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PRINCIPIOS FUNDAMENTALES DE LA NUEVA EDUCACIÓN


Enviado por   •  12 de Febrero de 2016  •  Biografías  •  6.883 Palabras (28 Páginas)  •  277 Visitas

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PRINCIPIOS FUNDAMENTALES DE LA NUEVA
EDUCACIÓN

¿Qué es la Nueva Educación?

Si se me pidiera una definición sintética de lo que yo entiendo por Nueva Educación, no vacilaría en contestar que es el movimiento - reinvidicador de los derechos del niño.

La Nueva Educación es, pues, la encarnación de estos anhelos de liberar al niño Te todas las trabas con que ha venido sujetándosele en el pasado y que impiden el amplio y perfecto desarrollo de su personalidad.  Parece que la humanidad al fin se ha dado cuenta de que no es posible que pueda haber derechos ni libertades para hombres y mujeres cuando la niñez permanece bajo la más absurda e inhumana de las tiranías.  ¿Cómo puede ser posible que educado en el servilismo, en el temor, en la esclavitud intelectual, teniendo que valerse de la mentira, de la hipocresía, del engaño, para escapar de la tortura y del castigo cuando está niño, pueda el hombre, por obra y gracia de unos cuantos años más de vida, convertirse en el ser moral, consciente de sus derechos y deberes, sincero, leal, honrado y digno del dictado de hombre en la verdadera acepción del vocablo? Esto no puede ser. Es indudable que si el niño es el padre del hombre, para liberar espiritualmente al hombre debemos comenzar por el niño. Y esto, precisamente, es los que pretende hacer el movimiento pedagógico actual denominado Nueva Educación.


Desarrollo de la idea de la Nueva Educación

En todos los tiempos, es verdad, ha habido una Nueva Educación.  En todos los tiempos la inquietud espiritual del hombre lo ha impulsado a buscar nuevos horizontes en los diversos campos de las actividades humanas. Ya desde los tiempos de Grecia, por ejemplo, se hablaba de la nueva educación, y cualquier estudiante de historia puede recordar las luchas entre los partidarios de las viejas y los de las nuevas tendencias en la educación griega.        

Pero el movimiento actuales más amplio, más transcendental, más comprensivo de lo que a primera vista parece.  No se trata, por ejemplo, de un movimiento superficial de renovación de procedimiento o de cambio de meras fórmulas externas.  Se trata, antes bien, de un cambio completo de ideología provocado por los descubrimientos científicos, por una parte y, por la otra, por el creciente despertar del espíritu a la conciencia de sus propios derechos y responsabilidades.

Teóricamente, este movimiento tiene sus comienzos con la aparición del espíritu democrático y aun cuando en épocas anteriores impulsos de evidenciarse, no fue sino con Roussean que llegó realmente a definirse y a hacerse consciente.  Pero a pesar de los esfuerzos de Basedow en su escuela llamada Flanfropino no fue posible que encarnara en la práctica lo que apenas había sido un ideal irrealizable en la mente del genial visionario ginebrino.

En Froebel, cobra impulsos el movimiento, y si bien tímidamente se circunscribe a los párvulos, su trascendencia social no podía escaparse a la autocracia siempre vigilante; y la clausura de los Kindergarfens ordenada por el Gobierno prusiano, que envió al sepulcro a su ilustre fundador, fue un golpe formidable al movimiento que se iniciaba.

La Doctora Montessori recogió y perfeccionó la herencia de Froebel; y sus Casei dei Bambini renovaron el ardorde la lucha.  Ella comenzó a aplicar a la enseñanza primaria los nuevos principios de educación y con Cecil Reddie, fundador de la escuela de Abbosholme y J. H. Bradley fundador de la de Bedales puede considerarse como la verdadera precursora de las nuevas escuelas en Europa.

Pero estaba reservada a América que, aun cuando no lo sea de hecho, tiene al menos la plausible aspiración de llamarse la tierra de la libertad, impulsar y darle un derrotero seguro a este movimiento; y sobre todo, sentar sus bases sobre postulados científicos y filosóficos.  

El niño como centro del proceso educativo

La nueva educación es un movimiento tan vasto, tan amplio en su comprensión y extensión, que resulta verdaderamente difícil reducirlo al estrecho círculo de unos cuantos principios. Puede decirse, no obstante, que el principio básico y fundamental de la Nueva Educación es la concepción del niño como el elemento más importante, como el factor primordial, como el centro, por decirlo así, del proceso educativo en derredor del cual giran todos los demás pero subordinados siempre a él.  Nada, en efecto, nos dice la vieja educación acerca de la vida del niño; está para nada cuenta.

La Nueva Educación, en cambio, fija su atención en las aspiraciones, tendencias, intereses, necesidades, deficiencias, y en fin en todo lo que constituye la psicología personal del niño.

El estudio del niño

Siendo el niño, pues, el centro de todas las miradas en la nueva educación, ninguna práctica educativa puede ser aceptable si no se basa en el estudio científico del niño.  El estudio del niño es, pues, uno de los elementos distintivos de la nueva educación.  Pero el estudio del niño no se lleva a cabo para satisfacer la curiosidad científica del adulto, sino para aplicar directamente a la labor de la escuela las verdades descubiertas, pues no se trata ya de un movimiento sentimental y teórico respecto del niño sino de algo esencialmente práctico que debe repercutir hondamente en el trabajo escolar.

La salud antes que todo

Como producto de estas investigaciones se ha llegado a la conclusión de que la salud del niño, debe venir antes que todo. Cuando la salud del niño está en conflicto con los demás aspectos de su educación éstos deben ceder el puesto a la salud.  Entre las capacidades anímicas y las corporales existe una directa correlación.  Un niño débil, mal nutrido, enfermizo, no puede mostrar interés por la vida que se agita en su derredor y sin interés, sin espontáneos que lo impulsen no es posible  que nadie puede educarse, máxime si carece de las fuerzas necesarias para una labor sostenida.

Es el examen médico, el consejo prudente y oportuno por el médico y la enfermera escolar al padre de familia, son las condiciones higiénicas del ambiente dentro y fuera de la escuela, es el aire puro, es la alimentación adecuada, es el juego, el deporte y sobre todo la falta de inquietudes, molestias y preocupaciones que tanto perjudican el sistema nervioso del niño, lo que constituye la parte importante del programa de educación física en las nuevas escuelas.

El evangelio de la alegría

Pero si la salud del cuerpo es importante no lo es menos la del espíritu. Y la salud del espíritu en el niño se revela en la alegría. Si la nueva educación no hubiera hecho otro servicio a la niñez que el de propagar el evangelio de la alegría que no es otro que el del derecho qué tiene el niño a estar alegre, esto sería lo bastante para merecer bien de la humanidad.

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