiones, se presentan situaciones en las que la reflexión y el pensamiento crítico de nosotros, los profesores, no llega a un nivel en el que es fácil aterrizar lo que se plantea en las teorías en nuestro contexto. También es válido el argumento de Carr (1995) cuando menciona que un profesor que trate de poner en práctica la creencia de que la educación debe tener objetivos que pueda justificar y un estilo que pueda aceptar, tendrá que enfrentarse a una corriente que, con toda probabilidad, le abrumará. De esta manera, adoptar o integrar las teorías de la educación en la práctica es un gran trabajo puesto que no es solo leer e implementar sino entender, racionalizar y ser críticos ante lo que se plantea en las teorías.

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