Que es la La violencia

Ensayo reflexivo

En el siguiente trabajo se abordan diversas estrategias contra la violencia, trabajadas en el ámbito educativo, específicamente en el nivel preescolar, aplicadas en el aula en la última jornada de práctica. Además también se mencionan algunas causas y consecuencias de la violencia dentro de la educación, que hacen reflexionar sobre la práctica educativas.

Es necesario trabajar la regulación de la conducta desde los niños preescolares, ya que el comportamiento violento en la edad adulta puede ser prevenido a través de la enseñanza a los niños más pequeños de habilidades socio-emocionales y la elección de alternativas no violentas para resolver los conflictos (Tremblay, 2000/2008). La prevención de la violencia juvenil puede resultar más efectiva cuando se comienza a trabajar en ella antes que los niños cumplan los cinco años.

Por ello es importante reconocer  que  en  la  etapa  de  los  3  a  los  5  años  se  presenta  la agresión injustificada, por la inestable naturaleza del proceso de agresión, que caracteriza a los niños preescolares, este tipo de agresión que se presenta puede ser llamada como “normal”, pues pertenece al desarrollo normal del niño, porque no ha aprendido todavía  a  utilizar  tácticas  pacíficas  para  resolver  sus  conflictos,  a  regular  sus  emociones  o  a  servirse  de  comportamientos  de adaptación que sustituyan a la agresividad. No ha desarrollado todavía la suficiente soltura social que le permita interaccionar de forma  positiva  con  su  entorno.  (Bourcier, 2012).

La agresividad es normal cuando  se  mantiene  dentro de  ciertos  límites,  esta  energía vital  asegura  nuestra supervivencia.  Esta  agresividad  se  presenta  en los  primeros años de vida, pero se desaprende a medida que los niños descubren cómo expresar sus necesidades y sus frustraciones, respetándose  a  sí  mismos  y  a  los  demás. Gracias  al  lenguaje y a una orientación adecuada, disminuye los comportamientos agresivos en la gran mayoría de los niños. (Bourcier, 2012).

Para combatir la violencia es necesario priorizar y generar cambios desde la sana convivencia, que se logra a través de la perspectiva del sujeto, quienes integran a los docentes y alumnos, a partir de la construcción o reconstrucción de lazos sociales. Se trata de construir la convivencia como instancia de prevención de violencia, y ello comprende a todos directivos, docentes, no docentes y alumnos, en todos los espacios y tiempos, lo cual implica plantearse  construir lazos sociales. También se trata de promover el diálogo, la comunicación, la reflexión crítica, la confianza, sobre la base de normas y valores que permitan la vida en sociedad. (Boggino, 2012).

La adquisición de las normas sociales y la formación en valores por parte de los alumnos, y los efectos en sus comportamientos, pueden ser pensados y analizados en el interjuego de la dinámica institucional y de la práctica cotidiana de directivos, docentes y alumnos. Que esto contribuye a que es necesario la participación de los sujetos, la disponibilidad de los espacios de la escuela, actividades escolares dentro y fuera del aula que se desarrollar y que tratan de priorizar y favorecer a los agentes más importantes, que son los alumnos, dentro del transcurso de la jornada escolar.

Dentro del salón de clases se buscan mejores estrategias y se implementan diversas actividades en donde se relacionen todos los niños y de esta manera crear  conciencia en ellos, para crear un ambiente armónico y de confianza en donde se vean refleja la sana convivencia y pacífica.

Actualmente se está utilizando el semáforo de la conducta, una estrategia que se implementará de manera permanente, en donde los niños están conociendo su uso y se está haciendo conciencia en ellos mismos para decidir en qué posición quieren estar al reflejar su comportamiento dentro de la institución y manejando la relación con sus compañeros y el autocontrol.  

También es importante enfocarse en el desarrollo de habilidades sociales y emocionales. Los niños deben identificar sus propias emociones y las de los demás, cooperar con los demás, expresar sus emociones en forma constructiva, negociar, reconciliarse luego de un conflicto y acercarse a los demás para jugar. Al adquirirlas y ponerlas en práctica puede disminuir la agresividad física en los niños. Esto hace referencia a juego de cartas, anécdotas que comparten ellos mismos o a la hora de narrar un cuento o ejemplificación que les produzca placer, emoción, tristeza o enojo. Los maestros estimulan conductas deseables cuando les recuerdan a los niños las consecuencias naturales positivas que pueden esperarse, o cuando les ofrecen consecuencias positivas relacionadas con éstas (McGinnis & Goldstein 1990).

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