ROL DE LA MUJER EN LA IGLESIA Y EN LA SOCIEDAD
Kevin Roldan CumpaInforme11 de Febrero de 2022
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UNIVERSIDAD CATÓLICA SANTO TORIBIO DE MOGROVEJO
FACULTAD DE HUMANIDADES
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ROL DE LA MUJER EN LA IGLESIA Y EN LA SOCIEDAD
Chiclayo, 2020
INTRODUCCIÓN
La mujer y la concepción de la dignidad de la persona, han sido objeto de estudio evolutivo pero, si bien es cierto, el concepto de dignidad de la persona ya se veía reflejado desde la antigua Grecia, sin embargo, el problema aún tangible era preguntarse quién era persona y quién no.
La naturaleza humana es digna por sí misma, por el solo hecho de ser persona, puesto que contiene en sí condiciones que posibilitan descubrir tales afirmaciones, cosa que veremos más adelante. Esta esencialidad humana ha sufrido degradaciones y malas concepciones a lo largo de la historia, siendo las mujeres las más afectadas en todo este proceso.
Durante el transcurso del desarrollo de la antropología y la aparición del cristianismo, la concepción de persona y de dignidad llegó a un desarrollo sublime, dándole al hombre la consideración que necesitaba tener. El estudio de la persona ya no se definía por varón y mujer sino como persona y, aunque es cierto que existen diferencias psicológicas, biológicas y físicas, no les diferencia en su esencialidad que es el fundamento de todo su valor.
Juan Pablo II es el pontífice contemporáneo que más destaca por su constante lucha para la dignificación femenina y de la humanidad en general quien, viviendo en carne propia esta afección constante que sufrían las mujeres, aprovechó su gran sabiduría para comenzar a redactar literatura rica en doctrina de la dignidad de la persona.
La carta apostólica “Mulieris Dignitatem” destaca de entre sus escritos en cuanto a la trascendencia de lo que trata ahí puesto que, en su calidad de pastor supremo de la Iglesia, ofrece la doctrina al pueblo, fundamentando bíblica, teológica y filosóficamente el valor de la dignidad de la mujer quien, en su condición humana hecha a imagen y semejanza de Dios, tiene el mismo valor que el varón por su esencialidad.
Este realce tan especial que brinda Juan Pablo II a la dignidad de la mujer es importante porque por su trascendencia e influencia global que tiene el Sumo Pontífice, la intervención de este podría enmarcar una evolución y cambio en las condiciones en las que la mujer se vea afectada, incluyendo la equidad de derechos y oportunidades.
En la actualidad, el movimiento feminista se ha hecho acreedor de una gran aceptación social ya que, los argumentos que postula gozan de gran fama pues se presentan como benéficos para la dignidad de la mujer. Toman como base todos aquellos sucesos que afectaron a estas en distintos momentos de la historia, llegando incluso a distorsionar los hechos para beneficiar su ideología.
Sin embargo, no consideran todo lo que la misma historia ha contado acerca de las maravillosas obras que ha conseguido realizar la mujer en muchos aspectos como lo son las artes, la política, la ciencia, etc. y tan solo quieren mostrarla como víctima de un sistema machista, patriarcal y opresor. Y por más de que expresen que no son un sexo débil y buscan igualdad, siempre muestran a la mujer como víctima e incluso como superior al hombre.
El mundo ha sido testigo del actuar de espléndidas mujeres como lo fueron Juana de Arco, Isabel la Católica, Catalina de Aragón, Sor Juana Inés de la Cruz, Teresa de Ávila, Santa Catalina de Siena, Santa Teresa del Niño Jesús, Edith Stein, Elizabeth Anscombe, Santa Teresa de Calcuta, Maria Luisa di Pietro, Sonia María Crespo y muchísimas más que, desde el anonimato, siguen aportando lo mejor de su intelecto en favor de la sociedad, buscando el beneficio tanto del hombre como de la mujer, sin buscar privilegios a un grupo exclusivo, pues estas han tenido, a lo largo de la historia, uno de los papeles más importante de la sociedad: velar por el cuidado, administración, y formación humana y cristiana de la familia, que la hace “sonrisa de Dios para el niño que viene a la luz y te hace guía de sus primeros pasos, apoyo de su crecimiento, punto de referencia en el posterior camino de la vida.” (Juan Pablo II, 1995); si este papel es considerado denigrante, humillante y machista entonces hemos de cuestionarnos qué significado tiene para ellos la familia ya que, con el feminismo y los siguientes movimientos que surgieron de este, ha transformado y revolucionado su significado y sentido.
El aporte de muchas mujeres a lo largo de la historia ha tenido gran importancia y relevancia en distintas áreas ya sean científicas, filosóficas y culturales, teniendo una visión muy particular justamente por esa dimensión maternal, cuidadosa y paciente lo que le dio a sus aportes un significado único; todo esto sin necesidad de convertirse en revolucionarias ni mostrarse como víctimas para demostrar que son capaces no solo de hacerse cargo de una familia sino también que puede desempeñarse en muchas otras áreas ya mencionadas.
Muchas de estas mujeres han rescatado su dignidad de mujer como lo que es: persona, aportando a la filosofía de grandes estudios que han ayudado mucho a rescatar el valor de la persona, no dando exclusividad a solo mujeres o solo hombres sino a la persona en sí misma. Así, León, en su tesis doctoral concluye que “La existencia de estas diferencias entre hombres y mujeres no compromete la igualdad de los sexos si esta se define en términos de equidad (las mentes de hombres y mujeres son equivalentes aunque no intercambiables)” (2010, p. 193), distinguiendo así que hombre y mujer son sujetos de la misma naturaleza y características similares pero que también son distintos, pues estos tienen una mentalidad y aspectos físicos y psicológicos totalmente diferentes y que, sin embargo, estos no hacen menos persona ni a uno ni a otro.
Nace entonces la necesidad de mostrar lo obsoleto e innecesario del feminismo para darle a la mujer el reconocimiento y protagonismo que se merece ante su erróneo postulado de empoderamiento, ya que las mujeres no necesitan de este movimiento para demostrar que son capaces de muchas cosas, que no están por encima ni debajo del hombre y que todos merecemos la misma consideración empezando por el hecho de que tanto hombre como mujer son personas. Uno de los exponentes contemporáneos más prominentes que ha reflexionado desde la filosofía y teología respecto a la mujer consideramos, sin temor a equivocarnos, es Juan Pablo II, quien en reiteradas ocasiones ha sido promotor de realzar la dignidad y papel relevante que ha tenido la mujer en nuestra sociedad.
En Juan Pablo II encontramos un pontífice agradecido a la gran labor que ha tenido y tiene constantemente la mujer dentro de nuestra sociedad, quien afirma:
“Te doy gracias, mujer-trabajadora, que participas en todos los ámbitos de la vida social, económica, cultural, artística y política, mediante la indispensable aportación que das a la elaboración de una cultura capaz de conciliar razón y sentimiento, a una concepción de la vida siempre abierta al sentido del “misterio”, a la edificación de estructuras económicas y políticas más ricas de la humanidad.” (1995, p. 2)
Encontramos en la feminidad una labor que acapara todas las dimensiones sociales del hombre, así mismo en la dimensión más espiritual, pues han sido protagonistas de una labor teológica invaluable, siendo una visión muy particular del amor de Dios.
El proyecto de investigación carece de antecedentes de estudio que plasmen en profundidad su valor y trascendencia, sin embargo se ha encontrado el artículo de Chinchilla, quien hace un análisis de la carta apostólica “Mulieris Dignitatem”, que aborda desde la teología feminista, considerando el sistema de la Iglesia como kyriarcal frente a la jerarquía, por eso propone reinterpretar el estudio teológico desde una perspectiva feminista:
Es así, también, como los discursos cristológicos feministas deben prestar atención a las situaciones de opresión y redireccionar sus esfuerzos hacia la salvación en las luchas por la supervivencia y por el bienestar de las mujeres que viven bajo un modelo kyriarcal de opresión (2011, p. 60)
JUSTIFICACIÓN
Este proyecto de investigación será importante porque reafirmará el grandísimo valor que tiene la mujer para la cristiandad, pues nos presentará un panorama de lo que se ha logrado en la historia del cristianismo gracias a la participación de la mujer dentro del mismo. Viéndose beneficiados todos los cristianos y no cristianos que, en muchos casos, tienen dentro de sí el mismo pensamiento influenciado por el movimiento feminista, siendo la realidad muy distinta.
Esta investigación contribuiría a seguir fomentando el valor e importancia que tiene la mujer dentro del seno de la Iglesia, pues estas han llegado a tener un nivel admirable de sabiduría, siendo varias de ellas doctoras de la Iglesia, cosa que sería imposible si pensáramos con un prejuicio feminista, pues nos arrastraría a la crítica poco objetiva de esta.
El proyecto que se desarrollará tiene la finalidad de mostrar objetivamente los prejuicios feministas a la luz de la carta apostólica “Mulieris Dignitatem”, quienes aluden que el cristianismo ha sido un sistema opresor, silenciando y discriminando a la mujer. Para esto es necesario la actualización y confirmación del gran valor y aporte que ha tenido la mujer dentro del ambiente cristiano, siendo su labor de gran importancia para el enriquecimiento doctrinal y moral de la Iglesia.
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