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Las Malas Palabras


Enviado por   •  29 de Agosto de 2012  •  944 Palabras (4 Páginas)  •  4.680 Visitas

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No se que mierda poner, pero igual vayanse al carajo

Disparate, garabato, grosería, insolencia, palabrota, picardía, vulgaridad, ¿Qué son las malas palabras? ¿Por qué son catalogadas como malas? ¿Qué es aquello que las hace ser malas?. Todos estos interrogantes contribuirán a comprender o por lo menos a acércanos a la comprensión del porque se dice que las malas palabras son malas.

Roberto Fontanarrosa, en su ensayo sobre las malas palabras, se pregunta al igual que yo, el por qué de la negatividad de estas palabras y lo hace con un humor positivo, preguntándose: ¿Por qué son malas las malas palabras? Acaso ¿una palabra le pega a otra mala palabra? ¿O sea que cuando uno las pronuncia se deterioran? ¿O, cuando uno las utiliza, tienen actitudes reñidas con la moral?, incluso llego a compararlas con “Villanos”.

Durante mucho tiempo las malas palabras han sido prohibidas por las sociedades o mal vistas por quien las menciona. Cuando nuestros padres o abuelos eran adolescentes de nuestra edad, decir una “mala palabra” no implicaba lo mismo que hoy en día. Por ejemplo: hace 30 o 40 años atrás decir “Ándate al carajo” era terrible, si analizamos esta frase, podemos darnos cuentas que en realidad no es una mala palabra. Antiguamente “carajo” se le llamaba al lugar donde se ponía el vigía en lo alto de los mástiles de los barcos. Mandar a una persona al carajo era estrictamente eso. O “No rompas las guindas” era espantoso porque el sentido que se le daba era ofensivo y agredía verbalmente a la otra persona, eso no significa que actualmente deje de hacerlo, pues lo que antes era, prohibido, mal visto, rechazado, y criticado, hoy está incorporado en nuestro día a día, por eso podemos decir que las malas palabras de hoy tienen multisentidos.

Que una palabra sea buena o mala, depende en un 90% del emisor, contexto y receptor de la misma, es decir, si le digo “no rompas las bolas” a un compañero, no será lo mismo decírselo a un profesor. También debo tener en cuenta el tono de voz que uso, pues no es lo mismo decirlo en un tono alto y ofensivo que en un tono cómico.

Hace unos días atrás, mientras paseaba por la ciudad, escuchaba a un grupo de chicos que hablaban entre ellos mismos con malas palabras, recuerdo que decían: ¡No seas pelotudo!, ¡La puta madre! O ¡Mierda!. Fue en ese momento donde en mi mente surgió una posible respuesta a la siguiente pregunta: Las malas palabras ¿Serán tan malas como dicen? Me di cuenta que es relativo, que puedo decir miles de palabras buenas o malas, pero su sentido agresivo o positivo lo determina el cómo lo digo. Si al momento de entregar este ensayo yo le dijera a mi profesora: ¡Ahí tenes tu ensayo la puta madre mas te vale que este bien porque me costó un huevo y la mitad del otro! Y la miro con cara enojada y seria, directamente me expulsan de la escuela o me llenan de amonestaciones, sería menos grave si hago lo mismo pero le agrego una sonrisa que refiera a que lo que acabo de decir es una broma, pero también eso depende

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