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Política y Economía de Venezuela


Enviado por   •  11 de Enero de 2018  •  Ensayos  •  3.825 Palabras (16 Páginas)  •  126 Visitas

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REPÚBLICA BOLIVARIANA DE VENEZUELA

UNIVERSIDAD CENTRAL DE VENEZUELA

FACULTAD DE CIENCIAS ECONÓMICAS Y SOCIALES

ESCUELA DE ESTUDIOS INTERNACIONALES

SISTEMA ECONÓMICO Y POLÍTICO VENEZOLANO

PROFESOR: JULIO CASTILLO

ENSAYO

Alumno: Marco López CI 20.614.237

Caracas, junio de 2017

  1. Influencia del militarismo en el proceso político contemporáneo en Venezuela.

La historia en América del Sur se ha caracterizado por la constante participación del fuero militar en la vida política de los Estados, y Venezuela no se escapa de esa historia; según Petit, de los 51 presidentes que ha tenido Venezuela, 28 fueron militares y 23 fueron civiles, esta cifra nos indica que el militarismo ha estado presente a lo largo de nuestra historia republicana; pero surge una interrogante, ¿qué es el militarismo?; según Cardoza, “el militarismo es el exceso de intervención de militares en la política”; o la definición que nos regala Domingo Irwin “el militarismo supone un predominio del elemento militar o intromisión de lo militar en y sobre lo civil”; gracias a estas definiciones podemos afirmar que el fenómeno del militarismo es la participación del militar en el juego político del Estado y que a su vez busca desplazar al elemento civil.

En concordancia con lo anterior, vemos como la constante participación de militares “en el ejercicio del poder o como factores de intervención o cambio en la política estatal” influyeron en la historia política contemporánea de Venezuela; y a partir de esta afirmación, notamos que durante el siglo XX la costumbre o la tradición era que el ejecutivo nacional debía ser militar porque daba la imagen perfecta del hombre fuerte.

Siguiendo la misma línea del párrafo anterior, cuando hablamos de la historia política contemporánea venezolana es inevitable no pensar en los nombres de varios militares que alcanzaron el poder político como lo fue Juan Vicente Gómez, Eleazar López Contreras, Isaías Medina Angarita, Marcos Pérez Jiménez, Hugo Chávez Frías. En consecuencia, como lo señala Petit, “los militares asumían la condición de árbitros de la situación política;(…) se entendían a sí mismo como representado políticamente en el Presidente de la República y sólo ante él era responsable”.

Con referencia a lo anterior, en la mitad del siglo XX observamos como los militares asumían esa posición de árbitro, verbigracia los golpes de Estado el 18 de octubre de 1945; o, el 24 de noviembre de 1948; o, el 23 de enero de 1958; cada uno de ellos en circunstancias distintas pero siempre con el mismo tinte, el mismo árbitro, el militar como el juez de la situación política del país.

Por su parte, siempre se buscó justificar los golpes de Estado, el del 1945 contra Medina Angarita donde se agruparon varios factores que desencadeno el  hecho, como por ejemplo la negatividad constante de implementar un sistema electoral que le permitiera a la población venezolana escoger a sus representantes políticos mediante el sufragio universal, directo y secreto como “la única fórmula racional para efectuar cambios de gobierno”; lo que llevo a la formación de la Junta Revolucionaria de Gobierno, que según Petit, “es el punto a partir del cual se introduce en el curso histórico venezolano un modelo de militarismo (…) que hizo que la Fuerza Armada se transformara en árbitro de la política. Ello también hizo del recurso del golpe de Estado militar el medio y remedio de última instancia para cambiar un gobierno que se considere dañino”.

   A raíz de estas afirmaciones, vemos como el fenómeno del militarismo gana preponderancia en la vida política venezolana, de ser los árbitros o los jueces para derrocar a los gobiernos que se consideren funestos y peligrosos para la sana convivencia nacional. Por ejemplo, el golpe de Estado de 1948 contra el gobierno de Rómulo Gallegos (primer presidente electo mediante el sufragio universal, directo y secreto); su derrocamiento significará el fin del “primer experimento democrático pleno de la historia del país”  ese intento de desplazar al elemento militar de los ámbitos del poder político venezolano. Este derrocamiento llevo a la conformación de la Junta Militar de Gobierno presidida por Carlos Delgado Chalbaud como primero al mando, y seguido por Marcos Pérez Jiménez; esta junta militar consideró cuales eran los elementos que estorbaban o; dañaban la sana convivencia nacional y después tomar las acciones pertinentes para recuperarla; verbigracia, ilegalizar los partidos políticos como lo fue con Acción Democrática (AD).

Siguiendo el mismo orden de ideas, la llegada a la presidencia de Marcos Pérez Jiménez significo la continuación del fenómeno militarista en Venezuela; su visión política expresada en el “Nuevo Ideal Nacional”, incluía elementos militaristas como la semana de la patria –festividades para inculcar sentimientos si se quiere nacionalistas; o; de amor y respeto a los símbolos patrios-; además, “aumento de los ingresos fiscales petroleros, por lo que el grueso del gasto público se destinó a obras de comunicaciones, construcciones turístico-ornamentales y complejos arquitectónicos monumentales concentrados en zona la central del país, y fundamentalmente en la capital”.

En concordancia con el anterior párrafo, Petit hace una observación pertinente al panorama político venezolano. “El carácter militarista de la década del 1948 a 1958 es un hecho: todos los cambios de gobierno de estos años se hicieron en nombre y por autoridad del alto mando militar”. Era difícil pensar que en Venezuela se pudiera extirpar el gen militarista del gobierno.

Aunque, todo cambiara el 23 de enero de 1958, el golpe de Estado que derroco a Pérez Jiménez significo a partir de la década de 1960 la instauración de una Venezuela que logra desplazar el elemento militar del fuero político a favor de los civiles y es acá cuando se desglosan nombres como Rómulo Betancourt (AD); Raúl Leoni (AD); Rafael Caldera (COPEI); Carlos Andrés Pérez (AD) y; otros, Urbaneja define esta época como “ un hacer política que, conocido con el nombre de Puntofijismo,  dominará la política venezolana por los próximos cuarenta años” y que dejara claramente establecido en la Constitución de la República de 1961 la estructura de la Fuerza Armada “una institución apolítica y no beligerante” .

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