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RESPONSABILIDAD SOCIAL


Enviado por   •  3 de Agosto de 2014  •  3.663 Palabras (15 Páginas)  •  228 Visitas

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ÉTICA Y RESPONSABILIDAD SOCIAL EN LA ADMINISTRACIÓN

Algunas personas sostienen que las empresas y sus administradores pueden ser sumamente éticos y al mismo tiempo lucrativos. En un mundo en el que cada vez hay más competencia, local y global, por conseguir clientes, apuntalar las expectativas de la sociedad puede ser benéfico para todas las partes, a mediano y largo plazos. Los consumidores recuerdan a las organizaciones o empresas que no abusaron de ellos y a las que sí lo hicieron.

La ética es necesaria en todos los niveles de las organizaciones desde la cúspide administrativa hasta los empleados operativos.

Uno de los mayores desafíos de los administradores es realizar sus actividades de acuerdo con los cánones éticos, en medida que alcanzan elevados niveles de desempeño económico. En años recientes se presta cada vez mayor atención a la ética de los negocios debido, en gran parte, a la cobertura (por parte de los medios) de diversas acciones deshonestas.

La ética refleja la moral, las costumbres sociales aceptadas y las relaciones humanas fundamentales, que puedan variar alrededor del mundo.

ÉTICA ADMINISTRATIVA:

Las características éticas que los administradores y otros empleados deben ostentar han adquirido importancia en los últimos años de la pasada década. Esta preocupación se debe a la atención prestada por los accionistas a los efectos de las decisiones tomadas por los administradores.

Todas las actividades de la organización deben estar regidas por principios éticos, que señalan si el tipo de comportamiento observado es aceptable o no lo es.

La ética es un conjunto de valores y reglas que define las conductas como correctas o incorrectas.

Los valores y las reglas indican cuándo un comportamiento es aceptable y cuándo es incorrecto.

En un sentido más amplio la ética incluye:

Distinción entre hecho y creencia;

Definición de elementos en términos morales;

Aplicación de principios morales a una situación determinada.

Los principios morales son reglas generales del comportamiento aceptable, que pretenden ser imparciales. Por lo tanto, tienen gran importancia para la sociedad y no pueden ser establecidos ni alterados por las decisiones o los poderes de ciertas personas individualmente consideradas.

Los principios morales y los valores que éstos representan son fundamentales para la ética.

Lo que es considerado ético depende del nivel del sistema moral en el cual se consideren las características éticas.

El comportamiento ético es una conducta aceptada como correcta o buena, en el entorno del código moral que lo rige.

A lo largo de los años, han sido identificadas cuatro visiones del comportamiento ético:

Visión utilitarista: considera que un comportamiento ético es aquel que genera los mayores beneficios para un gran número de personas.

Visión individualista: sostiene que una conducta moral es aquella que exalta los intereses personales, es decir, el respeto a la condición del individuo, a largo plazo.

Visión de los derechos morales: afirma que un comportamiento ético es aquel que respeta y protege los derechos fundamentales de las personas.

Visión de justicia: considera que una conducta ética es aquella que trata a las personas imparcialmente y con justicia, de acuerdo con reglas y normas equitativas.

Dilemas éticos:

La ética no prescribe. Ningún conjunto simple de reglas puede decir cómo debemos comportarnos en un sentido moral o ético, en todas las situaciones.

Los códigos de conducta cuando están impresos son redactados como políticas de las empresas y sirven de orientación general para el comportamiento; sin embargo, las interpretaciones de esos lineamientos varían de un individuo a otro.

Los códigos, en realidad, significan una limitación para la libertad de acción y exigen su interpretación, la cual puede provocar situaciones en las que aparecen los dilemas éticos.

Los dilemas éticos son situaciones que se presentan cuando todos los cursos de acción que tiene a su mano la persona que toma las decisiones son considerados inmorales.

Existen situaciones que obligan a decidir por un curso de acción que, si bien ofrece un posible beneficio para una persona, una organización o ambas, puede ser considerado deshonesto. Se trata de situaciones en las que los actos deben tomados con base en un consenso claro de lo que es correcto o incorrecto.

Las publicaciones más frecuentes se refieren a la honestidad que debe campear en la publicidad y la propaganda, así como en la comunicación con la alta directiva, los clientes y los organismos gubernamentales, como uno de los principales dilemas administrativos, además de los conflictos que implica el hecho de aceptar regalos especiales, entretenimientos o comisiones.

Muchas veces los administradores enfrentan presiones para que los subordinados se dediquen a actividades no éticas, como firmar documentos falsos, magnificar los errores de otros por interés propio, negociar con los amigos de los dueños, etcétera.

Estos obstáculos en los negocios producen excusas que pretenden racionalizar los comportamientos inmorales.

Las personas actúan de modo deshonesto cuando, por ejemplo, pagan sobornos, mienten acerca de otras personas, falsifican documentos y tratan de justificar esta conducta por medio de cuatro excusas frecuentes:

a. Convenciéndose de que el comportamiento no es realmente ilegal;

b. Convenciéndose de que la conducta impugnada es, en verdad, lo mejor para el interés de todos;

c. Convenciéndose de que nadie descubrirá lo que hacen; y

d. Convenciéndose de que la organización encubrirá tal comportamiento.

Por todo ello, es conveniente crear un código de ética. Cuanto mayor sea el número de empleados administrativos que tengan un comportamiento moralmente correcto, tanto mejor será el desempeño de la organización.

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