PSICOLOGIA DE BOMBEROS EN LAS EMERGENCIAS

EL BOMBERO UN SER UNIVERSAL

Los Bomberos como protectores de sus comunidades están expuestos a numerosos accidentes, y esto no sólo lo vemos en la “Seguridad del Bombero” que diariamente lo palpamos quienes trabajamos en la protección contra incendios.

Es un hombre que durante casi un cuarto de siglo ha dedicado su vida a la lucha contra el fuego, no es raro que su experiencia lo haga pensar en la forma de evitar los accidentes. Tiene que haber visto muchos. Sus anteriores trabajos: Recomendaciones útiles para revisores del Departamento de prevención de incendios en los Cuerpos de Bomberos, Brigadas de Salvamentos, junto con Brigadas contra incendios de la Industria y tácticas Operativas para emergencias mayores, entre otros, señalan su preocupación profesional para resumir en ellos sus conocimientos basados en la observación, manejo de cada caso y los adquiridos en las aulas especializadas en Capacitación Bomberil.

Con un reconocimiento a los bomberos que han perecido en el servicio y ha quienes sufren cicatrices por lesiones, explorando en el QUÉ pasa para que se produzcan los accidentes y sus secuelas, para ubicarnos en el COMO los accidentes y en las normas oficiales existentes al respecto.

LA PSICOLOGÍA DEL BOMBERO

Al contrario de la creencia popular, el principal suspenso psicológico del bombero no es el peligro de su trabajo sino lo pesado de él, complicado por la dificultad en lograr la identificación con su papel. No podemos generalizar a cerca de aquellas personas atraídas

por el combate del fuego, sin embargo es útil mirar objetivos originales al ingresar al combate de incendios.

Relativamente son pocos los altamente motivados al perseguir una profesión en el Servicio de Incendio. Para la mayoría de los objetivos son la seguridad económica, trabajo estable y retiro a una edad razonable. Hay unos pocos que pertenecen al Cuerpo de Bomberos por una tradición familiar, así la mezcla es esencialmente como la de cualquier industria.

El más prominente síntoma es la pesadez. Como los trabajadores de cualquier industria, el bombero promedio está perturbado por actividades repetitivas usuales, tales como el mantenimiento de la estación y los aparatos, por la rutina embotadora de estar todos los días con los mismos individuos.

También desarrollan un sentimiento de antagonismo o de irritación relacionado con las restricciones que son colocadas sobre él. Porque de los aspectos paramilitares del servicio contra incendios, él esta esperando cumplir ordenes de sus superiores con pocas o ninguna pregunta. Esto edifica un sentido de resentimiento y aún de activo antagonimo hacia sus superiores.

Bajo estas circunstancias no es sorprendente que una alarma actual sea bien recibida como un alivio para la pesadez en vez de tomarla como una amenaza para la seguridad. Sin embargo mientras este empeñado en el combate del fuego, el individuo está siempre vigilante de la amenaza para su bienestar . Aún él puede percibir la amenaza como abrumador y escapar a una aceptable alternativa para vencer sobre el humo. En realidad muchas de tales personas aprovechan la casualidad del combate a través de hiperventilación y aparente pérdida del conocimiento. El tratamiento de este problema es fácil porque el episodio es usualmente aceptado, sea como un engaño o un problema orgánico.

Al volver a la estación, el bombero experimenta poco sentimiento de alivio producido por el período de actividad extintora. No es usual que el bombero saque ventaja de su tiempo libre en las estaciones para una actividad productiva, tal como leer, estudiar, o aun practicar el empleo del equipo usual de extinción. Ve a estas actividades como no apacibles en su existencia, la mayor motivación del bombero, en otro aspecto,

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