REFLEXIÓN SOBRE LA VIOLENCIA EN COLOMBIA

REFLEXIÓN SOBRE LA VIOLENCIA EN COLOMBIA

¿QUÉ PODEMOS HACER DESDE EL AULA?

Somos actores de cambio a los cuales nos arguye potenciar pensamientos positivos, cambiar visiones erróneas frente a la vida, dirimir el conflicto, mediar, conciliar, entre otras tantas. Las formas que contribuyen  a la desmantelización de la violencia en un país que históricamente la ha fundado como “la partera de los pueblos” y que ayuda al desarrollo de Competencias y a construir escenarios escolares democráticos es el dialogo y  la utilización de las voces del Tercer lado como herramienta dialógica en la interacción ambivalente de las relaciones humanas en la escuela, vista esta “como el telar donde se teje lo humano”: Una poderosa manera de hablar puede ser la simple formulación de buenas preguntas a las partes involucradas. Esto por sí solo sirve para afirmar los intereses del conjunto. Hacer preguntas también crea una oportunidad para que las partes reflexionen sobre su situación y generen alternativas, lo que en ocasiones puede por sí solo transformar el conflicto. A veces, hacer preguntas no es suficiente para activar este proceso y, como Terceros, podemos alzar la voz para obtener la atención de los estudiantes. Tres maneras prácticas para hablar desde el Tercer Lado son: Interrumpir constructivamente, afirmar intereses del conjunto y apoyar un triunfo triple.

Aportar cuando la impotencia parece dominar la cancha porque si bien el sistema educativo es reproductor de un orden social considero que también puede ser productor de valores y aprendizajes, por esta idea lucho día a día en la escuela, partiendo de acciones afirmativas humanizantes: Diálogos permanentes con discurso directo de acercamiento, generar mayor confiabilidad y acercamiento al docente a través de discurso oral, dinámicas de interacción grupal, "Hablo con los niños de manera calmada y cariñosa y les hago reflexionar sobre sus actos, utilizo palabras mágicas, un abrazo y después sí les pido que me cuente qué es lo que les pasa, porque para mí lo más importante es darle amor a los niños antes que decirles que uno más uno, es dos. Entablo charlas donde les demuestro que pueden confiar en mí, les cuento anécdotas, chistes y les bailo arrancándoles así una sonrisa que se llevaran por siempre en su mente.

Trato siempre de mantener un diálogo calmado con los estudiantes, buscando solucionarles sus conflictos, ya que ellos no tienen la autonomía para manejar conflictos en ningún momento; pero sí están esperando la mediación del adulto, inclusive se provocan entre ellos y luego van y se lo “avientan” a uno para que les resuelva las cosas.

Acciones sencillas en nuestro quehacer pedagógico que aúnan granos de arena en encargos que quedaran impresos en sus vidas para la posteridad buscando aminorar los impactos de la violencia en los entornos sociales donde se mueven.

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