Los colombianos leen poco

Marco teórico

Colombia es uno de los países del mundo que menos atención y esfuerzo le pone a la enseñanza y al estudio de la Historia, tanto, que hoy la mayoría de los padres de los más de 10 millones de niños y jóvenes que van a los colegios públicos y privados no saben que esta materia desapareció hace 20 años de los currículos escolares. Por eso, muchos de sus hijos hoy no saben si Nariño es un prócer, un expresidente, un departamento o un frente de las Farc. (Robles, 2013)

Se ha podido evidenciar que la mayoría de los Bogotanos no conocen su historia, debido a que no visitan los lugares más representativos de la ciudad y sus alrededores, aun cuando se sabe que la entrada a la mayoría de estos lugares es gratis, pero lo más grave es la falta de lectura, que es uno de los puntos débiles de la sociedad en Colombia, lo que conlleva a la desinformación relevante de un lugar turístico y a una falta de cultura turística, pues en Colombia hay mucha diversidad de culturas y grupos aborígenes que han marcado la historia y han quedado olvidadas por los ciudadanos. (Robles, 2013)

Las estadísticas aseguran que a los colombianos no les gusta leer, no por falta de dinero sino por total y completo desinterés. Esto debido a que no tienen habilidad de lectura, pues, el sistema educativo no enseña a leer, sin embargo, no es solo un problema de la primaria o el bachillerato, en la universidad se encuentran presentes muchas quejas de los docentes hacia sus estudiantes porque carecen de la comprensión de textos y habilidades de redacción. La excusa es que el pasatiempo que buen conocimiento aporta, poco interesa. Obviamente no se puede generalizar, hay unos que sí son juiciosos y leen, y a otros les toca porque así los obligan en el colegio o en la universidad. De hecho todavía hay profesores que ‘botan el chupo’ ante los alumnos poco lectores. (Librero, 2013)

No obstante, estas no son las únicas ni las principales razones para que los colombianos lean tan poco y, por ende, consuman tan pocos libros, como lo demuestra una estadística del Dane, a esto va sujeto también, el hecho de que no existe una cultura que fomente la cultura de la lectura, pues cuando los colombianos leen un libro, en el mayor de los casos, es por obligaciones académicas, para pasar algunas asignaturas y no por gusto; los colombianos crecen odiando leer.

Según la ‘Encuesta latinoamericana de hábitos y prácticas culturales 2013’, presentada en marzo de este año, el 42 % de las personas que viven en Centro y Suramérica aseguraron no haber leído nunca por ocio o interés personal en el último año. En contraste, el 26 % dijo que lo había hecho en el último mes. Y Colombia no está entre los de mejor promedio. En Colombia, solo el 26 % dijo haber leído por gusto o interés personal en el último mes. La cifra está lejos de países como México, donde el 36 % aseguró leer con gusto y Costa Rica, donde ese índice es de 31 %. Los chilenos son los que menos leen en la región, por gusto. (Librero, 2013)

Si bien es cierto, en Colombia a diferencia de otros países, los libros son algo costosos. Se estima que, en la actualidad, el precio promedio de un libro editado en el país es de siete mil pesos. Ahora, para soportar esta afirmación, recordemos que la Cámara Colombiana de la Industria Editorial, en su propuesta para la Ley del Libro, establece que una publicación cuyo precio de venta al público equivalga o supere el 10 por ciento del salario mínimo mensual debe considerarse como de "alto valor comercial", entonces, puede deducirse que, en promedio, los libros colombianos son definitivamente costosos. (Robles, 2013)

Mientras que en Finlandia una gran parte de la población tomo el hábito de usar el libro para educarse, informarse o divertirse, y al llegar los medios audiovisuales pudo conservar buena parte de sus hábitos de lectura, en Colombia la gente se acostumbró

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