Medios de paz de la Onu
ZoroRoronoaDocumentos de Investigación5 de Diciembre de 2020
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ll. Los modelos educativos que se deben implementar en México: Las teorías de La declaración sobre la cultura de Paz de la ONU y los modelos educativos internacionales para fomentar la inclusión aplicados en la violencia de género
La Declaración sobre una Cultura de Paz (ONU, 1999), es muy clara al señalar en su artículo 1º, que Cultura de Paz “…es un conjunto de valores, actitudes, tradiciones, comportamiento y estilos de vida basados en: a) El respeto a la vida, el fin de la violencia, y la promoción y la práctica de la no violencia por medio de la educación, el diálogo y la cooperación; b) El respeto pleno de los principios de soberanía, integridad territorial e independencia política de los Estado y de no injerencia en los asuntos que son esencialmente jurisdicción interna de los Estados, de conformidad con la Carta de las Naciones Unidas y el derecho internacional; c) El respeto pleno y la promoción de todos los derechos humanos y las libertades fundamentales; d) El compromiso con el arreglo pacífico de los conflictos; 38 Educación para la paz. Una mirada hacia el modelo para Jalisco e) Los esfuerzos para satisfacer las necesidades de desarrollo y protección del medio ambiente de las generaciones presente y futuras; f) El respeto y la promoción del derecho al desarrollo; g) El respeto y el fomento de la igualdad de derechos y oportunidades de mujeres y hombres; d) El respeto y el fomento del derecho de todas las formas a la libertad de expresión, opinión e información; e) La adhesión a los principios de libertad, justicia, democracia, tolerancia, solidaridad, cooperación, pluralismo, diversidad cultural, diálogo y entendimiento a todos los niveles de la sociedad y entre las naciones; f) Y animados por un entorno nacional e internacional que favorezca a la paz”.
En esta misma fecha, la Asamblea General de las Naciones Unidad, emite el Programa de Acción sobre una Cultura de Paz (1999), las siguientes líneas para lograr las metas planteadas en los anteriores principios: 1. Educación para la paz 2. Desarrollo económico social y cultural 3. Desarrollo ambiental sostenible 4. Derechos Humanos 5. Igualdad y no discriminación 6. Gobernanza y participación democrática 7. Respeto y solidaridad 8. Innovación, información y conocimiento 9. Manejo de conflictos y seguridad. Es decir, la construcción de una cultura de paz, es un proceso más complejo que la simple visión de lograr la erradicación de la guerra, los conflictos armados, el terrorismo o la seguridad ciudadana más en Revista Jurídica Jalisciense, Núm. 63. Julio-diciembre 2020. ISSN 1405-1451. PP. 15-50 39 lo local, su implementación implica un ejercicio por todos los actores sociales e institucionales que llevarán al combate con las tres formas de violencia que Galtung ha identificado. La educación para la paz, es tan solo uno de los engranajes para su aseguramiento, así como el respeto, protección y garantía de los derechos humanos, acciones que sin lugar a dudas van de la mano. Educación para la paz, modelos y oportunidades Finalizada la Segunda Guerra Mundial, surge un segundo periodo del comienzo de la educación para la paz; con la influencia filosófica de los estudios concebidos a partir de la llamada investigación para la paz –Peace Research–, de su referente teórico más importante, Johan Galtung, quien ha percibido la paz desde: “interdisciplinariedad, transdisciplinariedad, carácter normativo, orientación hacia la acción, naturaleza internacional, receptores diversos, etcétera” (Asociación Pro Derechos Humanos, 1994, en Cabello Et al, 2016, p. 95) La educación es una herramienta indispensable para generar un desarrollo democrático participativo, equitativo tanto social como personal, la consolidación de una ciudadanía crítica y activa (Salcedo, 2013) y con ello, renovar la cultura, la forma de pensar y de actuar, a través del respeto y ejercicio del derecho humano a la paz. (Tuvilla, s/f, p. 2) La educación como derecho fundamental, es la base para el desarrollo humano, para el crecimiento social, económico y cultural; su incremento se reflejará en la disminución de la violencia y el conflicto en la sociedad, de la desigualdad, la pobreza, mejorando las condiciones de vida, del trabajo conjunto, del diálogo y la construcción de nuevos mecanismos de solución de sus conflictos. En virtud de ello, la paz y específicamente la educación para la paz se convierte en una herramienta indispensable para crear ciudadanía “activos, críticos, reflexivos y abiertos a la diversidad religiosa, cultural, social, étnica o política” (Nussbaum, 2010, en Salcedo, 2013, p. 231-232) 40 Educación para la paz. Una mirada hacia el modelo para Jalisco Así entonces, la educación para la paz es un proceso educativo que se fundamenta en los principios de la paz positiva, para fomentar una nueva cultura donde el conflicto se encuentra presente y se enseña a la sociedad a entender su realidad de manera crítica para su solución. (Cabello et al., 2016) Para Pérez Viramontes, la educación para la paz “es una práctica social que promueve ciertos valores, trata de hacer emerger un tipo determinado de emociones (empatía, afecto, cuidado, respeto…) e impulsa la resignificación de palabras y conceptos con lo que nos relacionamos. (2018, p. 82), por lo tanto, al ser una práctica social, se entiende que es una acción colectiva, donde el esfuerzo para transformar la realidad y satisfacer las necesidades debe ser desde la visión de comunidad. Como se ha visto, la educación para la paz se encuentra fundamentada en los instrumentos internacionales que ya se han señalado en el apartado correspondiente, más aún, necesarios para cumplir con la visión humanista de la educación que establece la Declaración de Incheon para la Educación 2030. Parte de la educación para la paz, es precisamente formación de la sociedad desde una visión global, es decir, de desarrollo internacional. Para ello, la solidaridad, la tolerancia y el respecto son principios básicos en la protección, conocimiento y enseñanza de derechos humanos como parte de la pedagogía para la paz. Como señala Tuvilla Rayo, “La Cultura de Paz como ha quedado demostrado constituye en la actualidad la finalidad de la educación, dado que la paz es un concepto síntesis que engloba la interdependencia entre todos los derechos humanos, de manera que estos constituyen los principios, fines y objetivos del derecho a la educación.” (Tuvilla, s/f, p. 36), por lo tanto, este autor propone incorporar el modelo educativo que permita cumplir con la visión de paz que se pretende implantar en la sociedad. Revista Jurídica Jalisciense, Núm. 63. Julio-diciembre 2020. ISSN 1405-1451. PP. 15-50 41 Modelos de educación para la cultura de paz Las últimas reformas educativas tanto naciones como locales, deberán poner en marcha una estrategia y diseño del modelo educativo que permita formar a la sociedad en el tipo de Paz que se quiere fomentar en la población, una educación basada en derechos humanos, democracia, equidad, justicia para toda la comunidad, o cómo se identificó desde el Grupo de Lisboa (1995) las cuatro “D” necesarias para lograr una Cultura de Paz: derechos humanos, democracia, desarme y desarrollo humano sostenible. Para tal efecto, José Tuvilla Rayo (s/f) presenta dos tipos de modelos educativos que permiten entender cómo construir un programa de educación para la paz adecuado al contexto nacional o internacional al cual se quiera aplicar. a) Modelos de programas internacionales (Tuvilla, s/f, 37-39).
• Modelos o enfoques restringidos: Cuya principal característica es la de programas contenidos de derechos humanos y de la paz, desde el conocimiento de los principios constitucionales y valores democráticos. • Modelos o enfoques extensivos: Donde los programas tienen como eje central la Educación para la Paz, con objetivos y contenidos transversales que abonan hacia la transformación y construcción de la justicia social y no solo para conocer los principios y valores democráticos. • Modelos o enfoques integrales: Caracterizado por una concepción de educación global o mundial, cuya visión holística de la educación para la paz pretende construir una Cultura de Paz, desde la visión de una nueva ciudadanía, respetuosa de los derechos humano, la democracia, la tolerancia, el desarrollo y el medioambiente. Los contenidos se abordan no solo desde unidades de aprendizaje aisladas, 42 Educación para la paz. Una mirada hacia el modelo para Jalisco sino mediante una nueva metodología de estudio que armoniza los conocimientos de la ciencia, la cultura y la comunicación. b) Modelos de programas regionales y nacionales (Tuvilla, s/f, pp. 38- 39).
Modelo de Educación en Valores: Su principal característica es la de incorporar una enseñanza de derechos humanos y paz, desde la democracia y la ciudadana como valores públicos.
Modelo de Educación para la Paz y los Derechos Humanos, protectora y promotora de derechos y valores: Cuyos programas van dirigidos más que el cambio personal, al cambio social, por lo que este modelo conocidos también como de “empoderamiento”, va dirigido hacia la protección de los grupos más vulnerables mediante la capacitación agentes clave como activistas, profesionales, autoridades y responsables políticos.
Modelo de Educación para la Cultura de Paz como motor de transformación: Tiene una gran conexión con los problemas mundiales y entre sus objetivos se encuentra la promoción y protección de los derechos humanos con programas institucionales que se desarrollan desde la educación formal y no formal. Aunados a los anteriores modelos, Gerardo Pérez Viramontes (2018, pp. 120-121) hace referencia a otros modelos curriculares desarrollados por María Carmen López López (1997), que contribuyen a construir paz a partir del contexto escolar o el nivel educativo en el que se trabaja, a los cuales se les denominará local o contextual para seguir con la línea trazada por Tuvilla Rayo anteriormente: c) Modelos de programas locales o contextuales
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