RESUMEN DERECHO POLÍTICO I – PATRICIO ZAPATA

RESUMEN DERECHO POLÍTICO I – PATRICIO ZAPATA

1. Contexto Histórico – Platón (427- 347 a.C)

Surgimiento de la ciudad y nacimiento de Platón. Muchas palabras que se utilizan actualmente en filosofía y política tienen su origen en Grecia. Una de ellas es política. Sin embargo, hoy día tiene un significado diverso del griego. Política proviene de la palabra que significa ‘ciudad-estado’.  Estas se formaron a partir del siglo VIII a.C y su nacimiento trajo consigo la secularización religiosa y la redacción de leyes. Famosas entre estas fueron Esparta guerrera defensora de la aristocracia y Atenas defensora de la democracia. Tras la lucha contra los ataques del imperio persa (500-479 a.C), esta última se convirtió en un imperio comercial y cultural (a lo cual contribuyó la Confederación de Delos). La democracia relució en Atenas con Pericles. Platón nace en el año 427 y para entonces se viven tiempos difíciles, ya que ha muerto Pericles, símbolo de la democracia, hace dos años. Además, desde hace cuatro años que se vivía la Guerra del Peloponeso contra los espartanos. Años después, en el 410, la democracia fue derrocada y respuesta nuevamente, pero gobernada por un amigo de Sócrates demagogo. Finalmente, en el 404 se instala un gobierno oligárquico llamado los Treinta Tiranos donde había dos parientes de Platón.

Su vida. Platón como miembro de una familia aristocrática ahogó sus esperanzas cuando Critias cometió atrocidades. Finalmente, un año después la democracia fue restaurada. Sin embargo, luego de un tiempo, Sócrates su maestro es obligado a beber la cicuta. Ahí Platón desconfiará de la democracia ateniense. Posteriormente viaja a Sicilia y vuelve como esclavo. Sin embargo, esto no lo desanimó y volvió a Siracusa con la idea de educar al sobrino de su tirano muerto. Fracasó, vuelve a Atenas para dedicarse a la docencia en la Academia. Muere en el 347.

A continuación, se presenta un resumen de las obras de Platón.

1. Sócrates y la Sofística

Sócrates vivió en una época donde se podía intervenir constantemente en materia política. Muchos deseosos de ser partícipes de la asamblea practicaban la oratoria, que era enseñada por los sofistas. Estos eran maestros en ella, famosos por sus discursos y elocuencia que enseñaban a cambio de una remuneración económica. En sus comienzos carecían de una acepción peyorativa pero dado su desprecio a la moral y las tradiciones la consiguieron. Pretendían mostrar la relatividad de los valores que rigen a la sociedad humana y su escepticismo respecto a la posibilidad de conocimiento cierto.

Entre sus temas destacados se encuentran la oposición entre naturaleza y ley. Estas últimas y las costumbres no pertenecen a un orden inmutable de las cosas, no son estables y son suprimidas por quienes las promulgan. Las verdaderas leyes son aquellas de la naturaleza que valen para todos aun sin estar escritas, como que el más fuerte domina al más débil. Entre los sofistas más destacados se encuentran Protágoras de Abdera ^[1]y Gorgias de Leontini^[2].

Frente al relativismo moral surge Sócrates quien defiende los valores de la ciudad. Él afirma que la virtud es conocimiento y a la inversa nadie obra mal a sabiendas. En el fondo lo que postula es que alma humana posee la facultad de discernir lo que en verdad es bueno y, por tanto, si consigue eliminar lo que lo separa de este conocimiento, no podrá por menos actuar en consecuencia.

Platón compartía con Sócrates tanto la fe en la posibilidad del conocimiento como que es necesaria una fundamentación última de los valores. Para ello desdobla la realidad en dos ámbitos distintos, que lo llevan a buscar una sólida fundamentación ética en La República:

• El mundo sensible, esto es de la realidad cambiante y física y;
• El mundo de las ideas, perteneciente a los inteligible.

En resumen: Sócrates se alza contra el relativismo sofista y destaca la virtud, nadie obra mal a sabiendas. Estas ideas las comparte Platón quien fundamentará los valores en dos mundos radicalmente distintos:  las ideas y el de las cosas o lo sensibles.

1. La República

La justicia y la ciudad ideal. El texto se inicia con debate acerca de la naturaleza de la justicia. Trasímaco, el sofista de Calcedonia, dice que la justicia no es otra que el interés del más fuerte y que el hombre injusto tiene una vida mejor. Sócrates se opone a esto diciendo que es mejor padecer una injusticia que cometerla. El Sofista abandona la conversación. Glaucón le pide a Sócrates que ahonde en el tema planteándole tres argumentos: (1) la justicia tiene un origen meramente contractual^[3], (2) la justicia no es buscada como un bien sí, (3) la perfecta injusticia es parecer justo sin serlo. Para responder a estos, Sócrates plantea que es necesario definir antes qué es la justicia y la injusticia. Para ello, propone averiguar donde reside la justicia en el Estado para luego encontrarla en el individuo. A partir de esto Platón genera su construcción de la ciudad ideal.

El hombre no puede satisfacer todas sus necesidades por sí solo, necesita de otros y por eso convive en una ciudad pequeña, pero una vez que esta crece comienzan las envidias. Por eso es necesario dividirla en tres clases a las que se les asocia un valor:

• Gobernantes o guardianes: ejercen el poder y su característica es su capacidad intelectual (sabiduría), velan por los intereses de la ciudad.
• Guerreros y auxiliares: defender a la ciudad exterior e interiormente (desórdenes).  Su característica es el valor. Actúan bajo la dirección de los gobernantes.
• Ciudadanos: necesidades materiales de la vida. Los distingue el elemento apetitivo (templanza).

Para impedir que una de estas interfiera en la otra se utiliza la metáfora de los metales: oro, plata y bronce. A pesar de su creencia en la herencia, no es una sociedad de castas, es posible moverse entre ellas. Además, agrega que una ciudad bien fundada poseerá las cuatro virtudes cardinales para los griegos, a saber: sabiduría, valor, templanza y justicia. Como se observa ya han sido identificadas tres de las cuatro, solo falta la justicia. Sócrates se percata de que ha estado todo el tiempo, en el principio de que cada uno hace su propio trabajo o de que cada clase desempeña su función.

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