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Libro "los Presidentes"


Enviado por   •  6 de Noviembre de 2012  •  2.108 Palabras (9 Páginas)  •  2.234 Visitas

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Introducción.

El libro “Los Presidentes” escrito por Julio Scherer es un relato del el autor acerca de las relaciones que sostuvo con los presidentes de determinados sexenios. Gustavo Díaz Ordaz, Luis Echeverría, José López Portillo y con Miguel de la Madrid.

Nos muestra la estrecha relación y el vínculo que se generaba entre el gobierno y las editoriales de los periódicos de esa época, principalmente el periódico “Excélsior” que posteriormente fue desmantelado por el mismo gobierno. Así mismo como el gobierno influía en las publicaciones para que la sociedad supiera lo que el gobierno quería y por lo tanto engañar e influir sobre el país.

El periódico era su porta voz, su diario incluso una herramienta para poder influir en la elección del siguiente presidente. En otro caso podría ser su enemigo que criticara y mostrara la imparcialidad en contra del gobierno.

Encontraremos al principio del libro como esa relación tan estrecha con el presidente Gustavo Díaz Ordaz tuvo complicaciones a causa del movimiento estudiantil de 1968 y como terminó en la fragmentación y en la serie de actos en contra del “Excélsior” para su desprestigio, que fueron maquinados por Gustavo Díaz Ordaz y Luis Echeverría.

Luis Echeverría tomo el cargo en los tiempos más difíciles, tubo que limpiar su imagen como acecino de estudiantes y sepultar en el olvido a Díaz Ordaz. Fue un defensor de la libertad de expresión y tendría que hacer justicia por el evento de los Halcones. No habría un segundo Tlatelolco.

Con José López Portillo el cual final mente era primo. Nos relata cómo pierde el rumbo del régimen y termina por cumplir todos sus caprichos de vividor sin preocuparse por dirigir el país y como cubre y no hace nada por detener los actos de corrupción de Arturo Durazo.

José López Portillo nombra como su sucesor a Miguel de la Madrid, nos relata como en este sexenio ofreció orden y progreso en el cual no denotó la inflación y su actitud ante el 19 de septiembre de 1985.

Dos esferas minúsculas por ojos, las pestañas ralas, a la intemperie los dientes grandes y desiguales, la piel amarilla, salpicada de lunares cafés, gruesos los labios y ancha la base de la nariz, así era don Gustavo Díaz Ordaz. Don Gustavo bromeaba con su fealdad, pero si alguien seguía el juego, estallaba su ira. Según lo describe Julio Scherer.

El presidente vivía agobiado por la actuación ante el suceso del 2 de octubre, tuvo cambios en su personalidad, se aisló en un cuarto a la obscuridad con ese peso vivió el resto de su vida hasta que murió. Siempre fue un haz de nervios.

La relación de Scherer con el presidente fue buena, incluso julio le pidió su intervención para poder entrevistas a distintos jefes de estado. Con el apoyo del presidente a través de las embajadas de Relaciones Exteriores pudo concretar las citas. El mismo presidente a través de Emilio Martínez le envió dinero para solventar gastos del viaje.

Pero en cambio la relación de Gustavo Con Luis Echeverría no era muy buena. Don Gustavo menospreciaba a don Luis. Decía que tenía la mentalidad de subsecretario encargado del despacho. Don Luis caía en la burla de Gustavo. Esta buena relación cambio a raíz del 68, la matanza de Tlatelolco.

Julio Scherer fue nombrado director del periódico “Excélsior” el 31 de agosto de 1968. El mismo presidente le hablo por teléfono para felicitarlo junto con todos sus colaboradores.

Era el tempo de los estudiantes, de sus manifestaciones. El periódico no ocultaba las noticias ni la magnitud del fenómeno. El día 2 de octubre Jaime Gonzales era el comisionado para cubrir el evento de la plaza de las tres culturas en Tlatelolco. Alrededor de las seis de la tarde Jaime le da la noticia a Scherer de la matanza de Tlatelolco. Al día siguiente, el periódico publica el suceso.

El presidente convoco a los medios de comunicación el dia 5 de octubre, pero Díaz Ordaz nunca llegó. Entre los colaboradores se comentaba que Ordaz era un héroe. Que había limpiado la imagen de México ante la lucha contra estudiantes alborotadores que habían dejado sin salida al gobierno.

A nombre del presidente le dijo Martínez Manautou a Julio que era un traidor. “traicionaste al presidente” quiere que lo sepas. Lo acuso de imparcialidad ante los hechos del 2 de octubre. Pero ante los demás reporteros, les pidió que se velara por el país ya que se acercaban las olimpiadas, después se arreglarían las querellas pendientes.

Julio intento entrevistarse con Díaz Ordaz durante varios meses, pero la respuesta fue siempre negativa. Respecto al pasado el presente quedaba trunco. Desde ahí los actos en contra del desprestigio y el acoso hacia el periódico.

Fue hasta el gobierno de Miguel de la Madrid en donde un viejo enemigo le confiesa a Julio como Gustavo y Luis Echeverría maquinaron el plan para quebrantar al periódico. Expulsarían a 40 compañeros los cuales serian procurados por el gobierno. Los expulsados ararían otra editorial que desprestigiara y tomaría a Excélsior, se llamaría Excélsior libre. Posteriormente después de haber causado revuelto y desprestigio. Fueron acusados por haber usado el nombre de la cooperativa. El juez que llevaba el caso nos dijo que probablemente fallara el litigio. Posteriormente se informo de la sentencia favorable. Fue entonces que pidieron el finiquito a la caja del periódico.

Excélsior había dicho la verdad ante los hechos del 2 de octubre. Así señalo Martín Luis Guzmán, que el día de la libertad de prensa había dedicado su discurso a la exaltación de Díaz Ordaz.

Afirmaba Luis Echeverría que entendía su tarea como esfuerzo complementario de la voluntad colectiva para hacer de México un país cada vez más libre. A la prensa le decía que nada le importaba tanto como la libre difusión de las ideas.

Echeverría condeno a al gobierno de Ordaz sobre Tlatelolco. Emisarios del pasado llamó a sus antagonistas. A Díaz Ordaz lo sepulto en el olvido. Nunca pronunció su nombre. El 10 de junio del 1971 por ordenes del gobierno, los “Halcones” iniciaron la acometida en contra del regente Alfonso Martínez Domínguez y el jefe de la policía. No abra un segundo Tlatelolco, decía el presidente.

Echeverría le preguntaba a Julio que si alguno de sus colaboradores le obstaculizaba su trabajo. Julio contesto que no. A lo que le dijo Luis que si eso pasaba se lo hiciera saber a través de

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