Problemas De La Educacion

Desde hace aproximadamente más de cuatro décadas se ha producido un fuerte movimiento pedagógico en torno a la necesidad y a la urgencia en la educación llamado a suscitar transformaciones en las instituciones educativas.

No es nada fácil, sino está explícito que se tengan en cuenta valores en el proceso enseñanza aprendizaje.

Poder fijar una educación en valores se vincula directamente con el adolescente para que logre no sólo adquirir los conocimientos sino también que logre alcanzar el camino hacia la persona humana.

Sólo se dará una educación para el cambio, cuando los valores que los adolescentes lleguen a realizar sean aquellos que los conviertan en personas conscientes de la realidad que viven crítica, y comprometida con una acción transformadora hacia una humanidad mejor .

Recordemos, que el adolescente, atraviesa un momento evolutivo clave en su desarrollo. Por lo cual, el docente debe colaborar a formar su personalidad, a construir su proyecto de vida que incluya la inserción social y cultural. Por lo tanto, el compromiso de los docentes con el tratamiento de la enseñanza de los valores adquiere otra dimensión. Los adolescentes están ávidos de tratar éstos temas, y necesitan corroborar que los discursos de los mayores son acompañados por los hechos.

Enseñar a pensar, a elegir y a decidir adquiere en ésta etapa una mayor importancia. La acción por parte de los profesores, acompañada de formación y asesoramiento, juegan un rol muy relevante.

Por lo tanto, la enseñanza tiene como meta principal la formación integral de la persona del alumno. Para lograr esta formación cabal, se debe enseñar a los adolescentes a pensar, razonar, convivir, tomar decisiones, ser persona, comportarse.

Cabe destacar, que los contenidos educativos no (han de ser) sólo de conceptos, sino también de procedimientos, o modos de saber hacer, y de actitudes, que incluyen normas y valores. Por ejemplo, un profesor de Literatura no realiza bien su tarea formativa si se limita a transmitir ideas, por excelente que sea su forma de hacerlo. Debe enseñar a sus alumnos a analizar críticamente las obras literarias y sacar a la superficie sus más hondos valores humanísticos.

Al hilo de tal análisis quedan al descubierto las actitudes y actos humanos que contribuyen a desarrollar la personalidad y, en la misma medida, encierran valor y constituyen para el hombre un cauce, norma o canon de acción.

La vinculación de conceptos (o contenidos) y procedimientos y actitudes (con sus correspondientes normas y valores) es una exigencia del conocimiento de las realidades más relevantes.

Según López Quintás, A., educar significa preparar el ser humano –que no es un objeto sino un “ámbito de realidad”- para entreverarse con otros ámbitos y dar lugar a diversos modos de encuentro. Dicho entreveramiento implica la persona entera, con su inteligencia, su voluntad, su sentimiento, su sensibilidad, su capacidad creadora en diversos órdenes...

Como orientador, todo profesor ha de prestar a los alumnos un apoyo educativo. Entre las diferentes formas de apoyo que se deben prestar a los distintos alumnos se destaca la de motivarlos en el estudio y el desarrollo de su personalidad.

Si la educación ha de ser integral, debe prestar atención al papel que representan en la vida humana las actitudes, sobre todo las opciones fundamentales, que deciden la orientación de cada uno de los actos. Esas actitudes penden de la posición que uno adopte respecto a los valores y las normas. De la relación que uno establezca con las normas y los valores se derivan los diversos sentimientos.

Precisamente en este siglo XXI, donde el avance tecnológico se impone en forma hegemónica, convivimos dentro de una crisis social y cultural, la cual nos afecta a todos, y me atrevo a plantear que genera una cierta tristeza e inseguridad; las cuales, atraviesan nuestra época. Definiendo en tal sentido un camino de Incertidumbre para los adolescentes, nuestros alumnos.

Dentro de este contexto, educar a nuestros adolescentes representa un cambio cultural imperante. Se manifiesta un cierto displacer en estudiar en la escuela, se va por obligación, no por deseo. No se reconoce el placer por el conocimiento. Ese placer por el conocimiento que nos llevaría como en épocas atrás, a un bienestar cultural, social y económico. Sabemos que hoy el futuro no les deparará eso a nuestros adolescentes.

Entonces, como educar adolescentes que viven en este camino de “Incertidumbre” con paradigmas y metodologías del pasado. Las Tic´s avanzan y se imponen en nuestra cultura, ellos nacen siendo nativos digitales.

La escuela está inserta en esta sociedad contemporánea y vertiginosamente cambiante, por ello, no puede ni debe desconocerlo. Es de vital importancia incorporarlos en la tarea docente no solo a los efectos del conocimiento técnico y profesional, sino en el valor agregado que aporta su utilización en el proceso de enseñanza- aprendizaje (Giambuzzi, Miriam, 2010).

Pero en la sociedad posmoderna se verá el saber en un sentido funcional, no como valor en sí mismo.

La escuela posmoderna implicará un reajuste curricular en todos los niveles, en el campo de las actitudes, en el orden de los contenidos ya sea operativo y utilitario. La mayoría de los empleos estarán ligados a la información.

El mundo posmoderno exigirá un saber y un sistema educativo asentado en la eficacia de la transmisión de informaciones consideradas valiosas. Deberá plantearse la educación como de eficacia y utilidad, por lo que la enseñanza individualizada, así como el valor del individualismo se verán en alza.

La cultura institucional no se fundamentara en la ciencia si no en la adquisición, dominio y utilización de lenguajes, en la necesidad de las Tic´s.

Contaremos con dos tipos de saberes: uno formal, fundamentado en los lenguajes y otro experimental, asentado en la participación y en la experiencia previa. La escuela será de utilidad y de necesidad del aprendizaje de las herramientas necesarias para acceder a la vida del trabajo.

Se hará plural, acrecentándose el sentido de la formación permanente en empresas, industrias y en general en el propio puesto de trabajo. La cultura no será para reflexionar sino para vivir.

La dicotomía del aprendizaje específico de

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