Legado Chaves
carolaii29 de Abril de 2013
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Si algo dejó como legado político el presidente Chávez es la consolidación del Poder Popular, el pueblo empoderado, el ejercicio directo de la política y sus derechos políticos”, afirmó Fraija
En lugar de dejar un modelo de desarrollo y transformación de la sociedad venezolana, el recién fallecido Presidente Chávez deja al país un modelo repartista de la renta petrolera, basado en la dependencia del ciudadano del Estado, la incivilidad, el desempleo y subempleo como base político-clientelar.
Chávez deja una economía cortesana, así como un modelo autocrático, absolutista, voluntarista, estatista y presidencialista, basado en la discrecionalidad administrativa, la inseguridad política y jurídica, controles de toda índole, expropiaciones y confiscaciones, en vez de un Estado de Derecho, democracia, autonomía de los poderes públicos, el respeto por las normas, las leyes y los contratos, garantías, reglas claras y estables y la libertad económica para la inversión privada en sectores hasta hoy prohibidos como el petrolero.
Chávez deja una economía que en 14 años creció menos que la de los países de la OPEP, salvo Libia obviamente; menos que el promedio de Latinoamérica y el promedio global. Deja, igualmente, una inflación alta y persistente, que en 2010 fue la mayor del planeta y probablemente lo sea nuevamente en 2013 (se requieren hoy 16,76Bs para comprar lo que antes de Chávez se compraba con 1Bs). Deja una moneda nacional con menos ceros, pero, que en 14 años devaluó más de un 1.000%, la mayor devaluación de Latinoamérica, América, y la OPEP, después de Angola, así como la sexta del mundo después de la experimentada en Zimbabwe, el Congo, Angola, Bielorusia y Uzbequistán.
Chávez recibió una economía cuya exportación petrolera representó el 68% de las exportaciones totales en el IV trimestre de 1998, pero, la deja muchísimo más dependiente de las importaciones y exportaciones petroleras que hoy representan un 96%.
Chávez deja un modelo arcaico conflictivo de lucha de clases, no uno de armonía social. Chávez deja una industria petrolera rentística, y disminuida, en proceso de contracción, en vez de una productiva, y en proceso de expansión.
Chávez deja programas políticos clientelares llamados misiones, cuyo fin último es la captación del voto y la dependencia del ciudadano del Estado, y no programas sociales, que verdaderamente sean inclusivos, inserten a la gente en la esfera de la producción, independicen al ciudadano y transformen su vida.
Chávez deja al país sumido en una gran dependencia del consumo del asistencialismo, misiones, dádivas y petrolimosnas, de los subsidios a los alimentos, a la gasolina y otros. En definitiva, Hugo Chávez y el socialismo del siglo XXI dejan como modelo la pobreza, un sistema que perjudica a quienes se prometió privilegiar y defender, los más pobres; un sistema que castiga el mérito y el esfuerzo, mientras premia el rentismo y la corrupción; una sociedad donde sigue siendo verdad que entre el colegio privado y el liceo público, jamás un pobre, si pudiese, escogería a este último.
Una política petrolera nacional, popular y revolucionaria es el legado más grande que deja el Comandante Presidente, Hugo Chávez Frías, al pueblo venezolano, dijo este sábado el ministro del Poder Popular de Petróleo y Minería, Rafael Ramírez, en entrevista con el canal multiestatal Telesur.
"Chávez dispuso la renta petrolera a favor de los pobres y en función de la construcción del socialismo", afirmó Ramírez al tiempo de indicar que "no habrá cambios en la polítca petrolera de Venezuela".
"Todos los socios que trabajan con nosotros saben que aquí no habrá Sorpresa. Nuestros principios de soberanía son irrenunciables (...) Quienes quieran participar con nosotros tienen que estar apegados a nuestras leyes", puntualizó.
Asimismo, reiteró que que uno de los compromisos fundamentales del equipo de Gobierno es continuar levantando las banderas que Chávez propuso al pueblo. "Aquí no se cambiará un ápice en los temas fundamentales del Plan de la Patria del Presidente (...) Estamos comprometidos en ese juramento", acentuó.
Destacó que, aún cuando existe una profunda conmoción entre los trabajadores petroleros, en la industria todos se están organizando para poder venir a Caracas a despedir al Comandante Chávez y mantener la producción petrolera en los niveles adecuados.
Chávez inicialmente abogó por derogar la Constitución de Venezuela de 1961 en 1999, impulsando un Referéndum constituyente que fue aprobado por más del 80% de votación popular. Luego impulsó un segundo referéndum constitucional que resultó en la ratificación de la nueva Constitución de Venezuela de 1999 con el 71,78% de los votos. La polarización política desembocó en el golpe de Estado de 2002, en el que fue derrocado por dos días por el industrial venezolano Pedro Carmona. Chávez fue restituido en el poder tras un contragolpe de las Fuerzas Armadas de Venezuela.2 La tensión política continuó con los hechos de la plaza Altamira y el "paro petrolero" entre diciembre de 2002 y febrero de 2003.
"Desde el día que emergió a la luz pública, Hugo Chávez ha sido un personaje difícil de entender y descifrar. Las ideas que animan su discurso han sido y siguen siendo arcanas en el sentido clásico latino de lo que es arcano: algo misterioso y secreto, con las inteligencia de sus raciocinios oculta por una retórica histriónica y espumosa, repleta de ambigüedades o naderías que –casual o deliberadamente- desvían la atención de su verdadero objetivo, el cual podría revelarse como contradictorio con lo que se invoca como sus ideas o valores aparentes "(Jorge Olavarría) .
• En un extremo, hay quienes aseguran que el Comandante no tiene un pensamiento social político definido, “tiene un rancho en la cabeza, no piensa en grande, en progreso, en ascenso y desarrollo sino en confrontación y destrucción”(Paciano Padrón). “Esta revolución será muy rica en armas, pero es muy pobre en ideas. En el país no sólo existe un problema de actores, sino también de guión”(Server Torres). Un experto filósofo afirma que “Hugo Chávez es una monstruosidad ideológica porque ahí hay de todo y de la manera más contradictoria: militarismo, arcaísmo ideológico y un punto de mitología izquierdista, pero de retórica, de vaciedades”(Fernando Rodríguez). También se habla de un laberinto ideológico, en el que no se puede encontrar un proyecto de país-sociedad a establecer (Agustín Blanco).
En el otro extremo hay quienes aseguran que nos equivocamos y engañamos sobre Chávez, sobre todo al comienzo del recorrido. “Todo lo que Hugo Chávez está haciendo y deshaciendo, sigue un plan preconcebido con un objetivo definido y unos medios para alcanzarlo”(Jorge Olavarría).
• En una franja intermedia hay quienes opinamos que existiendo unas tendencias y referentes ideológicos innegables, el “chavismo” viene tejiendo y destejiendo su tela doctrinaria, tratando de avanzar en zigzagueos, sin ideología definida, siguiendo la voz de mando del capitán de la regata en sus “Aló presidente” dominicales, condicionados por los vientos que soplan y las circunstancias variables del entorno nacional e internacional que obliga a estar corrigiendo la ruta y superar bandazos.
Trataremos de precisar los elementos más característicos de ese racimo de ideología política que pudiera definir el régimen de Chávez y sus seguidores. Es una extraña mezcla o salpicón (‘tisana’) de varias frutas de sabor indefinible. Aunque algunos elementos se pueden destilar tras un proceso de cernido de sus largos y generosos discursos, es aventurado catalogar a Chávez como revolucionario o como demócrata, como marxista o fascista, como socialista o comunista o anarquista. Alexis Márquez sostiene que el verdadero problema de él no se circunscribe a lo ideológico que bulla en su cabeza, sino a la incapacidad para las delicadas funciones de gobierno que ha acumulado en sus manos. “Ni democracia burguesa ni dictadura del proletariado, ni capitalismo ni socialismo: ¿cuál terminará siendo el contenido real de la ‘revolución bolivariana’?”(A. Sánchez García).
Quienes conocemos de estos temas, por nuestra profesión de politólogos, podemos señalar en Chávez algunas características:
• Inclinación por el darwinismo social (‘los más fuertes son los que sobreviven’) y tendencia al autoritarismo para lograr los fines -sin escrúpulos- respecto de los medios a utilizar, rasgos que han sido propios del fascismo y en general de todos los totalitarismos.
• Son verificables ciertas referencias a un justicialismo peronista, a través de la versión que le facilitó inicialmente el argentino Ceresole: liquidación de los partidos, alianza clave trabajadores-militares, comunicación directa jefe-masas populares, discurso populista y distribución de bienes más allá de lo que se produce.
• Se observa un cierto influjo de la llamada “Cuarta Vía” del alemán residenciado en México, Heinz Dieterich, con su intento de actualizar el marxismo para América Latina proponiendo que sean el sujeto revolucionario las actuales masas indígenas y pauperizadas del subcontinente. Y más recientemente su confusa propuesta de "Socialismo siglo XXI".
• El discurso obsesivo contra los “oligarcas” y la convocatoria a los desposeídos están prestados de un marxismo-leninismo clásico. Y hay un claro favoritismo, aunque anacrónico, por el modelo castrista cubano.
• La insistencia inicial en una democracia
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